El ataque israelí contra un convoy de la ONG World Central Kitchen (WCK), que acabó con la vida de siete de sus trabajadores en Gaza, se debió a un “grave error” al creer que en él viajaban dos milicianos armados del grupo palestino Hamás, según las primeras conclusiones de la investigación del Ejército israelí. Por ello, dos comandante implicados en la operación serán cesados, dos amonestados y un tercero reprendido, tal y como han anunciado las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) este viernes.
Según un comunicado, las FDI identificaron a dos “hombres armados” en los camiones de ayuda mientras el convoy se dirigía a un almacén en Deir al Balah (en el centro de la Franja) y, cuando los vehículos abandonaron el lugar tras la descarga de ayuda humanitaria, “uno de los comandantes supuso erróneamente que los hombres armados iban dentro de los vehículos y que eran terroristas de Hamás”.
“Los hallazgos de la investigación indican que el incidente no debería haber ocurrido. Quienes aprobaron el ataque estaban convencidos de que su objetivo eran agentes armados de Hamás y no empleados de WCK. El ataque a los vehículos de ayuda es un grave error derivado de un fallo grave debido a una identificación errónea, errores en la toma de decisiones y es un ataque contrario a los Procedimientos Operativos Estándar”, admite el Ejército.
Esta es una de las primeras admisiones de responsabilidad por parte de las FDI en los pasados seis meses de ofensiva contra la Franja de Gaza, en los que han muerto numerosos miembros de agencias de Naciones Unidas y ONG independientes, además de más de 33.000 gazatíes, según el recuento de las autoridades locales. Es también la primera vez que las FDI anuncian medidas contra altos mandos militares por su actuación en Gaza.
Las FDI han anunciado que el comandante de la brigada de apoyo de fuego y el jefe máximo de la brigada serán cesados de su cargo. Además, el comandante de la brigada y el comandante de la 162 División serán amonestados formalmente, y el comandante del Comando Sur –que opera en esa zona del país– también será reprendido por “su responsabilidad general en el incidente”.
Por su parte, WCK ha dado la bienvenida al anuncio de Israel y ha dicho que las medidas adoptadas son “pasos importantes hacia adelante”. “Sin embargo, de su investigación preliminar también se desprende claramente que las FDI han desplegado fuerza letal sin tener en cuenta sus propios protocolos, cadena de mando y reglas de enfrentamiento. Las FDI han reconocido que nuestros equipos siguieron todos los procedimientos de comunicación adecuados”, ha añadido la ONG en un comunicado.
Incluso, ha ido más lejos y ha exigido “la creación de una comisión independiente para investigar los asesinatos de los colegas del WCK. Las FDI no pueden investigar de manera creíble su propio fracaso en Gaza”.
También ha advertido de que “sin un cambio sistémico, habrá más fracasos militares, más disculpas y más familias afligidas”. Además, ha recordado que “la causa fundamental del lanzamiento injustificado de cohetes contra nuestro convoy es la grave falta de alimentos en Gaza”, motivo por el que WCK decidió lanzar una misión humanitaria para llevar ayuda a la Franja por mar, en colaboración con la ONG española Open Arms, cuyo barco ha descargado alimentos en el enclave palestino en dos ocasiones desde mediados de marzo. WCK se encargaba de preparar y distribuir la comida, como ha hecho tantas otras veces en conflictos armados y emergencias en todo el mundo.
Desde Open Arms, han dicho que “el ataque perpetrado por las Fuerzas de Defensa de Israel marca un doloroso punto de inflexión en nuestros esfuerzos por aliviar la crisis humanitaria en Gaza”.
De momento, la misión conjunta de WCK y Open Arms queda suspendida, así como las operaciones sobre el terreno en Gaza, tal y como ha reiterado la CEO de la organización, Erin Gore, quien ha insistido en que “Israel necesita tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de los trabajadores de ayuda humanitaria”. “Sus disculpas por el escandaloso asesinato de nuestros colegas representan un escaso consuelo”, ha agregado en el comunicado.
