El Gobierno estadounidense ha informado a los aliados europeos de que no bloqueará la exportación de cazas F-16 a Ucrania, según ha adelantado el Washington Post citando a una fuente familiarizada con el asunto, que también informa de que Joe Biden, que se encuentra en la cumbre de líderes del G7 en Japón, ha descartado las entregas estadounidenses de estos aviones de combate a Kiev.
El cambio de postura podría permitir a países como Países Bajos exportar los aviones diseñados por Estados Unidos, que los líderes ucranianos han solicitado reiteradamente a Occidente. La aprobación de EEUU es necesaria debido a los acuerdos de transferencia a terceros asociados a la compra de los aviones de fabricación estadounidense, recuerda el Post.
Esta semana, Reino Unido y Países Bajos anunciaron que trabajarán en una coalición internacional “para dotar a Ucrania de capacidades aéreas de combate, apoyando desde la formación hasta la adquisición de cazas F-16”. Al día siguiente, los ministros de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, y Alemania, Boris Pistorius, descartaron suministrar cazas a Ucrania por falta de disponibilidad. Ambos aseguraron que la decisión de entregar cazas F-16 a Ucrania corresponde a la Casa Blanca. Países Bajos tiene 24 F-16 operativos hasta mediados de 2024, cuando serán reemplazados por F-35. También cuenta con 18 F-16 no operativos, de los cuales 12 han sido vendidos, recoge la agencia Reuters.
Además, según informan distintos medios como la agencia AP y Politico, Biden ha respaldado este viernes los planes para entrenar a los pilotos ucranianos en aviones de combate modernos, incluidos los F-16. De acuerdo con Politico, la formación tendrá lugar fuera de Ucrania, en un lugar de Europa, y tardará meses en completarse. Se espera que el entrenamiento comience en las próximas semanas. Esta formación sería un requisito previo para la transferencia a Kiev de F-16 y otros aviones de guerra occidentales.
Cumbre del G7 en Japón
Unas horas antes, los líderes del G7 habían anunciado nuevas sanciones para hacer pagar a Rusia por la guerra en Ucrania, reafirmando su compromiso de ayudar a Kiev “el tiempo que sea necesario”, según han revelado en un comunicado conjunto al término de una reunión a puerta cerrada sobre Ucrania, que se ha celebrado en el primer día de la cumbre de mandatarios en Hiroshima.
“Estamos imponiendo más sanciones y medidas para aumentar el coste para Rusia y para aquellos que apoyan su esfuerzo bélico”, dicen los líderes en su comunicado, en el que también renuevan su compromiso para apoyar a Ucrania a nivel financiero, humanitario, militar y diplomático.
El G7 detalla algunas de sus “sanciones coordinadas” y otras medidas económicas para cortar las vías de financiación de Moscú y su uso de productos y materiales que puedan emplearse en la industria militar, entre las que destacan restricciones a “nuevos sectores clave” como el de la construcción, el transporte y los negocios.
Las nuevas medidas también tratarán de evitar que Rusia pueda eludir las sanciones vigentes, lo que comprende trabajar con terceros países “a través de los cuales los bienes, servicios y tecnologías restringidos por el G7 pueden ser suministrados” a Moscú.
En términos generales, el Grupo de los Siete explica que sus nuevas acciones buscan cortar el acceso de Moscú al sistema financiero internacional y “limitar sus ingresos energéticos y futuras capacidades de extracción”, según el comunicado.
Destaca asimismo su voluntad de continuar reduciendo su dependencia de la energía rusa y de otras materias primas, y de reducir los ingresos que Rusia obtiene del comercio de diamantes, para lo cual “se cooperará con otros países claves” en este sector con vistas a aplicar “futuras medidas restrictivas”.
EEUU, Canadá y Reino Unido, a la cabeza de las sanciones
Pese a que el G7 quiere mostrar unidad, tres de los países del grupo (Estados Unidos, Canadá y Reino Unido) han liderado esta nueva ola de sanciones, mientras que otros tres (Italia, Alemania, Francia) anunciarán próximamente un nuevo paquete acordado dentro de la Unión Europea.
En línea con esta declaración conjunta, Japón tiene previsto también ampliar su listado de empresas y particulares sancionados con actores de los sectores de la construcción y la manufactura industrial.
En concreto, según adelantó a la prensa un alto funcionario estadounidense, Estados Unidos incluirá a 70 entidades de Rusia y otros países en una “lista negra” del Departamento de Comercio para que no puedan recibir exportaciones estadounidenses.
Además, el Ejecutivo estadounidense impondrá 300 nuevas sanciones contra individuos, entidades, barcos y aviones que están ayudando a Rusia a evadir las sanciones impuestas por Occidente por la guerra en Ucrania o que contribuyen a financiar el conflicto, por ejemplo mediante la compra de recursos energéticos.
Por su parte, Reino Unido ha anunciado que prohibirá las exportaciones de diamantes de Rusia y vetará las importaciones de cobre, aluminio y níquel de origen ruso.
Según ha informado Downing Street –oficina y residencia oficial del primer ministro, Rishi Sunak– en un comunicado, las nuevas restricciones económicas afectarán a 86 individuos y empresas vinculadas al complejo industrial ruso y otros sectores claves para la economía de Rusia, como la energía, los metales y el transporte por barco.
Asimismo, Canadá tiene previsto anunciar sanciones contra 17 individuos y 18 compañías rusas que proporcionan al Kremlin tecnología para uso militar, según detalló a la cadena CBC un funcionario canadiense, quien adelantó que habrá sanciones también contra 30 individuos por violaciones de los derechos humanos.
“Retirada completa” de las tropas rusas
En el comunicado conjunto, de seis páginas, la idea de lograr una “paz completa, justa y duradera” ocupa un lugar destacado: aparece como la segunda de las 11 secciones del escrito.
Específicamente, el G7 considera que no se puede lograr una “paz justa” sin la “retirada completa e incondicional” de las tropas rusas, aunque como en otras ocasiones el grupo evita comprometerse específicamente con la recuperación por parte de Ucrania de territorios ocupados por Rusia como la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.
“Instamos a Rusia a que ponga fin a su agresión en curso y retire de inmediato, completa e incondicionalmente sus tropas y equipos militares de todo el territorio internacionalmente reconocido de Ucrania. Rusia empezó esta guerra y puede poner fin a esta guerra”, dicen. “Subrayamos que una paz justa no puede realizarse sin la retirada completa e incondicional de las tropas y el equipo militar rusos, y esto debe incluirse en cualquier llamamiento a la paz”.
Los mandatarios del G7, sin embargo, reafirman su compromiso con los planteamientos para lograr la paz que ha hecho el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
“Con vistas a un acuerdo de paz viable en la posguerra, seguimos dispuestos a llegar a acuerdos con Ucrania, así como con los países e instituciones interesados, sobre una seguridad sostenida y otros compromisos para ayudar a Ucrania a defenderse, asegurar su futuro libre y democrático y disuadir futuras agresiones rusas”, dice el comunicado.