Francia impone el toque de queda en París y otras ocho ciudades durante al menos un mes

Sara Canals

París —
14 de octubre de 2020 21:48 h

0

A partir de la medianoche de este sábado, Francia impondrá un toque de queda entre las 21h y las 6h en París y otras ocho grandes ciudades –Lyon, Aix-en-Provence-Marsella, Toulouse, Lille, Montpellier, Grenoble, Rouen y Saint-Etienne– para frenar la propagación del virus. Así lo ha anunciado el presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista televisada de 40 minutos que ha generado una gran expectación en todo el país y en la que ha remarcado que “se trata de una medida pertinente” dado el incremento de contagios en estas metrópolis, todas ellas en zona de alerta máxima. El Gobierno francés, además, restablece el estado de emergencia sanitaria en todo el país a partir de este sábado.

El principal objetivo de este toque de queda –o confinamiento nocturno, como se le refieren algunos– es reducir drásticamente los encuentros sociales, principales focos de contagio. “Encuentros privados, fiestas, aniversarios (...) son los más peligrosos, son momentos en los que hay un poco de relajación”, ha afirmado el presidente francés. La medida se aplicará por lo menos durante cuatro semanas y se prolongará, o no, en función de la incidencia del virus. “Podremos reabrir progresivamente, pero quiero ser prudente”, se ha justificado Macron ante las cámaras. Una decisión drástica pero que, tal y como remarca el presidente francés, permite que la economía continúe funcionando, que la gente pueda seguir trabajando y que las escuelas no cierren, como ocurriría en un confinamiento como el del pasado marzo.

A partir de las 9 de la noche los establecimientos y restaurantes de estas nueve ciudades deberán cerrar y los residentes no podrán circular a menos que esté justificado, como en el caso de los profesionales sanitarios u otros trabajadores esenciales. La vulneración del toque de queda conllevará una multa de entre 135 y 1500 euros y, durante la entrevista, Emmanuel Macron no se ha olvidado de llamar a la prudencia y a la responsabilidad social. Aun así, no ha desaconsejado a los ciudadanos viajar durante las vacaciones de Todos los Santos, que comienzan precisamente este sábado y que se prolongarán durante dos semanas, hasta el 2 de noviembre, siempre y cuando respeten las medidas de seguridad. El toque de queda es un toque de alerta, también, para el resto de regiones del país que se encuentran en zona de alerta reforzada, es decir, donde la tasa de incidencia supera los 150 casos por 100.000 habitantes.

La comparecencia ha tenido a los franceses en vilo desde principios de semana, tras un fin de semana en el que Francia batió un nuevo récord de casi 27.000 nuevos contagios diarios. En París, los índices epidemiológicos continúan empeorando: un 42% de camas de UCI están ocupadas por enfermos con COVID-19, la tasa de positividad de los test alcanza el 17% (mientras quE en el resto de Francia es del 11%) y la tasa de incidencia supera los 400 nuevos contagios por 100.000 habitantes en los últimos siete días.  El primer ministro, Jean Castex, advirtió el lunes en una entrevista: “La segunda ola ya está aquí y no nos podemos relajar”. Castex tampoco descartó confinamientos locales. Miembros del Gobierno llevan días hablando de un “electroshock” necesario para no saturar el sistema sanitario, al borde del colapso en las zonas de alerta máxima.

“Si no queremos tomar medidas mas duras en tres semanas o un mes habrá que respetar estas reglas”, ha señalado, antes de recordar que el virus estará presente “hasta el verano de 2021”.

Durante la entrevista, Emmanuel Macron ha hecho un esfuerzo por empatizar con los jóvenes, reconociendo que “es difícil tener 20 años en 2020, así que no soy quien para dar lecciones”. Tampoco ha faltado un mensaje de optimismo: “Nos necesitamos los unos a los otros, pero saldremos de esta”, ha sentenciado Macron antes de despedirse. 

“Hostelería, cafés, restaurantes, turismo, eventos, cultura y deporte: a todos los sectores afectados por las nuevas decisiones les quiero decir que la nación estará allí. Continúa el desempleo parcial, los fondos de solidaridad y los préstamos garantizados”, ha asegurado Macron.

Las reacciones tras la esperada entrevista no han tardado en llegar. La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, ha apoyado la decisión del Gobierno en Twitter: “Debemos mantenernos unidos y aplicar las medidas anunciadas por el presidente de la República, aunque sean duras”. Aun así, la mayoría de líderes en la oposición han sido críticos con la gestión del Gobierno, desde el partido de Los Republicanos (derecha) hasta Francia Insumisa (izquierda). Dirigentes de ambos partidos han criticado, sobre todo, la caótica estrategia de tests masivos –más de un millón por semana– y que ha saturado los laboratorios, imposibilitando un rastreo efectivo.

La ultraderechista Marine Le Pen ha aprovechado la ocasión para ganar apoyo entre los sanitarios: “La decepción debe de ser aguda entre los cuidadores esta noche, quienes no han escuchado ningún anuncio para apoyarles con más personal y material”. De hecho, mañana hay convocada una huelga nacional de médicos y profesionales sanitarios, quienes llevan días diciendo estar agotados, y habrá marchas en París y otros puntos del país para exigir al Gobierno más camas de hospital y más personal sanitario. 

La pandemia ha causado ya 33.037 muertes en Francia, según las últimas cifras oficiales divulgadas esta noche, con 104 fallecimientos en las últimas 24 horas. A nivel nacional, aproximadamente un 33% de todas las camas de cuidados intensivos están ocupadas por pacientes de COVID-19, según el último informe de la agencia nacional de sanidad.