Un “patrón de ataques” contra los trabajadores humanitarios
Las condenas y las denuncias del ataque que costó la vida a los siete integrantes de WCK se han repetido a lo largo de la semana y han sido de las más duras que se han escuchado desde el comienzo de la ofensiva contra la Franja de Gaza, hace ya seis meses. El secretario general internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF), Christopher Lockyear, se ha sumado a la indignación colectiva, especialmente sangrante en el caso de las organizaciones humanitarias que actúan sobre el terreno en Gaza. “Llevamos semanas diciéndolo: este patrón de ataques es intencional o un indicador de una incompetencia imprudente” de Israel, aseguró este jueves en una rueda de prensa en Ginebra.
Lockyear lamentó la muerte de los integrantes de WCK —tres ciudadanos británicos, una australiana, un polaco, un palestino y un ciudadano de doble nacionalidad de EEUU y Canadá— pero recordó que muchos otros han perdido la vida en Gaza: “Cerca de 200 trabajadores humanitarios han sido asesinados, incluidos cinco miembros de MSF. Muchos de estos trabajadores han sido asesinados mientras ofrecían asistencia a los pacientes o se refugiaban con sus familias”.
“Que se permitan los ataques contra los trabajadores humanitarios es una decisión política, Israel no paga ningún coste político [por estos ataques] y sus aliados, por el contrario, hacen posible su brutalidad con la impunidad y con el suministro de incluso más armas”, destacó.
Precisamente, el principal aliado y proveedor de armas de Israel, Estados Unidos, se ha mostrado muy molesto después del ataque contra el convoy de WCK, que parece haber sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del presidente Joe Biden.
Biden habló este jueves por teléfono con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y le exigió alcanzar un acuerdo de alto el fuego en Gaza, “sin más dilación”, y le advirtió de que habrá consecuencias si Israel no cambia su conducta en la Franha. “Ha dejado claro que la política norteamericana con respecto a Gaza estará determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata en estos pasos”, dijo la Casa Blanca en un comunicado enviado poco después de que terminara la conversación entre los dos líderes. “El presidente Biden ha enfatizado que los ataques a los trabajadores humanitarios y toda la situación humanitaria en general es inaceptable”.
Poco después de esa llamada, Washington y Tel Aviv anunciaban que Israel abrirá nuevas rutas para facilitar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, especialmente en la mitad norte de la Franja, donde unas 300.000 personas pasan hambre porque desde hace meses apenas llegan alimentos y otros suministros básicos.
Cuando las puertas para la ayuda humanitaria están cerradas, las puertas de la inanición están abiertas
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha denunciado este viernes que más de la mitad de la población de 2,3 millones de Gaza sufre un “hambre catastrófica” y que “los niños están muriendo por la falta de comida y agua”. “Esto es incomprensible y completamente evitable”. En declaraciones en Nueva York ha dicho que “cuando las puertas para la ayuda humanitaria están cerradas, las puertas de la inanición están abiertas”.
Además, Guterres ha rendido homenaje a los 196 trabajadores humanitarios muertos en la guerra de Gaza, de los cuales 175 formaban parte del personal de Naciones Unidas, la gran mayoría de ellos de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que es el organismo que presta la mayor parte de la asistencia en la Franja. También ha recordado a los de WCK, cuya muerte esta semana ya había lamentado anteriormente.
“El gobierno israelí ha reconocido errores y anunciado algunas medidas disciplinarias. Pero el problema esencial no es quién cometió los errores, sino la estrategia y los procedimientos militares vigentes que permiten que esos errores se multipliquen una y otra vez”, ha alertado Guterres. “Reparar esos errores requiere investigaciones independientes y cambios significativos y tangibles sobre el terreno”.
Desde la ONU, aumenta la presión sobre Israel y, este viernes, el Consejo de Derechos Humanos del organismo ha aprobado una resolución a favor del embargo de armas a Israel: 28 países han votado a favor, 13 se han abstenido y 6, en contra (entre ellos, EEUU y Alemania). Naciones Unidas no tiene mecanismos para obligar a los Estados miembros a que la cumplan, ni siquiera en el caso de las resoluciones del Consejo de Seguridad, su máximo órgano ejecutivo.
La resolución destaca “la necesidad de asegurar la rendición de cuentas por todas las violaciones de la ley humanitaria internacional y de los derechos humanos [en Gaza] para acabar con la impunidad”.