Fajos de billetes y varios servicios secretos implicados: una investigación sobre Marruecos llevó al Qatargate

Irene Castro

Bruselas —
11 de enero de 2023 22:42 h

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9 de diciembre de 2022. El mundial de Qatar se acerca a la fase decisiva con los cuartos de final. La mayoría de países occidentales miran hacia otro lado por la celebración del campeonato en un país del que dependen energéticamente, pero que incumple derechos humanos. La sensación es que pase cuanto antes para que la polémica se disipe. Pero ocurre todo lo contrario: las autoridades belgas dan un golpe judicial al corazón político de la UE al detener a varias personas involucradas en una trama de corrupción vinculada directamente con ese país. Entre sus protagonistas están, entre otros, una de las vicepresidentas del Parlamento Europeo, Eva Kaili; su pareja, Francesco Giorgi, que era asistente en la Eurocámara; dos eurodiputados, y un exparlamentario convertido en lobbista: Antonio Panzeri.

A la frenética actividad comunitaria de final de año se suma entonces un despliegue policial que acaba con varios detenidos. Entre ellos, Kaili, Giorgi y Panzeri, que siguen aún en prisión. La Fiscalía belga informa horas después de la operación que está en marcha por las sospechas de corrupción de “un país del Golfo”. Qatar volvía a estar en el centro de la polémica, pero no era más que la punta del iceberg: las autoridades llegaron al emirato desde una investigación por una injerencia extranjera de Marruecos, según ha publicado Le Soir.

Las pesquisas, en las que han estado involucrados los servicios secretos de varios países –entre ellos el que dio la voz de alarma–, comenzaron en la más absoluta confidencialidad en 2021. Las sospechas que tenían es que Marruecos había sobornado a políticos y personas vinculadas con el Parlamento Europeo para intentar influir en resoluciones que afectaban al régimen alauita, como las relacionadas con el Sahara Occidental o el acuerdo de la pesca. Los investigadores pusieron el foco en el socialista italiano Antonio Panzeri y la primavera pasada entraron en su domicilio, donde encontraron fajos de billetes que ascendían a 600.000 euros, según el periódico belga. En ese momento el asunto escaló a la Fiscalía, que en julio inició una investigación por organización criminal en la que estaban inmersos Panzeri y otros diez individuos. 

A partir de ahí, el tema cogió tintes propios de una película policíaca en la que había presuntas entregas de dinero en hoteles, contravigilancias y micros con los que siguieron los pasos de los protagonistas, que les llevaron a Qatar. “Los objetivos de Qatar son diferentes a los de Marruecos. Mientras este trata de obtener influencia dentro del aparato europeo para inclinar decisiones a su favor, el patrocinador catarí busca mejorar la imagen de Qatar en lo relativo a los derechos de los trabajadores sin más”, señala un informe de los servicios secretos belgas recogido por Le Soir. 

Una vez tenía todas las pruebas recabadas y ante el temor de que los implicados salieran del país por las navidades, la Fiscalía puso en marcha la operación inédita en la capital belga. Uno de los detenidos fue Giorgi, pareja de la ya exvicepresidenta de la Eurocámara quien, al dar el aviso a su padre de lo ocurrido para que abandonara la ciudad con una maleta en la que llevaba más de medio millón de euros en efectivo, dio pie a las autoridades a detenerla pese a su inmunidad por estar cometiendo un flagrante delito. “Lo hice todo por un dinero que no necesitaba. Pero ahora liberen a mi pareja, debe estar con nuestra hija”, admitió a la desesperada Giorgi ante el juez. El que fue asesor de Panzeri reconoció los negocios con Marruecos y Qatar y señaló a otros dos eurodiputados, que ya estaban en el radar de los investigadores: Marc Tarabella y Andrea Cozzolino. 

