Cinco países, cinco. La extrema derecha llega más lejos que nunca en las elecciones europeas, y logra ser primera fuerza en Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica, los cinco países en los que ha ganado la extrema derecha. Pero no sólo eso, ha dado un salto relevante en lugares como Alemania, donde AfD se encarama a la segunda posición, por detrás de la CDU y por delante del SPD.
Sin embargo, no ha conseguido revalidar su triunfo reciente en Países Bajos, y ha quedado segunda fuerza por detrás de la alianza de socialdemócratas y verdes, del mismo modo que en Polonia el PiS ha sido desbancado por la alianza liderada por el primer ministro, Donald Tusk.
Pero también hay casos, como el de la República Checa, donde la primera fuerza es liberal, seguida de los conservadores, pero irrumpen los ultras como tercera fuerza –Přísaha a Motoristé (10,3% y 2 escaños), encabezado por Filip Turek, un ex piloto de F4 filonazi, con fotos y publicaciones en redes sociales en las que alaba a Adolf Hitler–. O el caso español, en el que no sólo Vox ronda el 10% de los votos, sino que aparece la candidatura de Alvise Pérez, con un 4% y 3 escaños.
La Francia de Le Pen
La ultraderecha ha ganado las elecciones en el país galo con el 31,5% de los votos, según las primeras estimaciones. Todos los sondeos previos habían dado resultados similares para el partido ultra Agrupación Nacional, de Marine Le Pen. Los franceses eligen a 81 diputados de los 720 representantes de la Cámara europea.
En segundo lugar se ha colocado Renacimiento, el partido del presidente francés Emmanuel Macron, que en las primeras previsiones ha conseguido aguantar, con el 14,5%. Para los liberales se puede considerar un éxito no verse superados por la lista conjunta del Partido socialista y Plaza pública, encabezada por Raphäel Glucksmann, que ha obtenido el 14%. Mientras que la lista de izquierdas Francia Insumisa ha quedado en cuarta posición, con el 10,1% de los votos. Los ecologistas, que en las elecciones de 2019 quedaron terceros, se han desplomado hasta la sexta posición (5,5%), superados por los republicanos (7,7%), el equivalente al PP en Francia, y solo por delante de la escisión ultra Reconquista (5,3%) y el Partido Comunista Francés (2,3%).
La Italia de Meloni
Hermanos de Italia se confirma como la primera fuerza política de Italia, con un 28,8% de los votos con un 98% escrutado. La segunda plaza es para el Partido Democrático, liderado por Elly Schlein, que obtiene un 24%. El PD acorta distancia con respecto a las últimas elecciones generales de 2022.
Matteo Salvini, socio de Meloni, que estaba desesperadamente necesitado de un buen resultado para la Lega tras el 8,8% de las generales de 2022, tiene que conformarse con un 9,1%, años luz de aquel 34,3% de las elecciones europeas de 2019 en las que la Liga fue el primer partido. Y en las primeras grandes elecciones tras la muerte de Silvio Berlusconi, Antonio Tajani ha alcanzado el esperado “sorpasso” a la Liga con un 9,7%.
A la izquierda del PD, la Alianza Verdes e Izquierda obtiene un 6,6% después de haber apostado por candidaturas fuertes desde el punto de vista político, como la de Ilaria Salis, la activista antifascista detenida en Hungría, o la de Mimmo Lucano, ex alcalde de un pueblo de Calabria que se convirtió en un símbolo en un modelo de acogida de migrantes que Salvini, cuando llegó a ser ministro de Interior, quiso desmontar.
Austria y el FPÖ
El ultranacionalista y xenófobo Partido Liberal de Austria (FPÖ) ha ganado las elecciones europeas con el 25,7% de los votos. Es la primera vez que la formación ultra, fundada en los años 50 por antiguos nazis, se alza con el primer puesto en unos comicios a escala nacional.
Al FPÖ le siguen los conservadores del Partido Popular Austríaco (ÖVP), del canciller Karl Nehammer, que han cosechado un 24,7% de los votos y son el partido más castigado. La tercera plaza es para los socialdemócratas del SPÖ, con el 23,2%, mientras que los Verdes superan por la mínima a los liberales de NEOS, con el 10,7% y 9,9%, respectivamente.
