Han pasado poco más de dos semanas desde las elecciones que han otorgado la victoria en Italia a la coalición de centro-derecha más a la derecha que nunca, dejando al Partido Democrático una segunda plaza que ha abierto un profundo proceso de reflexión en la formación liderada por Enrico Letta. El secretario general del PD anunció tras el resultado que convocaría un Congreso en el que no volvería a ser candidato para liderar el partido. En una entrevista a elDiario.es este martes en Madrid, donde ha abierto el acto de la XVII Lección Conmemorativa de la Fundación Carlos de Amberes pronunciada por el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, Letta (Pisa, 56 años) prefiere hablar de Europa y de los problemas que la “izquierda de gobierno” tiene en todo el continente para conectar con las franjas más vulnerables de la sociedad. Pero, finalmente, no rehúye las preguntas sobre el futuro Gobierno. “Espero que mantengan a Italia en el corazón de Europa”, dice.
¿El resultado de las elecciones ha sido una victoria de Hermanos de Italia por méritos propios o una derrota por una estrategia fallida del Partido Democrático?
El país ha elegido a la derecha. La derecha ha sido más capaz de unirse, cosa que la otra parte no ha hecho desafortunadamente. La victoria de la derecha es fruto de esto y también es fruto de que en este momento en toda Europa está prevaleciendo el miedo, los temores por el futuro y se ve que las respuestas de la derecha han sido más convincentes que las de la izquierda. Esto pasó en Suecia, pasó en Italia y me parece un tema europeo bastante importante. Luego, por supuesto, también hay cuestiones italianas internas, que tienen que ver precisamente con la división en el campo que se oponía a la derecha que se presentaba unida. Esa unidad ha sido crucial.
Ahora tendremos un Congreso, que será un congreso constituyente para un nuevo Partido Democrático, porque creo que después de este giro del país hacia la derecha, tenemos que repensarlo todo. Hay que construir una nueva propuesta fuerte para el futuro. Empieza una legislatura en la que hay que hacer oposición y hacerla bien. Así que el Congreso constituyente del PD, que celebraremos este invierno pero cuyo proceso comienza ahora, es nuestro compromiso para reflexionar sobre esta derrota, pensar en el futuro y construir una oposición eficaz.
La derecha, en su visión euroescéptica, siempre se alimenta del hecho de que Europa no esté a la altura
Hace unos días, en la reunión de la dirección nacional del partido, dijo que el escenario internacional influyó por la inestabilidad que genera miedo en la población y que cuando hay miedo, la derecha gana. ¿Cómo puede la izquierda evitar que se cumpla esta máxima?
Primero, obviamente, hace falta que la guerra termine. Estos miedos son producto de una situación de inestabilidad, de la guerra... Es una situación que genera temores en todas partes, en todos nuestros territorios, en todas las franjas de la población. Así que lo primero que hay que hacer es hacer todo lo posible para que se llegue a la paz. Este tiene que ser un esfuerzo de todos, porque para la paz hace falta la unidad de todos los europeos.
Pero luego hay una segunda reflexión que probablemente también se tiene que hacer a nivel europeo. Tendremos el Congreso de todos los partidos progresistas europeos en Berlín el viernes y el sábado y yo también estaré allí. Allí estará Pedro Sánchez. Esa será la ocasión, a mi juicio, para hacer una reflexión profunda sobre el tema de la protección, que es el tema central. Es decir, ante esos miedos crecientes –por la guerra, los costes de la energía, las facturas de la luz, el miedo al futuro, el miedo por el trabajo, el miedo a poder llegar a fin de mes– hace falta una política de protección que probablemente no hemos podido desarrollar suficientemente ni en Suecia ni en Italia, hablando de dos países donde hemos perdido. Esta es la reflexión más importante: cómo proteger el nivel de vida, cómo proteger los empleos, cómo proteger a las familias en un momento en que las facturas de la energía son tan altas. La derecha ha demostrado ser más capaz hoy de enviar mensajes en respuesta a estos miedos de lo que hemos sido capaces nosotros.
Con la pandemia se ha hecho un esfuerzo en este sentido, con el Fondo de recuperación...
