La extrema derecha gana concejales por toda Inglaterra y una nueva diputada a costa de conservadores y laboristas

La extrema derecha de Nigel Farage ha conseguido en las elecciones locales de este jueves sus primeros dos alcaldes, ha logrado cientos de concejales por toda Inglaterra a costa, sobre todo, del Partido Conservador, y ha arrebatado al Partido Laborista un escaño en el Parlamento nacional vacante por la dimisión de un diputado condenado por dar un puñetazo a un ciudadano.
Las elecciones locales y la elección especial para el escaño de la Cámara de los Comunes eran la primera prueba para Reform, el partido a la derecha de los tories, desde las generales del pasado julio, cuando logró cuatro escaños de 650 y Farage se convirtió en diputado nacional por primera vez. Desde entonces, las encuestas sitúan a Reform hasta en el primer lugar en intención de voto en un electorado cada vez más fragmentado.
“Éste es el principio del fin del Partido Conservador”, dijo Farage durante un mitin este viernes por la tarde en una predicción que, según voces expertas, puede resultar prematura pese a sus buenos resultados en las elecciones de este jueves.
Las generales previstas para 2029 quedan todavía lejos y el sistema de voto favorece a los dos grandes partidos, pero los avances de la extrema derecha son simbólicos y darán todavía más espacio a sus políticos en el debate público, que en el Reino Unido ya gira alrededor de la inmigración, su asunto prioritario.
Pese a que los ayuntamientos y otras autoridades locales apenas tienen poderes o recursos en el Reino Unido, Farage aseguró que intentará utilizar su nueva posición local para bloquear el alojamiento de solicitantes de asilo en hoteles, como hace ahora el Gobierno laborista y hacía también el anterior conservador.
“Le digo 'no' a poner a la gente en hoteles. Las tiendas de campaña son suficientes para Francia. Deberían ser suficientes aquí”, dijo también Andrea Jenkyns, la recién elegida alcaldesa de Reform en Greater Lincolnshire y antigua diputada del Partido Conservador que abandonó su grupo unas semanas antes de las elecciones generales el año pasado.
Farage también ha sugerido que su partido acabará con las políticas de diversidad y con el teletrabajo en ayuntamientos donde sus concejales tengan mayoría. “Si trabajas desde casa, olvídate”, dijo.
En todo caso, los de este jueves son unos comicios parciales de alcance limitado, que no incluyen a Londres ni otras grandes ciudades y tampoco zonas clave del país, como Escocia.
Primeros alcaldes y una diputada más
Reform ha logrado su primeras dos alcaldías en Greater Lincolnshire, un nuevo súper ayuntamiento que incluye varias zonas en el centro de Inglaterra, y en Hull y Yorkshire Este, otro ayuntamiento nuevo en el este. El partido ha conseguido más concejales que ningún otro grupo en las 23 autoridades locales que votaban en Inglaterra y donde en 2021 habían ganado mayoritariamente los conservadores.
Entre los más de 1.600 concejales sometidos a las urnas, Reform ha conseguido más de 600, un número parecido a los que ha perdido el Partido Conservador. El segundo partido con más concejales y que más avances ha tenido en estas elecciones es el liberaldemócrata, centrista y el más europeísta, con más de 300 concejales, y los verdes también han sumado representantes. El Partido Laborista del primer ministro Keir Starmer ha retrocedido en más de 180 concejales, si bien no se jugaba tantos sitios como el resto de grupos.

