El exabogado de Donald Trump, Michael Cohen, ha subido al estrado del tribunal de Manhattan este lunes para testificar en el juicio contra el expresidente por el caso Stormy Daniels. Fue él quien, inicialmente, pagó de su bolsillo los 130.000 dólares para comprar el silencio de la actriz porno. Cohen ha revelado como la motivación tras ese pago era evitar “un desastre en la campaña” y no encubrir un escándalo que pudiera dañar el matrimonio del magnate con Melania. Este hecho es clave para probar la acusación de la fiscalía de que Trump violó la ley de financiación electoral, ya que el objetivo de la transacción que después se ocultó bajo el concepto de “gastos legales” era evitar un escándalo que podía dañar su imagen de cara a las elecciones del 2016.
Cohen ha explicado que Trump le pidió que comprara el silencio de Daniels para evitar que decayera aún más su popularidad entre las votantes. En ese momento las encuestas mostraban como Trump tenía una muy baja aceptación entre las mujeres y Trump temía que el escándalo acabara de hundirlo. “Las mujeres van a odiarme”, dijo Trump al saber que había posibilidades de que se hiciera pública su relación con la actriz, según ha expuesto el exabogado.
El objetivo primordial era evitar que la historia se supiera antes de las elecciones, si se publicaba una vez ya habían pasado le daba igual. “Él no estaba pensando en Melania. Era todo sobre la campaña”, ha expuesto Cohen. Esta afirmación también es importante para desmontar uno de los posibles argumentos de la defensa: que el expresidente compró la historia de Daniels para evitar problemas con Melania.
El relato de Cohen es clave porque afecta al corazón del caso: la falsificación documental que se hizo después de que Trump reembolsara los 130.000 dólares a Cohen -que más intereses e impuestos, ascendió a un total de 420.000 dólares- y que lo registro bajo el concepto de “gastos legales”. Este encubrimiento es visto como una falsificación por la fiscalía, que acusa a Trump de 34 delitos y que le podrían costar hasta 4 años de prisión.
Cohen se ha mostrado ante el jurado como un trabajador devoto a su jefe, por quien haría “cualquier cosa” que le pidiera. “La única cosa que estaba en mi mente era cumplir con el trabajo, hacerlo feliz”, ha afirmado. Esta actitud de servidumbre respecto a Trump también se ha hecho notar cuando el exabogado ha explicado que comunicaba a su jefe cada pequeño logro para conseguir su “reconocimiento”. Es por ello que actuaba como su mano derecha en la trama que idearon con David Pecker, el por aquel entonces editor del The National Enquirer, para evitar que los affaires de Trump salieran a la luz.
El relato de Cohen ha corroborado lo que ya explicó hace tres semanas Pecker, quién también acudió a la corte de Manhattan en calidad de testimonio: se resolvió con Pecker aplicar la táctica del “catch and kill” para silenciar los escándalos sexuales del republicano, además de que el exeditor se dedicaba a publicar noticias favorables a Trump mientras vertía ataques contra sus rivales.
El pago a una modelo playboy
El catch and kill es el nombre que se usa en el mundo de los tabloides norteamericanos para referirse a la estrategia de comprar los derechos de publicación de una historia para después silenciarla. Cohen ha relatado como este método también lo aplicaron con otras mujeres con quien se acostó Trump, como es el caso de la modelo Playboy Karen McDougal. McDougal también trató de filtrar a la prensa su encuentro con Trump, pero fue comprada.
Cómo se gestó la compra de esta publicación es un ejemplo de como funcionaba la trama ideada para tapar los escándalos sexuales del expresidente. El principal objetivo era que los pagos para comprar el silencio de las mujeres que se habían acostado con Trump no estuviera vinculado con ningún registro de la Organización Trump. “Si lo hacemos [el pago] desde una entidad de Trump, eso frustra el propósito, porque el objetivo es no tener el nombre de Trump relacionado con esto”, explicaba Allen Weisselberg, director de la Organización Trump, según ha recordado Cohen. Actualmente, Weisselberg está en prisión después de admitir que mintió a los investigadores que estaban tras las prácticas comerciales de Trump.
La semana pasada ya testificó la misma Daniels quien además de narrar su encuentro sexual con el magnate, también explicó como Cohen y Trump se acercaron a ella para comprarle su historia. El abogado de Daniels fue quien estuvo en contacto con Cohen para acordar el pago de 130.000 dólares y de hecho durante la sesión de este lunes se han mostrado diversos mensajes de texto que intercambiaron ambos representantes legales para negociar la transacción.
El juicio por el caso Stormy Daniels es el único de los cuatro juicios penales que ha conseguido celebrarse y probablemente sea el único que tenga un veredicto antes de las elecciones del cinco de noviembre. Los otros tres casos (el del intento de fraude electoral en Georgia, el de los papeles de Mar-A-Lago y el del intento de asalto al Capitolio) siguen congelados a causa de la estrategia de la defensa de Trump de inundar los tribunales con mociones.