Al oeste de Mosul entre los miembros de la quinta división de la Policía Federal iraquí un nombre sobresale por encima del resto, Falah Aziz. Este joven iraquí es conocido entre sus compañeros por decapitar a miembros del Estado Islámico y grabar y publicar todo el proceso de tortura a través de su teléfono móvil.
Recogida por el medio sueco Expressen, la historia de Aziz refleja los crímenes de guerra que se han llegado a cabo en suelo iraquí durante el combate contra el ISIS. Sin juicio alguno, el autodenominado “verdugo” afirma que ha cortado la cabeza de 50 personas y ha matado a 130 en total.
Preguntado por los motivos de sus “sacrificios”, el policía acusa al grupo terrorista de “haber matado su compasión” al acabar sus cuatro hermanos mayores, otros familiares y amigos. El ojo por ojo provoca que lejos de sentir remordimientos, Aziz no pueda explicar el sentimiento de bienestar que experimenta durante la decapitación: “Estoy a gusto mientras lo hago”, revela.
A pesar de que en los vídeos que contiene su móvil y sus perfil en Facebook, se le ve rodeado de otros miembros de las fuerzas iraquíes, el policía defiende que no todos combaten así al ISIS. La decapitación es su “especialidad” y afirma que sus compañeros únicamente lo acompañan durante el proceso, jaleándole, golpeando a la víctima y celebrando su final. Un desenlace que termina con un desfile por las calles de una ciudad con una comitiva rodeando la cabeza del terrorista.
“Mi deseo es que les masacren” sentencia un Aziz que lleva luchando desde la primera batalla en Mosul en el verano de 2014. Ingresó en las filas iraquíes tras el llamamiento a combatir el ISIS que realizó el Gran Ayatolá chíita Ali al-Sistani. Junto a él, unas 100.000 personas entraron en guerra contra el grupo terrorista en el país árabe.
Después de tantos años de guerra, Aziz ha llegado a compartir una máxima de los terroristas a los que decapita, sus ganas de morir. “Prefiero morir, a no permanecer aquí”. Hace unas semanas su deseo casi se cumple cuando recibió un disparo en el muslo de un francotirador. Ya recuperado, apuesta por seguir haciéndoles lo que “ellos nos han hecho a nosotros”.