Francia ha sufrido este viernes un sabotaje organizado contra su red de trenes de alta velocidad que ha provocado ya anulaciones masivas y retrasos de trenes. El sabotaje está afectando sobre todo a París y está generando graves problemas de tráfico a pocas horas de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos y en unos días especiales para la salida y entrada de vacaciones.
La empresa nacional francesa de ferrocarril (SNCF) ha anunciado a primera hora un “sabotaje masivo” destinado a paralizar la red de trenes de alta velocidad (TGV). Tres de las cuatro principales líneas de París se han visto afectadas.
La compañía calcula que han resultado afectadas hasta el momento 250.000 personas, va a continuar con las reparaciones, advierte de que las perturbaciones se van a prolongar durante el fin de semana, de forma que el número de afectados puede llegar a 800.000.
Las líneas afectadas, con horas de retraso y múltiples suspensiones, han sido las de los ejes norte (que incluyen también los TGV a Londres, Bruselas, Ámsterdam y Alemania), oeste (Bretaña, Burdeos) y este (Estrasburgo, Fráncfort).
La situación de las líneas afectadas
Los trenes han vuelto a circular en el eje del Atlántico, tras una parálisis total en ese corredor que va de París a Bretaña, Burdeos, Toulouse o el País Vasco (España).
La SNCF ha dicho en un comunicado que se van a poner en servicio un tercio de los trenes inicialmente programados, y que el tiempo de trayecto se va a ver prolongado en una hora y media y dos. La razón es que van a tener que utilizar la línea convencional, ya que la del TGV se ha quedado inutilizada por el ataque de una instalación de señalización, que ha sido incendiada.
En cuanto a los otros tres ejes víctimas del sabotaje, la compañía ferroviaria ha precisado que en el del Norte (en dirección a Lille, Londres, Bruselas, Países Bajos o el norte de Alemania) se han tenido que suprimir algunos convoyes y los que se mantienen lo hacen con retrasos de entre una hora y media y dos.
Eurostar ha cancelado uno de cada cuatro de sus trenes (el 25%) desde este viernes hasta el domingo, y prevé que la normalidad no regrese hasta el lunes por la mañana, según ha dicho la compañía en un comunicado remitido a EFE. Previamente la compañía que opera el tráfico ferroviario entre Reino Unido y Europa continental había explicado que sus trenes de alta velocidad entre París y Lille han sido desviados por vías convencionales que atrasan el trayecto hasta en hora y media.
En el corredor del Este (de París a Luxemburgo y a Estrasburgo), se han hecho reparaciones que han permitido restablecer una circulación normal en las líneas hasta Metz y Nancy. Pero a partir de ahí, en dirección de Estrasburgo, los retrasos son de una hora y también ha habido algunas cancelaciones.
En el origen de todo están los ataques “coordinados” que se han producido en la madrugada de este viernes, con el incendio de instalaciones de señalización en estos tres corredores.
También ha habido una tentativa en el cuarto corredor de TGV, el Sureste, que va de París en dirección de Lyon, Marsella o Barcelona. Sin embargo, en ese caso quedó abortada porque unos empleados de la SNCF sorprendieron a un grupo de individuos que huyeron en una camioneta cuando trataban de quemar unos equipamientos.
Desde SNCF habían insistido en lo mismo en un comunicado: los viajeros que no hubieran recibido un correo electrónico o SMS confirmándoles que su tren saldrá, debían evitar presentarse en las estaciones.
Las estaciones del Norte, del Este y de Montparnasse, han quedado especialmente afectadas, con miles viajeros atascados desde la mañana.
Se prevé que los más afectados por los incidentes sean los franceses que tenían previsto viajar en uno de los principales fines de semana de salida de las vacaciones de verano.
Varios partidos olímpicos, incluidos los de fútbol, tendrán lugar en localidades fuera de París, como Nantes y Burdeos, conectadas con París por importantes líneas ferroviarias.
Investigación judicial
De momento, nadie se ha atribuido la autoría de los ataques.
La Fiscalía de París ha asumido la investigación por cuatro posibles delitos y la Subdirección Antiterrorista de la policía (SDAT) se encarga de la coordinación.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, ha subrayado que están movilizados los servicios secretos y las fuerzas del orden “para encontrar y castigar a los autores de esos actos criminales”.
Aunque no ha querido entrar a especular, Attal ha hecho notar que “lo que se constata es que esta operación ha sido preparada, coordinada, que se han atacado puntos neurálgicos, lo que muestra una forma de conocimiento de la red para atacarla”.
La presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, ha asegurado también que se trata de “un intento de desestabilización” del país en uno de sus momentos clave. Pécresse ha pedido a los usuarios que tenían viajes programados que se abstengan de dirigirse a las estaciones de TGV hasta que no reciban un aviso por SMS.
La elección de los puntos donde tuvieron lugar los incendios hace pensar que los autores, además de coordinados, tienen conocimientos técnicos.
El ministro de Transportes, Patrice Vergriete, ha calificado los hechos como “un acto criminal escandaloso” y ha resaltado la “coordinación” de los incendios, que fueron aproximadamente “a la misma hora”, en torno a las 04.00 (02.00 GMT), con artefactos incendiarios y con autores que huyeron en camionetas.
El presidente de SNCF, Jean Pierre Farandou, ha tildado los sabotajes como “un ataque a Francia y a los franceses”, en una comparecencia conjunta a la prensa junto con el ministro. Farandou ha detallado que el trabajo de reparación es muy delicado, ya que los incendios afectaron a canalizaciones con hasta 500 cables eléctricos y de fibra óptica.
“Hay que reparar cable por cable, es un trabajo casi de orfebrería”, ha explicado un alto responsable de la empresa en esa comparecencia.
El prefecto de París, Laurent Nunez, ha anunciado por su parte el envío de refuerzos policiales a las principales estaciones de la capital para garantizar la seguridad de los pasajeros y de las instalaciones.