Federico Arreola, periodista mexicano: “La no invitación al rey se entiende como desaire a la institución monárquica, no al pueblo español”

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que deja el cargo con un 80% de aprobación según Gallup, ha sido un punto de inflexión en la historia política de México. Al llegar al poder en 2018 prometió una “Cuarta Transformación” que comparó con tres periodos históricos que transformaron el país: la lucha por la independencia de España entre 1810 y 1821, las reformas liberales de mediados del siglo XIX bajo Benito Juárez, y la Revolución Mexicana de 1910 a 1920. Importantes reformas sociales y económicas durante su presidencia abrieron camino a la victoria de Claudia Sheinbaum, exgobernadora de la Ciudad de México, presidenta más votada en la historia de México sumada a la mayoría aplastante de Morena –Movimiento de Regeneración Nacional–-, su partido político, en los Estados federados.

Sin embargo, explica Tony Wood, profesor de la universidad de Princeton, comprender la constante popularidad de AMLO y el éxito sostenido de Morena como fuerza política se complica por la profunda polarización a su figura. Sus críticos, muy presentes en los medios de comunicación mexicanos e internacionales, afirman que ha llevado al país al desastre por debilitar las instituciones.

Por otro lado, sus seguidores, menos visibles en los medios de comunicación, sostienen que ha tomado una postura largamente esperada contra los privilegios de una pequeña élite, mejorando los estándares de vida de la mayoría y comenzando a combatir la corrupción. Por ejemplo, el salario mínimo ha aumentado un 120%, después de 35 años de estancamiento, más de 5 millones de personas han salido de la pobreza, la reducción más importante en los últimos 16 años, se ha doblado los días de vacaciones, y el ingreso laboral promedio creció 24%, por encima de la inflación.

Para entender este momento histórico, nos dirigimos a Federico Arreola, uno de los periodistas más importantes de México, fundador y exdirector del periódico Milenio y del medio digital más leído, SDP Noticias. Arreola fue de los pocos que predijeron con precisión la victoria arrolladora de Claudia Sheinbaum, a contracorriente de la mayoría de las encuestas previas.

Sheinbaum se encuentra ahora en el centro de la política española por su decisión de no invitar al rey a su toma de posesión porque nunca respondió a la carta que le envió Andrés Manuel López Obrador en marzo de 2019 para resignificar la conquista de México y hacer un ejercicio de autocrítica por parte de la potencia colonial de entonces.

¿Cómo se valora en México que Sheinbaum no haya invitado a Felipe VI a su toma de posesión? 

México lo entiende como un desaire a la institución monárquica, no al pueblo español, que es muy querido como ha recordado Sheinbaum; además somos apasionadamente republicanos. Los Estados Unidos de México nunca reconocieron al régimen del general Franco, mantuvo las relaciones con el Gobierno de la República española en el exilio hasta la muerte del dictador. Sheinbaum ha indicado que Felipe VI no ha sido invitado por negarse a pedir disculpas por los excesos de la Corona contra el pueblo indígena. Hasta el papa Francisco ha pedido perdón por los “pecados cometidos” durante la conquista española, siguiendo el muy digno precedente de Bartolomé de las Casas, dominico español obispo de Chiapas.

Según los analistas financieros de Citi, la abrumadora victoria de Sheinbaum se debe a la “gran desconexión entre la narrativa de las élites y la realidad sobre el terreno” y a que “los éxitos de AMLO en la reducción de la pobreza y la desigualdad, el extraordinario aumento de las transferencias en efectivo, el incremento de los salarios reales y el dominio del discurso [político] ... hicieron que Morena fuera indomable en esta elección”.  

