Pocos días antes de que François Fillon declare ante la justicia para ser previsiblemente imputado por malversación de fondos públicos, un nuevo escándalo le ha salpicado. Según publicó este domingo Le Journal du Dimanche, el candidato ha recibido trajes de regalo por valor de 48.500 euros desde 2012.
De todo el dinero pagado en esas prendas de ropa, 35.500 euros se abonaron en metálico. Otros dos trajes, por valor de 13.000 euros, fueron pagados mediante un cheque firmado por un “amigo generoso” a principios de febrero, unos días después de que se revelaran los supuestos empleos ficticios que dio a su mujer. Los trajes se compraron en Arnys, una prestigiosa tienda de ropa hecha a medida en la que suele vestirse Fillon.
En una entrevista en la radio francesa Europe 1, el candidato de Los Republicanos a la presidencia del país no ha desmentido la información. “Tengo derecho a que me regalen un traje, no está prohibido”, se ha defendido después de decir que no iba a responder sobre ese tema: “Es mi vida privada y no le importa a nadie”.
Fillon se ha quejado de que “cada día se baja un poco más en la intrusión” en su intimidad. Asegura que hay decenas de periodistas que “husmean en la basura para ocuparse de mis trajes, mañana de mis camisas y, por qué no, de mis calzoncillos”.
El candidato del centroderecha a las elecciones presidenciales, que ganó las primarias de Los Republicanos frente a Alain Juppé y Nicolas Sarkozy, tendrá que declarar este miércoles ante la justicia. Lo investigan por posible desvío de fondos públicos, tráfico de influencias y ocultación de actividades.
La Fiscalía abrió una investigación para determinar si su mujer, Penelope Fillon, se embolsó cientos de miles de euros como asistente parlamentaria de su marido sin llegar a ejercer realmente dicho cargo y como colaboradora de la revista La Revue des Deux Mondes, como publicó el medio francés Le canard enchaîné. También se está examinando los trabajos asignados como asesores a los dos hijos del matrimonio.
Fillon ha vuelto a negarse este lunes a renunciar a su candidatura, pese a que en un pirmer momento aseguró que si fuese imputado abandonaría su candidatura, porque se considera víctima de una “instrumentalización” de la justicia. “Dije que si era inculpado no sería candidato, pero a condición de que las circunstancias de esa inculpación fueran normales”, se ha justificado.