El Ejército israelí pide a los residentes de “zonas seguras” del sur de Gaza que se marchen

Francesca Cicardi

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El Ejército israelí ha lanzado octavillas sobre varias localidades del sur de Gaza, en las que advierte a sus residentes que es mejor que evacúen y se marchen a otras “zonas seguras”, después de haber hecho lo mismo hace un mes en el norte de la Franja.

Desde entonces, unos 1,7 millones de gazatíes –más de dos tercios de la población– han abandonado sus hogares y se han desplazado, la mayoría hacia el sur, donde supuestamente corren menos peligro, aunque los ataques aéreos también han golpeado esa parte de la Franja.

Ahora, el Ejército ha pedido a los residentes de las poblaciones de Al Qarara, Khuza’a, Bani Suheila y Abasan, situadas al este de Jan Younis –la principal ciudad del sur y donde se han reubicado una buena parte de los desplazados del norte– que abandonen sus viviendas. “Los actos del grupo terrorista Hamás hacen que las fuerzas de defensa tengan que actuar contra ellos en sus áreas de residencia”, dicen las octavillas, según la agencia de noticias Reuters. “Por su seguridad, tienen que evacuar sus lugares de residencia inmediatamente y dirigirse a los refugios conocidos”.

En esas cuatro localidades viven más de 100.000 personas, de acuerdo a los datos de Reuters, y no queda claro dónde se encuentran ni cuáles son esos refugios conocidos a los que se refiere el Ejército en sus advertencias. En la noche del miércoles al jueves, la zona fue bombardeada de forma intensa, según algunos residentes, lo cual podría indicar que Israel se dispone a ampliar sus operaciones en el sur de Gaza.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha afirmado este jueves que las tropas terrestres van “hacia la siguiente fase” de su ofensiva en Gaza, después de haber “capturado y limpiado el oeste de la Ciudad de Gaza”, sobre la que empezaron su asalto hace más de dos semanas. El Ejército israelí había anunciado poco antes la toma del “control operativo del puerto” de Gaza, en la costa mediterránea de esa ciudad, que era “utilizado por Hamás con fines terroristas”.

Por su parte, el jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha asegurado este jueves en Ginebra que un tercio de las casi 11.500 muertes desde que empezó la guerra en Gaza han ocurrido en el sur del enclave, la zona de evacuación supuestamente segura. “En Gaza no hay lugar seguro, ni en el norte, ni en el sur ni en la zona central, ni siquiera los locales de la ONU son seguros”, ha lamentado, según la Agencia EFE.

Lazzarini también ha firmado un comunicado, junto a casi una veintena de jefes de agencias de la ONU y ONG colaboradoras, en el que afirma que no participará en el establecimiento de ninguna “zona segura” en Gaza si no es acordada por todas las partes en conflicto. La creación de esas zonas no es viable “si no se ponen en marcha condiciones básicas para garantizar la seguridad y otras necesidades fundamentales, o un mecanismo que las supervise”, han señalado las organizaciones con sede en Ginebra, Nueva York y Roma.

“En las actuales circunstancias, las propuestas de crear unilateralmente 'zonas seguras' en Gaza podrían causar daño a los civiles, incluyendo pérdidas en vidas humanas a gran escala, y deben rechazarse”, han advertido.

Una “zona segura” es un área que se crea para proteger a civiles de hostilidades durante un conflicto, aunque las agencias y ONG insisten en que no se cumplen las condiciones mínimas para su creación. Éstas son, recuerdan, el acuerdo mutuo de las partes en conflicto de no atacar esa zona segura, proveerla de las necesidades básicas y permitir el libre movimiento de los civiles que allí se refugian.

Desde el Programa Mundial de Alimentos, su directora ha advertido hoy de que la población de Gaza “se enfrenta a la posibilidad inmediata de morir de hambre” porque sólo un 10% de los alimentos que necesita están entrando a la Franja desde el comienzo de la guerra hace unos 40 días.

“Los suministros de alimentos y agua son prácticamente inexistentes, y sólo una fracción de lo que se necesita está llegando a través de las fronteras. Con el invierno acercándose rápidamente, los refugios inseguros y hacinados, y la falta de agua potable, los civiles se enfrentan a la posibilidad inmediata de morir de hambre”, ha afirmado Cindy McCain.