Francia ha repatriado este martes a 35 menores de nacionalidad francesa y 16 mujeres que estaban en campos de prisioneros del noreste de Siria, y que han sido objeto de un filtrado judicial a su llegada en función de los procedimientos que tenían en su contra.
Todos los menores menos uno han quedado a cargo de los servicios de ayuda a la infancia y sometidos a un seguimiento médico bajo supervisión judicial de la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT).
El último, que en unos pocos días será mayor de edad y contra el que existen elementos susceptibles de conducir a su imputación por terrorismo, quedó bajo arresto, precisó la PNAT en un comunicado.
En cuanto a las 16 madres (12 de las cuales salieron de Siria acompañadas de sus hijos y las otras cuatro habían aceptado previamente la repatriación de sus hijos), ocho fueron arrestadas en ejecución de las ordenes de busca y captura que tenían en su contra, y hay ordenes de detención contra las otras ocho.
El fiscal antiterrorista de Francia dijo este martes en un comunicado que las mujeres repatriadas tenían entre 22 y 39 años, según informa Reuters. 14 de ellas eran ciudadanas francesas y las otras dos eran madres de hijos de ciudadanos franceses. La mayoría de los niños fueron repatriados con sus madres, pero siete fueron encontrados en los campos por su cuenta.
Una de las mujeres es Emilie Köning, una conocida yihadista, convertida al islam, que viajó a Siria en 2012 y a la que se le reprocha haber realizado labores de reclutamiento de activistas para el ISIS y también propagandísticos, con llamamientos para cometer atentados en Occidente. Este grupo de 51 personas forma parte del colectivo de ciudadanos franceses y sus familias que viajaron a Siria e Irak para combatir en las filas del ISIS.
Cambio de política
Según varias ONG, después de la operación quedan unos 150 niños franceses y las madres de muchos de ellos en dos campos de prisioneros en el noreste de Siria, después de que el ISIS fuera derrotado y muchos de sus padres murieran o hayan sido encarcelados.
Hasta ahora, la doctrina oficial francesa había consistido en que se llevaban a cabo repatriaciones de niños “caso por caso”. En el caso de los adultos, en principio tenían que responder de sus actos, en caso de ser reprensibles, allí donde los hubieran cometido.
El Colectivo de Familias Unidas, que representa a abuelos u otros familiares de esos niños en Francia, se felicitó en un comunicado de esta operación colectiva pero al mismo tiempo lamentó el “tiempo perdido” que a su parecer solo ha servido para añadir “sufrimiento” y “trauma”.
Sobre todo, la ONG dijo esperar que esta repatriación “marque el fin de esta abyecta política del 'caso por caso' que supone seleccionar a los niños, separar a hermanos y arrancar a los hijos de sus madres abandonadas en el campo”. También hizo notar que Francia se ha distinguido de otros países europeos, como Alemania y Bélgica, por haberse decantado por “la inhumanidad” y por “la irresponsabilidad”.
A ese respecto, señaló que entre los 97 niños y madres repatriados a Europa en 2021 desde esos campos, solo había siete franceses. Y hasta la operación, ninguno entre los 65 niños y 27 madres que habían hecho el mismo camino desde comienzos de 2022.