Entre las seis alcaldías en juego, el Partido Laborista ha conservado tres, el Partido Conservador ha ganado una que estaba en manos laboristas y Reform ha ganado las otras dos.
Además, el partido de Farage también ha conseguido su quinto escaño en el Parlamento nacional, que ocupará ahora Sarah Pochin en Runcorn y Helsby, en el noroeste de Inglaterra. Esta victoria, sin embargo, ha sido sólo por seis votos en lo que se considera el margen más estrecho en la historia de la Cámara de los Comunes. El laborista Mike Amesbury había ganado ese escaño en julio del año pasado por más de 14.000 votos, pero fue condenado este febrero a 10 semanas de cárcel por agredir a un ciudadano en un pub de su distrito.
Sin precedentes
John Curtice, experto en encuestas de la Universidad de Strathclyde y analista para la BBC, aseguró este viernes en la radio pública que el avance de la extrema derecha “no tiene precedentes” en la política británica y que supone “una amenaza significativa para el dominio tradicional de los conservadores y los laboristas”.
A la vez, Curtice señala que nunca ambos partidos han visto cómo los desafíos electorales llegan ahora “de todas las direcciones” ya que los liberaldemócratas y los verdes también han avanzado a costa de los dos grandes.
Según su proyección nacional para la BBC extrapolando los resultados de las locales, si las elecciones generales se celebraran ahora y siguieran el mismo patrón, Reform obtendría el 30% de los votos, los laboristas, el 20%, los liberaldemócratas, el 17%, los conservadores, el 15%, y los verdes, el 11. Curtice señala que el máximo de su popularidad, en 2013, el UKIP, el partido precedesor de Reform, logró un 23%, y éste es el peor resultado para el Partido Conservador en una proyección nacional. El Partido Laborista está tan bajo en esta proyección como en 2009, después de 15 años gobernando. Además, la suma de conservadores y laboristas nunca había estado tan baja, por debajo del 50%.
El politólogo señala que, en parte, esta fragmentación se debe a la desaparición de las alianzas tradicionales por estatus socio-económico en la política británica. Por ejemplo, el núcleo actual del votante laborista es ahora “el joven profesional de Londres” y no el obrero o “el minero” que antes representaba el votante tipo. Según las encuestas a pie de urna, de hecho, el votante de Reform es contrario a los trabajadores extranjeros, los derechos de las minorías o la igualdad de género, pero está a la izquierda en el deseo proteccionista contra el comercio, el apoyo a la nacionalización de servicios públicos y las ganas de subirle los impuestos a los empresarios.
El resultado de estas elecciones es alentador para Reform, pero algunos expertos creen que aún es pronto para saber qué pasará de aquí a las elecciones generales de 2029, en particular por la fragmentación del electorado en un país acostumbrado al bipartidismo en la política nacional.
“Estamos viendo -inusualmente, pero no sin precedentes- a los laboristas y a los conservadores hundirse simultáneamente en las profundidades de la impopularidad”, explica a elDiario.es Tim Bale, profesor de Políticas de la Universidad Queen Mary de Londres y autor de un libro sobre el Partido Conservador después del Brexit. “Sus niveles igualmente bajos de apoyo podrían ser 'la nueva normalidad', anunciando un sistema de partidos irremediablemente fragmentado, o podría ser algo temporal, con uno u otro de los dos grandes recuperándose a medida que se acerquen las elecciones generales”.
Impopulares Badenoch y Starmer
El efecto inmediato de estas elecciones puede ser para la líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, elegida en noviembre y ya cuestionada por voces de su partido, que sigue perdiendo apoyos después de 14 años en el poder y el peor resultado de su historia en unas elecciones generales, en julio de 2024. Ahora apenas tiene el apoyo del 20% del electorado y casi el 60% de las personas que se identifican como conservadoras dudan de que Badenoch vaya a ser la primera ministra.

“Nos va a costar mucho tiempo recuperar la confianza”, dijo este viernes el co-presidente del Partido Conservador, Nigel Huddleston, en una entrevista en la televisión ITV. “Kemi ya ha dicho que esto es un maratón, no un esprint”.
“La renovación de nuestro partido no ha hecho más que empezar y estoy dispuesta a recuperar la confianza del público y los sitios que hemos perdido en los próximos años”, dijo Badenoch en un mensaje en redes sociales en el que también aseguró sentir “conmiseración” hacia los representantes locales conservadores que habían perdido su cargo.
En caso de un desafío al liderazgo de Badenoch, uno de sus rivales será Robert Jenrick, más a la derecha que ella y que ha coqueteado con la idea de un acuerdo con Reform para aglutinar el voto. Jenrick dimitió del Gobierno de Rishi Sunak porque las políticas de inmigración no eran suficientemente restrictivas para su gusto y ha sido uno de los políticos más claros en el desafío a la legislación internacional para deportar migrantes. Ahora también es uno de los más contrarios a cualquier acercamiento del Reino Unido a la Unión Europea.
Si bien las elecciones locales no se jugaban en lugares especialmente favorables para los laboristas, algunos resultados también indican el castigo de los votantes al Gobierno nacional.
El primer ministro Starmer ha perdido apoyos ante la opinión pública pese a su victoria con más de 400 diputados de los 650 de la Cámara de los Comunes hace menos de un año. La mitad de la población adulta considera que es “incompetente” y sólo el 23% lo considera digno de confianza, según las últimas encuestas de YouGov.
En declaraciones a la prensa, el primer ministro británico reconoció este viernes que los resultados para su partido son “decepcionantes” y los interpretó como un mensaje de los electores para que su Gobierno vaya “más lejos y más rápido” en sus políticas. “Lo hemos pillado”, aseguró.
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