Sheinbaum ha sido la única en conseguir adueñarse de la popularidad de AMLO; muchos lo intentaron, solo ella lo ha conseguido. De hecho, la estrategia de la oposición fue intentar convencer al elector que no estaba votando por AMLO. También el factor mujer ha sido decisivo. En SDP Noticias hicimos encuestas diarias durante el proceso de selección del candidato de Morena a la presidencia, y los mexicanos reclamaban una mujer. Por la misma razón, la oposición, representada por el Partido Revolucionario Institucional (“PRI”) y el Partido de Acción Nacional (“PAN”), optó por una candidata, Xóchitl Gálvez, aunque inadecuada al representar a partidos profundamente desprestigiados ante la sociedad mexicana por su elevada corrupción.

¿Cómo consigue Sheinbaum capitalizar la popularidad de AMLO?

Además de su reconocida trayectoria científica —es discípula del premio Nobel de Química Mario Molina— y política, como exjefa de gobierno de la Ciudad de México, Sheinbaum destaca por su modestia, como AMLO. Será la primera presidenta de México que no posee una casa, vive de alquiler en un pequeño apartamento en Tlalpan, barrio de clase media. Es una luchadora social que cuando no ha ocupado cargos de Gobierno ha estado dedicada a la investigación académica, en física e ingeniería energética, o ha trabajado como experta de las Naciones Unidas en la lucha contra el cambio climático.

Usted conoce muy bien a Claudia Sheinbaum, ¿qué destaca de ella?

Una científica con un profundo compromiso social. Su primer trabajo académico, la tesis para obtener la licenciatura en física, fue un estudio sobre las estufas de leña utilizadas en comunidades rurales, con el objetivo de mejorar la salud de las mujeres. Todos los fines de semana viajaba en autobús durante varias horas a visitar estas comunidades, algo nada fácil en este “país de machos”, como canta Jorge Negrete. En 1991, mientras investigaba en Berkeley, participó en una protesta durante una conferencia en Stanford del entonces presidente de México, Salinas de Gortari, exigiendo “comercio justo y democracia”. Por su vocación y trayectoria, Sheinbaum va a trabajar por el interés general de México, no para su interés personal.

La Revolución Mexicana, con la Constitución de 1917, y la presidencia de Lázaro Cárdenas (1934-1940), con su reforma agraria que redistribuyó 50 millones de hectáreas, y la nacionalización de los recursos petrolíferos, además de acoger a 25.000 republicanos españoles, colocaron a México en la vanguardia de la izquierda mundial. ¿En qué momento se tuerce?

La Revolución Mexicana, que corresponde a la llamada “Tercera Transformación”, dio origen a un sistema de izquierdas desarrollado por el PRI. Sin embargo, en sus últimos sexenios, durante la era de Reagan y Thatcher, políticos formados en EEUU, como De la Madrid, Salinas de Gortari y Zedillo, introducen un cambio en el modelo económico: el neoliberalismo. Lo privatizan todo. Por ejemplo, Carlos Slim, el hombre más rico de México, alcanza esta posición gracias a la privatización de Telmex, la gran empresa estatal de telecomunicaciones.

El PRI, posteriormente coligado con el PAN, con la colaboración de las élites, ha evitado en varias ocasiones que la izquierda llegara al poder para evitar que se revirtiera ese modelo económico.

En los años 80, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de Lázaro Cárdenas, se convierte en el primer líder de la izquierda moderna mexicana cuando abandona el PRI por su marcado giro a la derecha. Sin embargo, en 1988, mediante un fraude electoral, le roban la presidencia [como candidato del PRD]. Sigue en 1994, cuando asesinan a mi gran amigo Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial por el PRI, que disiente de la línea oficial del partido exigiendo justicia social para un “México con hambre y sed de justicia”.

El PRI entra en crisis, pero el sistema, escorado muy a la derecha y neoliberal, se sostiene porque se coaliga con el PAN, el partido de la derecha y la clase adinerada. Finalmente, en 2006, vuelven a cometer un fraude electoral para que AMLO, exjefe de gobierno de Ciudad de México, no alcance la presidencia. De haberlo logrado en ese momento, la ‘Cuarta Transformación’ no habría tenido lugar como lo hace hoy. Para entender el México actual, es imprescindible recordar que ‘en el principio era el fraude’.