La Eurocámara, bajo lupa

El Parlamento Europeo iniciará la próxima semana el procedimiento para levantar la inmunidad de esos dos implicados, que han sido expulsados del Grupo de los Socialistas y Demócratas, con el objetivo de que se apruebe el 13 de febrero. Tarabella, cuyo domicilio fue registrado en diciembre, es el vicepresidente de la delegación para las relaciones con la Península Arábiga y preside un grupo que pretende poner el deporte en la agenda política europea. En los últimos años, se ha producido un llamativo cambio en su opinión sobre el mundial de Qatar al pasar de deplorar su concesión a hablar de “ridículo e hipócrita ataque” al emirato. En el caso de Cozzolino, fue el sucesor de Panzeri en la comisión parlamentaria que se encarga de los asuntos del Magreb y también forma parte de la comisión de investigación sobre la herramienta de espionaje gubernamental Pegasus, utilizada por Marruecos en muchos casos, como la vigilancia a Emmanuel Macron. Los investigadores creen que se infiltró como colaborador del reino alauita. 

Pero no es el último paso de la Eurocámara en relación con el Qatargate. Este jueves hará un cambio menor en el reglamento para añadir a la Fiscalía europea como órgano que puede solicitar el levantamiento de la inmunidad de los parlamentarios o consultar sobre ella. Además, la próxima semana se votará la sustitución de Kaili en la vicepresidencia. Los socialistas, que propondrán al luxemburgués Marc Angel, se arriesgan a perder ese puesto si hay una alianza de otras fuerzas. Los verdes han lanzado la candidatura de la francesa Gwendoline Delbos-Corfield.

También habrá que elegir una nueva presidencia de la Comisión de Derechos Humanos tras la renuncia de la socialista Maria Arena, quien se apartó temporalmente después de que el despacho de su asistente fuera registro en la operación de diciembre, más allá de sus lazos con Panzeri y Tarabella. Según Politico, Arena aceptó un viaje a Qatar pagado por el emirato del que culpa a su secretaria por no haber hecho las gestiones pertinentes ante la burocracia parlamentaria. El código de conducta de la Eurocámara recoge expresamente que los viajes de los eurodiputados no pueden ser pagados por terceros cuando sean invitados en el ejercicio de sus funciones.

Nuevas medidas anticorrupción

El escándalo está lejos de desaparecer de la política europea y ha supuesto un duro golpe para una institución que trataba de remontar la opinión que en los últimos años los ciudadanos de los 27 han tenido de ella. La presidenta, Roberta Metsola, aseguró desde el primer momento que actuaría con contundencia contra la corrupción y presentará este jueves a los presidentes de los grupos su propuesta de cambios para intentar evitar un nuevo caso como el Qatargate. 

Endurecer las puertas giratorias es una de las medidas de Metsola, que plantea que los eurodiputados no puedan ejercer en ningún lobby vinculado a las instituciones en los 12 meses siguientes a dejar el acta, según el borrador al que ha tenido acceso elDiario.es. La intención es evitar situaciones como la de Panzeri, que siguió vinculado a la Eurocámara como líder de Fight Impunity, una ONG fundada por él mismo para luchar “contra la impunidad por graves violaciones de derechos humanos y crímenes contra la humanidad”. Otra de las iniciativas es impedir que los antiguos parlamentarios tengan acceso directo al Parlamento con una acreditación, como ocurre ahora, y también mejorar el control de personas que acceden para que, además ir acompañadas por quien las acredita, tengan que declarar el motivo de la visita. 

En los 14 puntos que Metsola propone a los grupos se incluye la prohibición de pertenecer a grupos de amigos de terceros países. El expresidente balear José Ramón Bauzá (Ciudadanos) lidera el Grupo de Amistad Qatarí-Unión Europea. Pero el principal foco es el incremento de la transparencia y del combate a los conflictos de interés. Así, la presidenta plantea que los eurodiputados, e incluso sus equipos, tengan que hacer públicas las reuniones que mantengan con terceros que estén relacionadas con asuntos objeto de debate en el Parlamento.