“Quiero pedir a nuestras Fuerzas Armadas no mancharse con la sangre del pueblo”. Estas fueron las últimas palabras de Evo Morales en Bolivia antes de partir la pasada noche a México, país que le concedió asilo después de su renuncia tras un golpe militar. El avión de las Fuerzas Aéreas Mexicanas en el que viaja ha despegado este martes desde el aeropuerto internacional de Asunción, adonde había llegado de madrugada y permaneció unas cuatro horas tras salir de Bolivia, según ha informado a Efe una fuente oficial.
Según ha confirmado Efe, la razón de esta escala era conseguir los permisos para sobrevolar Brasil, Perú y Ecuador y abastecerse de combustible. El presidente de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), Édgar Melgarejo, afirma que esos permisos llegaron tras ser solicitados desde ese aeropuerto, donde se autorizó el plan de vuelo hasta México. También indica que debido a la situación que atraviesa Bolivia y a la condición de asilado de Morales “ellos tenían premura de abandonar suelo boliviano”.
Por su parte, el canciller paraguayo, Antonio Rivas, dijo a los periodistas que la escala se debió a una solicitud hecha a Paraguay por la Cancillería mexicana. “Desde aquí se establecieron los otros pedidos de autorización para llevar a cabo el sobrevuelo en el caso de Brasil y otros países más”, apuntó el canciller.
Morales no salió del avión durante la parada en el aeropuerto de Asunción. El exmandatario ha declarado a Radio Monumental que entre los ocupantes del aparato está el exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera, quien bajó a la pista a saludar al embajador mexicano en Paraguay.
La Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) no ha emitido ninguna información ni las causas por las que se hizo la escala en el aeropuerto, ubicado en la ciudad de Luque (Gran Asunción). El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, había confirmado anoche que el Gobierno de Perú decidió abrir su espacio aéreo al avión de México que iría a buscar a Evo Morales
El que ha sido presidente de Bolivia durante 13 años ha afirmado que le duele “abandonar el país por razones políticas” y asegura que pronto volverá “con más fuerza y energía”.
Evo Morales renunció este domingo tras un golpe militar. Militares y policías pidieron su dimisión a pesar de que el mandatario había anunciado horas antes una repetición electoral. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el comandante de las Fuerzas Armadas. Pocas horas después, Morales anunciaba que se echaba a un lado para lograr la “pacificación” del país, sumido en una crisis política y social desde las elecciones del pasado 20 de octubre entre acusaciones de fraude electoral.
Los militares se despliegan en las calles de Bolivia
Este lunes, las Fuerzas Armadas de Bolivia anunciaron que iban a realizar “operaciones conjuntas” con la Policía Boliviana después de que esa fuerza les informara que había sido “rebasada” por los episodios violentos en urbes como La Paz y El Alto.
Casi una hora después del anuncio realizado por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, se escuchó en La Paz el sobrevuelo de aviones militares. También se vieron circular motocicletas abordadas por uniformados y vecinos compartieron en las redes sociales vídeos de vehículos militares desplazados en zonas como Ciudad Satélite, en El Alto, ciudad vecina de La Paz.
En la central Cochabamba, donde en esta jornada fueron quemadas unidades policiales, se informó sobre el sobrevuelo de helicópteros en distintas zonas de esa ciudad. El general Kaliman defiende que buscan “evitar sangre y luto a la familia boliviana, empleando en forma proporcional la fuerza contra los actos de grupos vandálicos que causan terror en la población”. “Nunca las Fuerzas Armadas abrirán fuego” contra la población, aseguró.
Dimite el ministro de Defensa
El ministro de Defensa boliviano, Javier Eduardo Zavaleta López, ha anunciado su renuncia al cargo en una carta a través de Twitter en la que la expresó que su voluntad “fue siempre preservar la institucionalidad de las Fuerzas Armadas al servicio de la población” y no contra ella.
“Jamás dimos una orden para que nuestros soldados y marineros empuñen un arma contra su pueblo y jamás la daremos”, ha indicado Zavaleta, el decimoterecer ministro en dimitir del antiguo gabinete de Evo Morales. “El Estado que construimos es una Bolivia en la que un militar debería encarar la defensa de su patria al lado de su pueblo y no contra él, por lo tanto, la responsabilidad de volver a las armas contra el pueblo será de aquellos que tomaron esa decisión”, señala Zavaleta al explicar las razones de su dimisión en la misiva con fecha del lunes 11 de noviembre. “La política son las ideas contra las ideas y no el zumbar de las balas”, concluye.
“Señor Carlos Mesa (expresidente y principal contrincante de Morales en las elecciones), señor Fernando Camacho (líder de un comité cívico, a los que Morales acusa de orquestar el golpe de estado para sacarlo del poder) un asunto político no se resuelve aumentado el calibre de la represión contra sus compatriotas, las balas no son la respuesta ni la solución”, añade el texto.
Policías se arrancan del uniforme la bandera indígena
En las redes sociales han circulado varios vídeos de policías arrancando de sus uniformes la 'wiphala' bordada junto a la bandera nacional tricolor. La insignia multicolor y ajedrezada representa a los pueblos indígenas y, según la Constitución boliviana promulgada por Morales en 2009, es uno de los símbolos nacionales. En la práctica, la bandera se asocia al partido del exmandatario, el Movimiento Al Socialismo (MAS).
“Nos ha hecho creer que había dos Bolivias y nosotros siempre hemos pensado que Bolivia es una sola, que el rojo, amarillo y verde es el que nos tiene que cobijar a todos”, ha dicho Miguel Mercado, el comandante departamental de Policía en Santa Cruz, en una entrevista con el canal de televisión Unitel.
En la ciudad de El Alto, cientos de personas protestaron este lunes contra los agentes que se quitaron el símbolo de sus uniformes. “La wiphala se respeta, carajo”, dijeron los manifestantes, según informa el diario Página Siete. Los medios locales también han informado de que un grupo de efectivos policiales se concentraron en el centro de La Paz con una bandera blanca y una wiphala para pedir perdón, en aymara, quechua y castellano, por el “agravio” hacia una de las banderas nacionales.