¿Por qué, si AMLO hubiera accedido a la presidencia en 2006, no habría podido desarrollar sus políticas de ‘Cuarta Transformación’?

Habría sido un presidente con poderes muy limitados. No contaba con mayoría en la Cámara de Diputados ni en el Senado, la mayoría de los gobernadores de los 32 Estados pertenecían a otros partidos y, además, la Corte Suprema también estaba en su contra [en México, la reelección del Presidente está prohibida].

En 2018 AMLO se convierte en el presidente más votado de la historia de México. ¿Cuál fue su estrategia durante los 12 años antes de alcanzar la presidencia? 

AMLO tiene un proyecto de nación claramente definido, y desde 2006 hasta 2018 recorre México innumerables veces, visitando incluso los municipios más remotos. Se reúne con ciudadanos, a veces en grupos tan reducidos como de cinco o 15 personas, explicando su visión de México, convenciendo a la gente de la necesidad de un cambio y, al mismo tiempo, construyendo su movimiento político, Morena.

En las elecciones de 2018 arrasa, obteniendo las mayorías necesarias para sacar adelante sus políticas. En las recientes elecciones del 2 de junio de 2024, Morena obtiene una mayoría cualificada para modificar la Constitución, por lo que, con las reformas aprobadas en septiembre, la “Cuarta Transformación” deja de ser un eslogan para convertirse en una realidad: un cambio total del sistema.

México lleva años sumergido en una oleada de violencia a causa del narcotráfico, y la estrategia de AMLO de ‘abrazos, no balazos’ no ha dado los resultados esperados. Los analistas indican que, en las recientes elecciones, el votante no ha penalizado a AMLO ni a Morena por este problema, ya que se considera un conflicto heredado del expresidente Felipe Calderón. ¿Está de acuerdo?

Felipe Calderón, presidente ilegítimo, para hacer olvidar el fraude electoral contra AMLO en diciembre de 2006 declara la guerra al narcotráfico con el fin de incrementar su popularidad, lo que funciona en un primer tiempo. El problema es que era una guerra sin ninguna estrategia y pone al frente de la operación a Genaro García Luna, quien recientemente ha sido condenado en un tribunal de Nueva York por colaborar con el cártel de Sinaloa.

Desde entonces, la violencia no ha dejado de crecer, creando un efecto de bola de nieve que nos ha llevado a la actual avalancha de violencia. Con Sheinbaum veremos cambios. Durante su jefatura en la Ciudad de México la inseguridad fue una de sus prioridades, logrando que ahora sea una de las ciudades más atractivas del mundo. Su secretario de Seguridad en la Ciudad de México, atacado por el narco, será el nuevo ministro del Interior, y su objetivo es replicar a nivel nacional los buenos resultados obtenidos en la capital.

La promesa de campaña de Claudia Sheinbaum es que su sexenio será de “continuidad con cambio”. ¿En qué se va a diferenciar de AMLO?

Uno de los problemas del gobierno de AMLO ha sido su política científica. Nombra a una directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología con credenciales científicas, pero ideológicamente radical. Decide acabar con la llamada “ciencia neoliberal”. ¿Qué significa eso? ¿Existe una ciencia neoliberal o socialista? La ciencia es ciencia, y a partir de ese enfoque surgieron numerosos conflictos con la comunidad científica. Sheinbaum ha anunciado la creación de una Secretaría de Ciencia y Tecnología, y nombrado al frente a una científica reconocida, no improvisada, con amplia experiencia. Habrá otros cambios, sin duda, sobre todo en los perfiles de las personas que trabajarán en este ámbito. El principal cambio será la consolidación de las transformaciones.

AMLO se despide de la presidencia con una de las tasas de aprobación más altas del mundo. Sus opositores aseguran que será la figura tutelar de Sheinbaum. ¿Está de acuerdo?

Es absurdo. Si alguien conoce la historia de México es AMLO, y sabe que ningún expresidente tiene la posibilidad de influir en el presidente. AMLO se retirará tranquilamente a su rancho, La Chingada, en Palenque.