Gabriel Boric, de 36 años, toma posesión del cargo de presidente de Chile este viernes. El Congreso Nacional, a unos 120 kilómetros de Santiago de Chile, será el punto de encuentro para los dirigentes locales y líderes extranjeros que participen en la ceremonia. Las expectativas son enormes: el líder progresista es el primer presidente en más de tres décadas que no integra ninguno de los dos bloques mayoritarios del centro político.
También se convertirá en el presidente más joven de la historia de Chile. Entre los desafíos que plantea la primera etapa de su legislatura, con un equipo de gobierno compuesto por 14 mujeres y 10 hombres, será la convivencia con una Convención Constitucional que presentará a mediados de este año una nueva carta magna. De ser respaldada por una mayoría social, la nueva constitución modificará de manera estructural las instituciones del país en medio del primer tramo del Gobierno de la coalición Apruebo Dignidad.
Las expectativas
En las últimas semanas, el presidente electo ha hecho varios gestos en línea con su primer discurso como presidente electo, en el que prometió construir un Gobierno de “todos los chilenos y chilenas” capaz de recomponer el vínculo entre la política y la sociedad.
“Boric buscará avanzar paso a paso para no desbarrancar”, dice el economista chileno Noam Titelman, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se muestra convencido de que para la primera etapa de la legislatura, el nuevo presidente buscará “combinar cambios profundos en el modelo económico junto con responsabilidad fiscal y un horizonte de tranquilidad”.
“Boric buscará establecer una plataforma lo más amplia posible que genere las bases políticas para su futuro Gobierno”, dice la politóloga chilena Claudia Heiss, a cargo de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile. “El presidente tendrá que crecer hacia el centro y hacia la derecha para tratar de aunar voluntades que le permitan sacar adelante su programa de gobierno”.
En la tarde del jueves, empezaron a llegar a la capital chilena representantes de distintas delegaciones internacionales. Los organizadores esperan cerca de 500 invitados y más de un decena reuniones bilaterales con distintos jefes de Estado.
El primer presidente en aterrizar en Chile ha sido el ecuatoriano, Guillermo Lasso, seguido unas horas después por el mandatario de República Dominicana, Luis Abinader, y el rey de España, Felipe VI, acompañado por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. También han confirmado su presencia los presidentes de Paraguay, Perú, Uruguay, Bolivia y Argentina, entre otros.
Las prioridades del nuevo Gobierno
Entre los desafíos más urgentes del nuevo Gobierno estará atender a los problemas de seguridad y violencia que han venido teniendo lugar tanto en la frontera norte con el ingreso ilegal de migrantes como en el extremo sur con el conflicto chileno-mapuche en la región de la Araucanía.
En el plano económico, Heiss espera que Boric avance con una reforma en el sistema de pensiones. “Habrá algunos avances en esta dirección que será acompañada por una reforma tributaria para financiar nuevas políticas sociales que exijan un incremento del gasto público”.
Para Titelman, cualquier reforma sustantiva que quiera hacer el nuevo Gobierno requerirá de gasto público que va a depender, según su compromiso de responsabilidad fiscal, de la habilidad que tenga el nuevo Ejecutivo de desplegar un nuevo esquema de reanudación fiscal. “Por ese motivo, será una prioridad avanzar con una reforma tributaria”.
En simultáneo, el nuevo presidente deberá gobernar sin descuidar el proceso constituyente. En medio año, la sociedad chilena deberá refrendar la nueva propuesta constitucional. “Un texto constitucional aprobado por amplia mayoría social sería visto como un espaldarazo al proceso iniciado gracias al acuerdo transversal de la política chilena en el que Boric jugó un rol protagónico”, dice Titelman.
También, el nuevo presidente se comprometió a incorporar las demandas del movimiento feminista a su acción de gobierno. “Boric dio la señal de que el Ministerio de las Mujeres será un ministerio político, pasará a estar en La Moneda, en el centro del poder político, y buscará proponer transversalmente políticas de género”, dice Heiss.
Triple crisis
El nuevo Gobierno deberá hacer frente a una triple crisis. De un lado, la frágil situación económica, “con bajo crecimiento proyectado para los próximos años, alta inflación y arcas fiscales vaciadas luego de los gastos de los últimos dos años de pandemia”, explica el economista.
Del otro, la crisis de representación política. La victoria de Boric ha evidenciado un sistema de partidos fragmentado. “El presidente no tiene una mayoría en el Congreso que le permita pasar la reformas necesarias para desarrollar su programa político. En ese sentido, deberá impulsar una agenda más moderada de lo que quiere, capaz de concitar el respaldo del centro y la derecha para desarrollar su programa de gobierno”.
Por último, la desconexión de los movimientos sociales con los dirigentes políticos exigirá al nuevo presidente recuperar la confianza de una parte importante de la sociedad que durante años no ha participado de las elecciones. Además, deberá atender a la crisis migratoria que no supo resolver el Gobierno de Sebastián Piñera y dar una respuesta desde la política capaz de calmar la violencia en el sur del país, que tiene como eje el reclamo mapuche de tierras.