Estados Unidos ha anunciado que va a cortar todo los fondos que la administración concede a la agencia para los refugiados palestinos de la ONU (UNRWA). Esta decisión va a afectar a los servicios que la entidad provee a millones de personas, según avanzaban este viernes los diarios estadounidenses The Washington Post y The New York Times y ha confirmado posteriormente el Departamento de Estado.
“Estados Unidos ya no dedicará más fondos para esta operación irremediablemente defectuosa”, ha afirmado en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
Además de cortar los fondos destinados a la UNRWA, el Ejecutivo de Donald Trump también planea pedir que se rebaje drásticamente el número de personas a las que se considera refugiados palestinos en todo el mundo, con el objetivo de facilitar las negociaciones en su plan de paz para Israel.
Esa reducción -que busca que solo una décima parte de los más de 5 millones de personas reconocidas ahora como refugiados lo sigan siendo- va a eliminar para la mayoría de los palestinos el llamado “derecho al retorno” a las tierras que se disputan con Israel.
La decisión de cortar los fondos a la UNRWA -de la que también informó esta semana la revista Foreign Policy- empeorará la situación humanitaria en Gaza y podría espolear más violencia, según expertos consultados por el Washington Post.
El pasado enero, EEUU ya recortó buena parte de sus aportaciones financieras a la UNRWA. Desde principios de 2018, la administración estadounidense solo ha entregado 65 millones de dólares de los 360 millones previstos. Esta decisión ya le ha supuesto a la entidad graves problemas económicos para mantener sus servicios.
El corte de fondos implica que esos 65 millones son la última donación del Gobierno de Trump a la UNRWA.
EEUU ha aportado tradicionalmente alrededor de un tercio del presupuesto de la UNRWA, que ascendió en 2017 a unos 1.100 millones de dólares, una cifra que contrasta con los casi 4.000 dólares en ayuda militar anual que Washington proporciona a Tel Aviv.
La semana pasada, el Departamento de Estado anunció otro recorte en la ayuda a los palestinos, al cancelar una ayuda de 200 millones de dólares destinada a financiar programas humanitarios en Gaza y Cisjordania.
La relación entre el Gobierno de Trump y las autoridades palestinas se ha deteriorado desde que el mandatario estadounidense reconoció el pasado diciembre como capital israelí a Jerusalén, reclamada por Palestina como sede administrativa y religiosa de su futuro Estado.