Ha sido un ejemplo positivo, ha sido fundamental para desmantelar esa idea de que Europa no podía ayudar a las personas en situaciones de dificultad, esa idea, muy fuerte sobre todo durante la crisis financiera, de que Europa ayudaría a los que ya están bien, la idea de que Europa ayudó a los bancos y no a las personas con dificultades. En la pandemia la respuesta ha estado a la altura con los fondos de recuperación. Sin embargo, a día de hoy hoy esta respuesta está costando. Y esta es una de las cosas que ha ayudado y ayuda a la derecha, porque la derecha, en su visión euroescéptica, siempre se alimenta del hecho de que Europa no esté a la altura. Hoy la respuesta europea está costando, como ha dicho Mario Draghi en el último Consejo Europeo. Y esto la gente lo percibe y la derecha se beneficia de ello.
¿Se refiere al tope al precio del gas?
Hay que desacoplar la energía producida a partir del gas y la energía producida con las renovables. Esto es fundamental y el hecho que aún no se ha llegado a este punto es muy grave. Es el signo de una profunda dificultad europea. Espero que esto se supere en el próximo Consejo Europeo del 20 de octubre.
Ahora que Italia estará gobernada por un Gobierno a tracción de un partido de extrema derecha, ¿cuáles son los riesgos para los equilibrios europeos y el papel de Italia en Europa?
Yo espero que las decisiones que tomen mantengan a Italia en el corazón de Europa. Vamos a esperar a ver qué gobierno forman. No quiero hacer juicios sin haber visto el gobierno todavía. Me asustó mucho que la primera salida europea de Giorgia Meloni tras las elecciones haya sido con Vox [con su mensaje para el festival VIVA 22 que la formación de Santiago Abascal organizó el pasado fin de semana en Madrid]. Para mí es una mala señal. Hubiera esperado que la primera comparecencia europea fuera en Bruselas, no con el partido más antieuropeo que existe en España, con el partido más de extrema derecha a nivel europeo. Ha sido una pésima señal para el debut. Veremos cuáles son los próximos pasos. Pero, repito, juzgaremos después de escuchar el discurso [de investidura] de Meloni y después de ver la lista de ministros.
Draghi dijo la semana pasada en Praga que la política exterior de Italia no debería cambiar. ¿Usted cree que Italia mantendrá su postura sobre el apoyo a Ucrania?
Espero mucho que así sea. Creo que es necesario, como hemos visto en las últimas horas, con el ataque criminal y terrorista de Rusia contra objetivos civiles en todas las ciudades de Ucrania. Espero que se abran perspectivas para la paz y que Italia se mantenga firme.
¿Un país con una deuda del 150% “saldrá adelante con cualquier Gobierno”, como ha dicho Draghi?
Hay que hacer políticas económicas que sean consecuentes con eso. No es lo mismo tener una deuda del 30% que es la que tiene Luxemburgo, del 70% que es la que tiene Alemania o del 150% que es la que tenemos nosotros. El margen de maniobra es mínimo y sobre todo, como demuestra lo ocurrido en Reino Unido, cualquier mala elección se paga. Espero que sean conscientes de la situación de gran inestabilidad que se vive en los mercados, de gran volatilidad. No estamos en un momento simple, es un momento de gran dificultad. Así que espero que las decisiones que tomen tengan esto en cuenta. Lo que puedo decir es que nuestra oposición también será dura e intransigente sobre esto. Italia debe estar en el centro de Europa porque Europa nos protege. Salir del corazón de Europa significa bajar el nivel de protección de nuestra economía, de nuestros ahorros, de nuestra deuda pública. Por lo tanto es absolutamente esencial que Italia permanezca en el corazón de Europa en esto. De lo contrario, todo será más complicado.
Italia debe estar en el centro de Europa porque Europa nos protege. Salir del corazón de Europa significa bajar el nivel de protección de nuestra economía
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, le envió un vídeo de apoyo para el cierre de su campaña electoral. Meloni ha afirmado que espera que aquí también llegue un cambio de Gobierno. ¿Cómo cambiarán las relaciones entre Italia e España, en un momento crítico para Europa?
Mi deseo –y se lo he dicho también al rey Felipe esta tarde– es que las relaciones entre Italia y España no se vean afectadas por estas diferencias de color político, porque Italia y España tienen que entenderse, deben estar juntas, deben tener una misma línea, deben necesariamente hacerlo, por el bien de los dos países y por el bien de Europa. Así que para mí la amistad entre Italia y España va más allá de cualquier color político. Siempre ha habido una gran amistad y yo soy testigo de ello, ya que durante 20 años he coordinado el foro de diálogo Italia-España. Ese diálogo se ha mantenido independientemente de los colores políticos de los Gobiernos. Espero que siga siendo así. Es evidente que esta cercanía con Vox no ayuda.
