Fujimori eleva la tensión electoral en Perú y pide anular votos de Castillo

EFE

10 de junio de 2021 11:05 h

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Keiko Fujimori ha elevado este miércoles la alta tensión electoral en Perú al pedir la anulación de unos 200.000 sufragios en regiones que abrumadoramente apoyan a su rival Pedro Castillo, cuando apenas falta por escrutar el 1% de los votos de las elecciones presidenciales del pasado domingo.

Fujimori, que de momento pierde la votación por unos 71.000 votos, ha fundamentado su solicitud al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para que anule 802 actas electorales en supuestas irregularidades y “fraudes de mesa” cometidos por personeros (interventores) de Perú Libre, el partido de Castillo, durante la votación.

Este acto, para el que contó con el apoyo de varios estudios de abogados, lo ha sustentado con imágenes de las supuestas irregularidades, como firmas que no concuerdan, resultados “estadísticamente” inverosímiles o la relación de parentesco entre miembros de las mesas electorales. Sin embargo, ninguno de los supuestos presentados por Fujimori y su equipo, liderado por el abogado y exdiputado fujimorista Miguel Torres, entra dentro de lo establecido por las leyes peruanas para anular votos.

Según la normativa, el plazo para presentar cualquier pedido de nulidad de actas vencía en la noche de este miércoles. Para que esto pueda ser admitido se debe probar fehacientemente que el resultado de las actas fue fruto de amenazas, violencias o sobornos.

Fujimori ha indicado que su petición de anular los votos de estos 200.000 ciudadanos fue precisamente “para defender el voto”. Según ha dicho en su presentación ante la prensa, en donde no ha admitido preguntas, la candidata ha indicado también que el JNE deberá revisar con atención 1.200 actas observadas (en realidad, 800), lo que podría significar que hasta 500.000 votos están “en juego”.

Con el 99,041% de los votos escrutados, el izquierdista Castillo cuenta con el 50,2% de los votos frente al 49,8% de la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

El recuento de los votos finales ha avanzado muy lentamente durante la jornada mientras se iban resolviendo las observaciones técnicas de varias actas, que corresponden al porcentaje de votos que aún restan por contabilizar.

Las matemáticas dan opciones a Fujimori, pero son remotas y pasan por que en estas actas contengan un sesgo a su favor muy marcado para permitirle remontar la diferencia.

Tensión tras la denuncia del supuesto fraude

La denuncia del supuesto “fraude sistemático” ya fue lanzada por Fujimori el lunes por la noche, cuando el escrutinio apuntaba a Castillo como ganador.

Ese día presentó “indicios”, en su mayoría recogidos de redes sociales y 'fake news' sin mayor sustento para rebatir los informes preliminares de las misiones electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), que destacaron la corrección de los comicios.

Mientras, miles de simpatizantes de Fujimori se han manifestado en Lima para “defender el voto”, al tiempo que algunos de sus votantes comenzaron a solicitar en las redes sociales la intervención de las fuerzas armadas e impedir que Castillo pueda ser proclamado oficialmente presidente.

Frente a ese movimiento, el Ministerio de Defensa ha recordado en un comunicado que “las Fuerzas Armadas no son deliberantes y están subordinadas al poder constitucional, por lo que cualquier llamado a incumplir este encargado es impropio de una democracia”.

Así, los militares han reiterado su compromiso con la Constitución, la democracia, el principio de neutralidad y con el respeto a la voluntad popular expresada en las elecciones celebradas el pasado domingo. Las Fuerzas Armadas también han exhortado a la población a respetar los resultados y a trabajar unidos para fortalecer la democracia e impulsar el desarrollo del país.

Antes del anuncio de Fujimori, la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, hizo un llamamiento a los candidatos y a la ciudadanía a respetar los resultados de la contienda electoral, y de los canales y las formas democráticas. “Una competencia electoral no nos debe conducir al enfrentamiento entre los peruanos, en estos momentos es cuanto más requerimos de la tranquilidad”, anotó la primera ministra, ante las movilizaciones de ambos partidos.