Estados Unidos ha iniciado este jueves ante la ONU el proceso para restablecer las sanciones internacionales contra Irán. La decisión promete abrir una dura batalla en el Consejo de Seguridad de la organización, donde otras potencias rechazan que Washington tenga derecho a utilizar esa vía.
Estados Unidos, que bajo la Administración de Donald Trump ha abandonado el acuerdo nuclear firmado con Teherán en 2015, pretende utilizar una cláusula contenida en ese pacto para recuperar todos los castigos internacionales que pesaban hasta entonces sobre Irán.
Mike Pompeo, secretario de Estado del país, ha viajado a Nueva York este jueves para formalizar el movimiento, que llega después de que la semana pasada el Consejo de Seguridad rechazara una propuesta estadounidense para prorrogar el embargo de armas contra Irán, que expira el próximo octubre.
Este movimiento sigue una tendencia similar a la observada durante los primeros compases de este año. La administración Trump ya anunció en enero sanciones económicas contra ocho altos cargos iraníes y las grandes empresas productoras de hierro, cobre y acero de la región.
“Estas sanciones continuarán hasta que el régimen detenga la financiación del terrorismo global y se compromete a no contar nunca con armas nucleares”, argumentó Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, en una respuesta que trataba de castigar, así, las maniobras militares que Irán había realizado en territorio iraquí y que terminaron con la destrucción de dos bases estadounidenses.
Las autoridades iraníes han instado a la ONU a que rechace la propuesta y han tildado la iniciativa estadounidense de “nula”. “Estados Unidos no debería probar suerte. Solo será humillado de nuevo”, ha escrito en su cuenta oficial de Twitter el embajador iraní ante la ONU, Mayid Tajt Ravanchí.
El acuerdo firmado en Teherán en 2015, resultó un pacto histórico para evitar que Irán se hiciera con la bomba atómica. La firma limita el programa nuclear iraní a cambio de aliviar las sanciones internacionales. Una restauración de las sanciones podría llevar a una nueva escalada militar en la región.