La gran coalición de Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, ha acordado este martes relevar al polémico jefe del espionaje interior, Hans-Georg Maassen, a raíz de las declaraciones en las que ponía en duda la veracidad de un vídeo de persecuciones de neonazis a un extranjero en Chemnitz y se mostraba “escéptico” respecto a las informaciones publicadas en los medios sobre estos hechos.
Maassen pasará ahora a ocupar una secretaría de Estado en el Ministerio de Interior, según la decisión de compromiso alcanzada en una reunión en Berlín entre Merkel, presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el presidente de la Unión Socialcristiana (CSU) bávara y ministro de Interior, Horst Seehofer, y la líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Andrea Nahles.
La decisión busca poner punto final a la crisis suscitada en el seno del Gobierno alemán por las declaraciones de Maassen en torno a los incidentes de Chemnitz del 26 de agosto, en los que la muerte de un hombre acuchillado -presuntamente a manos de dos refugiados- desembocó en escenas de “cacerías de extranjeros”.
La semana pasada, los socialdemócratas exigieron su cese por haber puesto en duda, en declaraciones en el sensacionalista diario Bild, la veracidad de algunas de esas imágenes y atribuirlas a campañas de desinformación. Por su parte, el ministro del Interior, Horst Seehofer (CSU) mostró su apoyo a Maassen.
Ya en el pasado se le había atribuido al polémico jefe del espionaje interior cierta “cercanía” con la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la primera fuerza de la oposición parlamentaria.
Los líderes de la gran coalición, Merkel, Seehofer y Nahles, celebraron el jueves de la semana pasada una reunión de urgencia para abordar el caso, pero el encuentro terminó sin acuerdo y la decisión se aplazó a este martes.
Ayer lunes, en medios alemanes se difundió que Merkel ya había adoptado la decisión de cesar a Maassen, pero hoy, previo al inicio de la reunión, empezaron a circular rumores de un traslado a un cargo en Interior, lo que salvaría la cara a Seehofer, quien ha expresado su respaldo al controvertido jefe del espionaje.
A las escenas de las “cacerías de extranjeros”, convocadas por las redes sociales entre los neonazis, siguieron condenas a toda incitación a la violencia por parte de Merkel, así como sucesivas manifestaciones masivas convocadas por la AfD y el movimiento islamófobo Pegida en contra de la canciller.
Maassen acabó relativizando sus controvertidas declaraciones ante dos comisiones parlamentarias, pero las exigencias de dimisión desde las filas socialdemócratas persistieron.
A esta situación se sumaron nuevas informaciones de la televisión alemana ARD, según las cuales el jefe de los servicios secretos del interior puso a disposición de AfD, cinco semanas antes de su publicación, partes del informe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución de 2017.
Las circunstancias en que murió el ciudadano alemán, de 35 años, de origen cubano y nacido en Chemnitz, siguen sin haberse esclarecido y hoy fue puesto en libertad uno de los dos sospechosos detenidos entonces, un iraquí, mientras prosigue la investigación.