Usted en la campaña electoral ha incidido mucho en esta disyuntiva nosotros y la Europa de Alemania y Francia o ellos y la Europa de Orban. ¿Se ha arrepentido de haber centrado la campaña electoral en esto? Algunos votantes me decían en los días previos a las elecciones en Roma “hemos entendido que hay un riesgo de acabar como Hungría, pero ¿cuál es el proyecto que ellos proponen?”
Está claro que cuando se pierden las elecciones hay que reflexionar sobre todo lo que ha ocurrido, y haremos todas las reflexiones mirando todo con atención. Pero el hecho de que haya una alternativa entre nuestra idea de Europa y la de ellos de Europa no es una estrategia de campaña electoral, es nuestro ADN y es una diferencia que yo reivindico. Obviamente, máximo respeto para el gobierno que viene y esperaremos a ver qué hacen.
Y luego, en la campaña, sí tratamos de explicar nuestra propuesta en todos los temas, del trabajo, medio ambiente, derechos que fueron tres temas de nuestra campaña electoral. Evidentemente, como decía antes, no hemos sabido trasladar bien ese mensaje de protección que ante este momento hacía falta transmitir. Y creo que es un tema italiano, un tema europeo, y es un tema sobre el que estamos reflexionando. El Congreso servirá también para esto. Y será también el tema del Congreso de los progresistas en Berlín.
Algunos militantes del partido decían que si ha habido un error ha sido no tener valentía a la hora de apostar por los jóvenes, por el recambio generacional…
Nuestro programa era el que más se centraba en la cuestión de los jóvenes, por lo tanto, el hecho de que no pudiéramos transmitir esto es uno de los puntos que deben formar parte de la reflexión, incluso autocrítica, que debemos hacer: la cuestión de los jóvenes y de las mujeres serán las dos cuestiones centrales del Congreso. Y son dos cuestiones que no son solo italianas, también son cuestiones europeas y se hablará de ello en Berlín.
Mientras la derecha lleva a la primera mujer a ser primera ministra de Italia, es llamativo oír estos días a representantes femeninas del PD definir al partido como 'machista', después de unas elecciones donde solo el 31 por ciento de sus diputadas elegidas son mujeres...
Las elecciones que haremos a partir de ahora, empezando por el nombramiento de los portavoces parlamentarios que tendrán que ser dos mujeres, se harán para superar ese problema grande que hemos tenido. Y de esto también se tiene que hablar en el Congreso, donde quiero que haya un debate libre y que realmente se aborden todas las cuestiones. Y esta es una de esas cuestiones, aún más evidente ahora que la otra parte elige a una mujer joven como primera ministra.
¿Por qué ha decidido no volver a presentarse para guiar el partido?
Porque hace falta una nueva generación que tome el relevo.
¿Es una refundación del partido o se llegará a una disolución del PD?
Será un congreso constituyente del nuevo PD, una gran oportunidad para que una nueva generación pueda medirse con responsabilidades que en mi opinión también son fascinantes, interesantes. Oponerse a esta derecha, en términos de acción política, es una de las cosas más interesantes y decisivas.
Hemos visto a los obreros que han votado a la Liga de Salvini primero y ahora a Meloni, y en el sur, en las zonas más empobrecidas, el Movimiento 5 Estrellas ha obtenido unos resultados impensables en julio cuando contribuyeron a la caída del gobierno de Draghi. ¿Qué le ha faltado al PD para llegar a estas franjas de la población?
Este es el problema de la izquierda en Europa. Hoy esa izquierda de gobierno en Europa, en todas partes, también en Italia, tiene este gran problema. Le cuesta hablar a esa parte de la población que tiene problemas para llegar a fin de mes. Este también ha sido nuestro problema, y será uno de los temas de los que también hablaré en Berlín. Qué significa ser una izquierda de gobierno que sea capaz de comunicarse con los más vulnerables en nuestra sociedad, con los que necesitan protección, con los que necesitan estabilidad. Y objetivamente, esta es la clave de todo el asunto y la clave de una reflexión sobre nuestro futuro.
¿Se ha arrepentido de haber vuelto a la dirección del PD hace dos años dejando la dirección de la Escuela de Asuntos Internacionales de Universidad de Ciencias Políticas de París?
No, en absoluto. Lo volvería a hacer. Ha sido una experiencia bellísima. Es una experiencia de servicio al país y a las ideas en las que uno cree.