El triunfo del FPÖ, cuyos representantes se sientan en el Parlamento Europeo bajo el paraguas del grupo ultra ID, ha sacudido la escena política austríaca (aunque el resultado es menor al que le otorgaban las proyecciones anunciadas tras el cierre de los colegios electorales).
Sin embargo, no es una sorpresa: tras desplomarse por una serie de escándalos, el partido tomó la delantera en las encuestas a finales de 2022 y desde entonces ha liderado los sondeos propulsada por el descontento con la gestión de la pandemia de COVID y el aumento de la inflación, manteniendo una retórica antivacunas y una postura pro-Rusia. Los comicios europeos son un aperitivo antes de las elecciones generales del próximo otoño, lo que ha aumentado el interés en esta cita electoral.
Orbán sigue ganando en Hungría
El ultra Víktor Orbán mantiene su hegemonía en Hungría. El primer ministro y líder de la coalición de gobierno Fidesz-KDNP logra el 44,3% de los votos y 11 escaños. Si bien pierde un par de escaños, se mantiene lejos de TISZA, el partido de Péter Magyar, exmilitante de Fidesz, que se ha quedado en un 29,9% y 7 asientos en el Parlamento Europeo, dentro de la bancada del Partido Popular Europeo.
Más lejos quedan la agrupación de izquierdas y ecologista liderada por Coalición Democrática y los ultraderechistas de Movimiento Nuestra Patria. El primero obtiene dos escaños, previsiblemente para repartir entre la Alianza de Socialistas y Demócratas por Europa y Los Verdes, mientras que el segundo se sentará en el grupo de No Inscritos, previsiblemente, donde acabó la legislatura pasada Fidesz.
Bélgica y los ultras flamencos
El partido ultraderechista Vlaams Belang se impuso este domingo en las elecciones europeas en Bélgica, donde logró el 13,9% de los votos, mientras que los liberales francófonos se han hecho con el segundo puesto con n 13,5%, seguidos muy de cerca por el partido nacionalista flamenco N-VA (13,4%).
La formación de extrema derecha, dirigida por Tom Van Grieken, no logró, sin embargo, triunfar en las elecciones federales y regionales celebradas también este domingo en Bélgica, pese a partir como favorita según los sondeos.
En cuarto lugar han quedado los democristianos flamencos con un 7,99% de los votos, empatados con el Partido Socialista flamenco y seguido por los socialistas flamencos (7,6%).
Los verdes cayeron con respecto a los anteriores comicios y se quedaron en el 5,99%, así como los liberales flamencos (Open Vld), que se quedaron en el 5,5%, mientras que los cristianodemócratas francófonos de Les Engagés subieron hasta el 5,5%. Ecolo obtuvo el 3,93% y los conservadores francófonos de Défi el 1,0%.
El caso polaco: los ultras siguen fuertes, pero no ganan
La alianza de centroderecha liberal que encabeza Donald Tusk ha ganado por un estrecho margen a los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS) en las elecciones europeas en Polonia. La lista de la Coalición Cívica (KO) que lidera el partido del actual primer ministro se ha convertido en la fuerza más votada con un 37,06% de los votos que se traducen en 21 escaños, mientras que la lista Derecha Unida (ZP), que capitanea la formación euroescéptica que gobernó hasta hace seis meses, ha obtenido un 36,16% (ha pasado de 26 a 20 asientos).
Las elecciones han sido una batalla muy disputada: el PiS, liderado por el archirrival de Tusk, Jaroslaw Kaczynski, parecía haber superado un mal comienzo de campaña y volvía a estar por delante en algunas encuestas. La formación ultra ha redoblado su discurso contra Bruselas y su élite “burócrata y amoral”. Ahora se queda con siete escaños menos que los que tiene en la Eurocámara saliente.
Es la primera vez en más de 10 años que Tusk, expresidente del Consejo Europeo, lleva a su partido a la victoria sobre el PiS en unas elecciones. “Hemos esperado exactamente diez años para este primer puesto en el podio”, ha dicho Tusk tras la publicación de los sondeos. “Estoy muy contento; tenemos derecho a la alegría y la emoción”.
Los polacos han elegido a 53 representantes del Parlamento Europeo: la Plataforma Cívica del primer ministro forma parte del Partido Popular Europeo, mientras que el PiS se sienta bajo el paraguas del grupo de ultraderecha Reformistas y Conservadores (ECR), por lo que su pérdida de escaños afecta a la facción de Giorgia Meloni.
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