El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, ha salido en defensa de la canciller alemana, Angela Merkel, y ha exculpado al Gobierno alemán de la impopularidad de las políticas de austeridad para salir de la crisis, en especial en los países del sur de Europa.
En una entrevista concedida al diario germano 'Welt am Sonntag' publicada este domingo, Barroso subraya que “Merkel o Alemania no son responsables de lo que ha ocurrido en Francia o Portugal”. A su juicio, es “totalmente injusto” achacar las medidas de ajuste y las reformas a “un único país o institución”.
“Todo el mundo debería barrer de puertas para adentro, ya que todavía queda mucho por hacer”, recalca Barroso, una semana después de que el Partido Socialista francés, en un documento para un debate sobre Europa destapado por el diario 'Le Monde', reprochara a Merkel su “egoísta intransigencia” en materia económica y le tildara de “canciller de la austeridad”.
Lejos de esas posiciones, Barroso se muestra conciliador con Alemania --dice estar “muy agradecido” por la labor del Gobierno alemán-- y con Merkel, de quien dice “es quien mejor sabe lo que está ocurriendo en Europa” y uno de los jefes de Gobierno de los Veintisiete que “más tiempo y energías ha invertido en el proyecto europeo”.
Estas palabras vienen dos semanas después de que afirmara que las políticas de austeridad ya habían llegado a su límite, algo en lo que han coincidido en las últimas semanas varios dirigentes políticos de la izquierda y numerosos economistas.
“Esta crisis, con sus problemas, no es el resultado de una política alemana o del fracaso de la Unión Europea. Es el resultado de un gasto excesivo, de la ausencia de competitividad y del comportamiento irresponsable de los mercados financieros”, explica el presidente de la Comisión Europea.
Barroso reconoce que no siempre está de acuerdo con Merkel porque, a diferencia de los países del norte de Europa, se siente obligado a escuchar a los países del Sur que se están viendo forzados a recortar el gasto público y a aplicar ajustes.
El dirigente socialista portugués también entona el 'mea culpa'. “Yo también soy una víctima de estos experimentos y también debería convertirme en cabeza de turco”, sostiene Barroso, que lamenta que la Comisión Europea como institución tenga una imagen “tan diferente” en el sur de Europa, en comparación a Alemania, “conocidos como los apóstoles de la austeridad”.
El Gobierno alemán, insiste Barroso, “se ha visto forzado por las circunstancias” a ejercer el liderazgo en Europa, que ha sido de “crucial importancia” porque “ha actuado”.
Críticas del expresidente del eurogrupo
Las palabras del portugués Barroso llegan unas horas después de que el primer ministro de Luxemburgo y expresidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, calificara de “inaceptable” la actitud de parte del norte europeo.
En su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oporto, Juncker lamentó el viernes los prejuicios de los países septentrionales del continente europeo respecto a los meridionales, como le sucede a Portugal, que atraviesa un duro programa de recortes a cambio de recibir elrescate acordado con la troika.
“Portugal, ciertamente, cometió errores como todos los otros países, pero no es el culpable de la crisis actual”, arguyó el gobernante, quien consideró que no se valora lo suficiente lo realizado por los países del sur de la UE.
“Gobierno, parlamento, opinión pública y comunicación social (de algunos países del norte) tienen una impresión equivocada sobre la realidad de los países del Sur”, argumentó Juncker, responsable del Eurogrupo hasta el pasado enero.