El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha presentado su dimisión tras 14 años en el cargo. La policía y la cúpula del Ejército le habían pedido horas antes su renuncia, a pesar de que Morales ya había anunciado una repetición electoral en el país, que está sumido en una crisis política y social desde las elecciones generales del pasado 20 de octubre.
Junto a Morales, ha aparecido el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, que también ha renunciado a su cargo. Ambos han aparecido por sorpresa en un vídeo desde un lugar del país que no han determinado y han hecho “un llamamiento a la pacificación” de Bolivia.
La carta formal de dimisión ha sido recibida en la Asamblea Legislativa del país este lines. Morales explica que se retira para “evitar” la violencia y expresa su deseo de que retorne la “paz social”. “Mi responsabilidad como presidente indígena y de todos los bolivianos es evitar que los golpistas sigan persiguiendo a mis hermanos y hermanas dirigentes sindicales”, señala el texto.
Las fuerzas militares del país habían anunciado operaciones aéreas y terrestres contra grupos armados, tras producirse varios ataques a caravanas de autobuses con detractores del presidente Morales. El Ministerio Público ha advertido en un comunicado que las irregularidades “muy graves” detectadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en la auditoría al proceso electoral boliviano pueden conllevar “ilícitos penales y electorales vinculados al cómputo de los resultados oficiales”.
La OEA había emitido a primera hora del día un informe que advierte de serias irregularidades en el cómputo de resultados de los comicios, tras los que el órgano electoral dio vencedor a Morales para un cuarto mandato consecutivo en primera vuelta. Lo que estaba en discusión no era su victoria, sino si el mandatario alcanzaba o no el 10% de los votos que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral.
Antes de dimitir, el presidente había anunciado la convocatoria de nuevas elecciones en aras de “pacificar” el país, inmerso en una grave crisis desde que, un después de la votación, comenzaran las acusaciones de fraude.
Morales ha denunciado que grupos violentos han atacado su casa y que existe una orden de detención “ilegal” en su contra. “Los golpistas destruyen el Estado de derecho”, ha concluido. La Policía, por su parte, ha negado que exista tal orden de detención. “Quiero hacer conocer a la población boliviana que no existe orden de aprehensión alguna contra funcionarios del Estado como Evo Morales y los ministros de su gabinete”, ha dicho al canal privado Unitel el comandante nacional de la Policía, Yuri Calderón.
La Policía ha detenido este domingo a María Eugenia Choque Quispe, presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y al exvicepresidente del mismo órgano electoral. “Serán procesados por delitos electorales”, ha anunciado el comandante nacional de la Policía mientras presentaba a ambas personas ante los medios de comunicación esposadas.
Al menos tres personas han fallecido y 421 han resultado heridas en enfrentamientos ente partidarios y detractores del mandatario desde las elecciones del pasado 20 de octubre, según datos de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
Reacciones internacionales
En la grabación, Morales insiste en que “ha habido golpe cívico, político y policial” instigado por “grupos oligárquicos que conspiran contra de democracia”, una denuncia que han repetido varios líderes latinoamericanos que han mostrado su respaldo al mandatario boliviano en Twitter.
Uno de los primeros líderes internacionales en reaccionar fue el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien el pasado viernes recuperó su libertad tras un año y siete meses en la cárcel. “Acabó de saber que hubo un golpe de Estado en Bolivia” y que “el compañero” Morales “fue obligado a renunciar”, ha escrito Lula en su perfil de la red social. “Es lamentable que América Latina tenga una élite económica que no sepa convivir con la democracia y con la inclusión social de los más pobres”, añade.
También el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha publicado un mensaje condenando “categóricamente” el “golpe de Estado consumado contra el hermano presidente” Morales. “Los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaramos en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo”, indica.
En la misma línea, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, ha mostrado su “enérgica” condena al “golpe de estado” en Bolivia. “La derecha con violento y cobarde golpe de estado atenta contra la democracia en Bolivia”, ha asegurado Díaz-Canel en la red social.
A ellos se ha sumado el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quien denuncia que se “ha consumado un golpe de Estado” contra Evo Morales, señalando ha sido producto del “accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército”. “El quiebre institucional en Bolivia es inaceptable. El pueblo boliviano debe escoger cuanto antes, en elecciones libres e informadas, a su próximo gobierno”, ha expresado el líder peronista.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha informado este domingo de que si Evo Morales decide solicitar asilo tras su renuncia a la Presidencia de Bolivia, se le otorgará en la Embajada de México en la ciudad de la Paz, donde asegura que ha recibido a 20 personalidades del Ejecutivo y Legislativo. Antes, había señalado que en los acontecimientos que se viven en Bolivia existe “una operación militar en curso”, que el Gobierno de su país rechaza, al tiempo que dijo: “Golpe no”.
También la cancillería de Uruguay ha calificado este lunes de “golpe de Estado” lo ocurrido y expresado su consternación por “el quiebre del Estado de Derecho” producido en el país suramericano. A través de un comunicado, afirman que el quiebre institucional y la renuncia del mandatario han sumido al país “en el caos y la violencia”.
Por su parte, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha rechazado en declaraciones al diario O Globo que los hechos que llevaron a la renuncia del gobernante boliviano Evo Morales sean considerados como un “golpe” de Estado. “La palabra golpe es usada mucho cuando la izquierda pierde”, ha declarado Bolsonaro.
El Gobierno peruano ha pedido que la transición en Bolivia se desarrolle en “el marco de la ley y la Constitución”, así como para que se restablezca “la convivencia pacífica”. Mientras, el Ejecutivo colombiano ha pedido a la Organización de Estados Americanos (OEA) que convoque una reunión “urgente” de su Consejo Permanente para ayudar a buscar soluciones a la situación en el país andino. Por su parte, la Unión Europea ha instado a todas las partes en Bolivia a mostrar “contención” y “responsabilidad” para que el país celebre nuevas elecciones de forma pacífica, tras el anuncio de Evo Morales.
En el país andino, el candidato opositor y expresidente boliviano Carlos Mesa ha celebrado, según sus palabras, el “fin de la tiranía”. “A Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la tiranía. Agradecido como boliviano por esta lección histórica. Viva Bolivia!!!!!”, ha escrito en Twitter.