Una larga jornada de disparos desde la Franja de Gaza y bombardeos israelíes de represalia han elevado las cifras de muertos al menos a 67 palestinos —entre ellos 17 menores— y siete israelíes. En la madrugada de este jueves las milicias de Gaza han continuado lanzando proyectiles, que volvieron a hacer sonar las alarmas antiaéreas en la ciudad de Tel Aviv y que por primera vez en años llegaron a ciudades del norte de Israel.
El Ejército israelí, por su parte, ha informado de que bombardeó “edificios estratégicos” del movimiento islamista Hamás, que controla de facto la franja, y que ha asesinado a milicianos de la organización.
Además, también en las primeras horas del jueves, un portavoz militar ha dicho que un avión de combate israelí bombardeó la residencia de un importante comandante de Hamás y un edificio que el grupo utilizaba para operaciones de contrainteligencia.
Estos intercambios de fuego representan la continuación de las hostilidades en la zona, que comenzaron el lunes por la tarde y que, después de tres días de ataques incesantes, encaminan este enfrentamiento a una guerra.
Grupos de ciudadanos árabes y judíos de Israel se han enfrentado en distintas partes del país, incluyendo linchamientos en las ciudades de Bat Yam y de Acre, en el primer caso de un árabe y en el segundo un judío, siendo atacados por un grupo. Ambas víctimas se encontrarían en estado grave.
Varios grupos de judíos y de árabes israelíes (autóctonos o descendientes que se quedaron tras la creación del Estado de Israel en 1948 y que tienen una fuerte identidad palestina) se han enfrentado entre sí y con las fuerzas de seguridad, y hasta el momento más de 370 han sido arrestados en distintas partes del país.
Los incidentes han tenido lugar en ciudades donde viven miembros de ambas comunidades, incluyendo Bat Yam, Acre, Lod, Tiberias y Jaffa, entre otras.