Objetivo: sacar al mayor número de ciudadanos de los gobiernos y también a sus miles de colaboradores afganos. Los países que trabajan en las evacuaciones del aeropuerto de Kabul después de la caída del país en manos de los talibanes han repetido durante estos días que no se dejaría a nadie atrás. Sin embargo, con la fecha del 31 de agosto marcada como “línea roja” por los talibanes, comienzan a asumir que no podrán cumplir estas promesas.
Países como EEUU ya están priorizando a quiénes evacúan en sus aviones. Un cribado que simboliza el fracaso de una guerra de 20 años en la que han arriesgado sus vidas miles de afganos apoyando un sueño de futuro.
Según informa The New York Times, el Gobierno estadounidense no aminora el ritmo de evacuaciones y en las últimas 24 horas (de domingo a lunes) ha sacado del país a 10.400 personas, lo que eleva a 37.000 el número de individuos que ha trasladado fuera del país desde el pasado 14 de agosto, según la Casa Blanca. Pero muchos siguen a pie de pista a la espera de ser rescatados.
El rotativo cita a un funcionario del Departamento de Estado, que reconoce que en los últimos días la operación de rescate se ha centrado más en los ciudadanos estadounidenses que en aquellos afganos que colaboraron con EEUU. Esta fuente asegura que se ha designado un “grupo prioritario” en las evacuaciones, mientras que en el aeropuerto el dispositivo norteamericano está rechazando a intérpretes y otros colaboradores para dar prioridad a aquellos que portan un pasaporte estadounidense.
Este cribado contrasta con la promesa del presidente de EEUU, Joe Biden, de rescatar a los miles de afganos que habían ayudado a los estadounidenses sobre el terreno durante dos décadas. “Vamos a hacer todo lo posible para sacar a todos los estadounidenses y a nuestros aliados”, dijo Biden, que en sus siguientes comparecencias se ha mostrado más contundente, pero solo con sus conciudadanos: “Déjenme ser claro. Cualquier americano que quiera volver a casa, regresará a casa”.
Estados Unidos por el momento no ha dado cifras oficiales de cuántos ciudadanos norteamericanos y cuántos afganos han sido evacuados en sus vuelos. Antes de que comenzara la operación, EEUU cifraba entre 10.000 y 15.000 estadounidenses y entre 50.000 y 65.000 excolaboradores afganos que debían sacar del país.
En la misma línea, el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, ha reconocido en una entrevista a la BBC que aunque el objetivo sigue siendo “sacar al máximo de gente posible”, “el desafío es tan grande que significa que no todo el mundo podrá salir”. También ha reconocido que están realizando cribados en el aeropuerto y “priorizando gente sin contemplaciones”.
El cambio de discurso en los países sobre la evacuación se ha ido percibiendo a medida que se antoja cada vez más difícil una prórroga de la estancia de las tropas de EEUU en Kabul. La fecha límite es el 31 de agosto, y mientras varios países de la OTAN presionan a Biden para que amplíe el plazo, los talibanes ya han advertido que la fecha es una “línea roja” y que si se prorroga la estancia de las tropas aliadas “habrá consecuencias”.
“Habrá gente que se quedará”
La ministra de Defensa, Margarita Robles, reconocía esta mañana en la Ser la incapacidad de los militares españoles para poder evacuar a todo el mundo.
Robles ha reconocido que a pesar de que están haciendo todo lo posible para evacuar al mayor número de personas posibles, habrá “gente que se quedará” y que aquellos que en este momento ya no han logrado llegar a Kabul, es “muy difícil” que lo logren, por los numerosos controles talibán.
La responsable de Defensa ha insistido en que la situación en el aeropuerto es caótica y que “cada día que pasa es peor” porque “los talibanes se ponen cada vez más agresivos”. Por eso, Robles ve “imposible” que los militares españoles puedan del recinto de aeropuerto para rescatar a afganos que están en las listas, en las que se ha ampliado la prioridad a “mujeres y niños”.
Varios países aliados de la OTAN se han mostrado partidario de prorrogar la estancia en Afganistán más allá del 31 de agosto, pero reconocen que no lo harán si EEUU se marcha, una cuestión sobre la que se previsiblemente se debatirá hoy en la cumbre del G7 que se celebra de manera telemática.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, presidente de turno del club de países ricos, ha convocado una reunión de “emergencia” para abordar la crisis en Afganistán. En el encuentro se “coordinará la respuesta a la crisis inmediata” que se vive en Kabul.
Johnson espera que en la reunión de líderes del G7 se aborde asimismo un plan “a más largo plazo para asegurar un futuro más estable para Afganistán, la necesidad de crear rutas ”legales y seguras“ para reasentar a afganos que huyan del país, así como ”desarrollar un plan claro para tratar con el nuevo régimen afgano de una manera unificad y concertada“.