Justo cuando la extrema derecha había cogido impulso y asaltado el Capitolio, Trump acepta resignado la derrota y deja de avivar el fuego que había alimentado durante meses –quizá forzado por la expulsión de su red social favorita y un impeachment histórico–. En este contexto, y con Washington blindado por 25.000 tropas de la Guardia Nacional de cara a la toma de posesión de Biden de este miércoles, la extrema derecha violenta debate desorientada estos días en las redes su futuro y próximos planes.
“Lo que vemos de cara a la toma de posesión de Biden no se parece en nada a lo que vimos en los meses previos al 6 de enero [el día del asalto al Capitolio]”, sostiene Rita Katz, directora de la consultora SITE Intelligence Group en un informe para clientes en el que rastrea los últimos mensajes de grupos ultras en la red. Tras estudiar los mensajes de aquellos días previos, Katz concluyó que el ataque contra el Capitolio fue previamente planeado.
“Las mismas multitudes que apoyaron el asedio al Capitolio parecen confusas con los siguientes pasos, especialmente dado que su líder espiritual Donald Trump no ha ofrecido más indicaciones. Es un escenario totalmente diferente del que llevó a la manifestación del 6 de enero, la que Trump promovió, a la que asistió y para la que creó el ambiente adecuado”, añade.
El nivel de amenaza para la toma de posesión de este miércoles es elevado y se han intensificado notablemente las medidas de seguridad, pero tal y como reflejan los mensajes rastreados, los radicales temen ser detenidos y no hay un nivel de organización como el que había antes del asalto al Capitolio. “Estos extremistas son actualmente una serpiente sin cabeza. Aun así, no podemos descartar la posibilidad de violencia organizada por grupos más marginales o individuos radicalizados en todo el territorio de EEUU”, dice Katz.
Uno de los ejemplos más claros es el del grupo ultra Proud Boys, conocido por el “retrocedan y aguarden” que le dedicó Trump durante un debate presidencial con Biden. “No vamos a ir a ninguna marcha. Os sugerimos que no vayáis a estos eventos. No nos sentaremos de brazos cruzados durante los próximos cuatro años, pero podemos elegir nuestras batallas en el futuro”, ha afirmado el líder del grupo, Enrique Tarrio.
El mensaje contrasta con el lanzado por el propio Tarrio en los días previos al asalto al Capitolio: “Los Proud Boys acudirán en cifras récord el 6 de enero, pero esta vez habrá un cambio. No llevaremos nuestro tradicional negro y amarillo [el uniforme del grupo son los polos Fred Perry negros y amarillos y el equipamiento militar]. Nos vestiremos totalmente de negro para la ocasión. Estaremos de incógnito y nos repartiremos por el centro de DC en equipos más pequeños”. Tarrio fue detenido a su llegada en Washington de cara a la manifestación del 6 de enero.
“No todo tiene que pasar el 20 de enero”
“No todo tiene que pasar el 20 de enero. El 20 no es el último día en el que podemos luchar. Creo que no es momento de ir a la capital con nuestras armas a menos que quieras que la Guardia Nacional te pare los pies. No sería muy bonito”, escribe un usuario en otro chat ultra.
Aunque el informe explica que los usuarios en varios foros extremistas señalan de forma “abrumadora” que no acudirán a la toma de posesión, la amenaza no ha desaparecido y el asalto al Congreso ha marcado un hito en el imaginario de la extrema derecha. “Esta no es la batalla en la que morir”, dice un integrante en un foro de milicias.
En otra plataforma, un usuario escribe que las futuras batallas tienen que ser un “esfuerzo coordinado con un liderazgo”, con varios estados en rebelión “y las milicias con ellos”. “Hay que unirse a personas con ideas similares y de milicias ¡Solo tenemos fortaleza si nos unimos! El asalto al Capitolio es el ejemplo”, escribe otro.
“En la siguiente protesta tenemos que estar más coordinados en relación a nuestros objetivos tácticos y estratégicos. La gente fue consiguiendo victorias tácticas y avanzando cada vez más en el edificio para luego parar porque no tenían un plan”, dice un usuario del foro TheDonald.
La directora de SITE explica: “Muchos de estos extremistas pro-Trump saben que lo que hicieron el 6 de enero probablemente no vuelva a ocurrir. Aun así, es aquí cuando ellos, como otros movimientos extremistas, probablemente empiecen a recurrir a acciones al estilo de lobo solitario”. “El escenario esperanzador de una toma de posesión tranquila y pacífica el 20 de enero no señala su caída. Más bien, lo que sucedió el 6 de enero fue la chispa que envalentonó una amenaza duradera”.
De hecho, fue el terrorismo de extrema derecha el que ayudó a popularizar en los 90 el término 'lobo solitario', en concreto los ultras Tom Metzger y Alex Curtis, que llamaban a otros ultras a cometer por su cuenta actos de terrorismo en nombre de la defensa de la población blanca.
En varios foros neonazis y de extrema derecha se incita a cometer estos ataques en solitario. “Aunque estas incitaciones se veían antes del asalto al Capitolio, la falta de una organización del movimiento desde entonces ha llevado a los extremistas a abrazar con más fuerza los ataques de pequeñas células o de lobos solitarios. Algunos sugieren que estas son las únicas opciones viables dado el aumento reciente de la seguridad”, señala el documento. Estas amenazas se lanzan especialmente contra políticos, empresas tecnológicas y periodistas, entre otros.
En un grupo neonazi se anima a atacar a los políticos en sus casas, las cuales se llama a “saquear” y “quemar”, mientras toda la atención está puesta en Washington. Muchos de ellos insisten en aplicar tácticas terroristas para generar miedo entre los representantes electos. “No saben lo que es el miedo en sus casas de cristal [vulnerables]”, “si tienen miedo en su hogar, tendrán miedo en cada esquina”, son algunos de los mensajes.
Otra de las conclusiones de los radicales es que creen que el asalto al Capitolio ha servido para reclutar a nuevos extremistas. “Las protestas del Capitolio han sido muy buenas para nosotros y están desesperando a muchos 'normies' [un término peyorativo referido a la gente normal que sigue la corriente] ... Vamos ganando, chicos”.
Los radicales también se muestran decepcionados ante el silencio y lo que ellos percibían como directivas de Trump. “Estamos solos”, “ha hecho lo que ha podido”, “nos ha abierto los ojos”, escriben algunos. Otros son más optimistas, como por ejemplo entre los seguidores de QAnon: “Sabe lo que hace. No perdáis la fe en él aunque no veáis resultados rápidos”. “Sigue siendo nuestro líder. No tiene que sentarse en el agujero de mierda de Washington para dirigir”, escribe otro en el foro TheDonald.