TITÁN

Los guardacostas de EEUU analizan nuevos sonidos en la búsqueda del submarino desaparecido: “Hay que mantener la esperanza”

La búsqueda sigue sin dar resultados, pero continúa con más recursos tras detectar sonidos que también se han escuchado este miércoles. Aún no hay rastro del submarino que llevaba a personas adineradas a ver los restos del Titanic con sus propios ojos, desaparecido hace tres días en el norte del océano Atlántico con cinco ocupantes a bordo. Las complejas labores para localizarlo aún no han concluido, entre informaciones acerca de que el suministro de oxígeno entra en horas críticas, mientras el capitán de los guardacostas estadounidenses Jamie Frederick afirma que, ante un caso de búsqueda y rescate, “hay que mantener el optimismo y la esperanza”.

La superficie del área de búsqueda se ha expandido y los ruidos detectados se han convertido en el foco de la misma, según ha explicado Frederick a los periodistas este miércoles. “Aunque las búsquedas han arrojado resultados negativos, continúan”. Durante la rueda de prensa, el representante de los guardacostas estadounidenses ha evitado entrar en especulaciones sobre cuándo podría terminar la operación y ha reiterado que hay muchos factores a considerar en casos de búsqueda como este.

La Guardia Costera de Estados Unidos confirmó durante la pasada madrugada que ha detectado “sonidos” en la zona donde se busca el sumergible, denominado Titán. “Una aeronave canadiense P-3 detectó sonidos submarinos en la zona de búsqueda”, dijo en Twitter la oficina, aunque aclaró que de momento no se habían encontrado rastros del vehículo. Frederick ha indicado que tiene entendido que el P-3 también escuchó algunos ruidos este miércoles. Estos sonidos están siendo analizados por expertos en un intento de averiguar si podrían provenir del sumergible.

De momento, el análisis no ha sido “concluyente”. Los guardacostas aún desconocen el origen del ruido captado por sonoboyas. “La buena noticia, lo que les puedo decir, es que estamos buscando en el área donde se detectaron los ruidos y lo seguiremos haciendo”, ha dicho Frederick.

Durante la rueda de prensa, uno de ellos, Carl Hartsfield, ha dicho a los periodistas que “es muy difícil” discernir de qué ruidos se trata y ha explicado que cada uno de ellos se está analizando y rastreando. Hartsfield ha indicado que “se han descrito como ruidos de golpes” pero los analistas acústicos “tienen que eliminar las posibles fuentes artificiales”. El contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera estadounidense, ha explicado en una entrevista con CBS News que, por ejemplo, hay muchos objetos metálicos en el lugar del naufragio del Titanic, que pueden ser de donde proceden los sonidos, por lo que han estado trabajando con expertos de la Marina para analizarlos.

La Guardia Costera de EEUU inició el lunes una extensa operación de búsqueda con ayuda de Canadá para localizar el aparato. Tanto la Guardia Costera como la Real Fuerza Aérea Canadiense están desplegando más aviones y embarcaciones para ayudar en la búsqueda, de gran complejidad, según han advertido las autoridades en diversas ocasiones. Los guardacostas estadounidenses han informado esta tarde de que han comenzado a llegar más barcos al sitio de búsqueda, que está produciéndose tanto en la superficie como debajo de ella. Frederick ha explicado que actualmente tienen cinco “activos de superficie” en busca del Titán y esperan que haya 10 en las próximas 24-48 horas. Hay dos robots submarinos y un equipo francés está trayendo algunos “equipamiento de última generación ” para ayudar en la búsqueda.

20 horas de oxígeno

Por la tarde de este miércoles, en una entrevista con la BBC, Mauger ha dicho que el equipo de búsqueda está trabajando bajo la suposición de que al sumergible le quedan unas 20 horas de oxígeno, aunque ha matizado que es difícil predecirlo con exactitud debido a diversos factores, uno de ellos es que no se conoce “la tasa de consumo de oxígeno por ocupante en el submarino”. Los cinco pasajeros a bordo del Titan perdido tenían 96 horas de aire respirable, según la compañía operadora. Esto significaría que el oxígeno podría agotarse este jueves por la mañana, según han informado diversos medios.

A lo largo del día, algunas voces han manifestado cierta esperanza tras la noticia de que se han detectado ruidos en la búsqueda del sumergible, indicando que si se escucharon a intervalos de 30 minutos, como apuntan algunas informaciones, pueden significar un posible origen humano. Frank Owen, del Instituto de Submarinos de Australia, que en una entrevista ha especulado con la posibilidad de que los ruidos “huelen a consejo” de uno de los hombres a bordo, Paul-Henry Nargeolet, de 77 años, que fue buzo de la Armada francesa. “Él puede conocer el protocolo para intentar alertar a las fuerzas de búsqueda...a en punto y a y media se golpea fuertemente durante tres minutos”.

Algunos expertos han sugerido que el hecho de que una sonoboya relativamente cercana a la superficie del mar captara los ruidos podría significar que el sumergible no está demasiado profundo. En anteriores búsquedas marítimas también se oyeron ruidos submarinos que no dieron resultado.

Los cinco ocupantes del sumergible son el empresario paquistaní Shahzada Dawood, su hijo Suleman, el explorador y multimillonario británico Hamish Harding, el explorador francés y experto en el Titanic Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de la compañía operadora del sumergible OceanGate, Stockton Rush.

Respecto a qué alimentos y bebidas pueden quedar para los ocupantes del submarino desaparecido, el capitán de los guardacostas han dicho que “tienen raciones limitadas a bordo”, pero no puede “decir exactamente cuánto”.

Tres días desaparecido

El buque Polar Prince, que se encontraba en la superficie, perdió el contacto con el pequeño submarino una hora y 45 minutos después de su inmersión en la zona del naufragio del Titanic frente a la costa de Terranova, en Canadá, el domingo. Los restos del transatlántico hundido en 1912 se encuentran a unos 700 kilómetros al sureste de la costa canadiense y 3.800 metros de profundidad al norte del océano Atlántico.

Aún no se sabe lo que ha ocurrido con el sumergible y muchos detalles no están claros, pero los expertos barajan varias hipótesis, entre ellas un fallo eléctrico, un problema con el sistema de comunicaciones del submarino o que se haya enredado entre los restos del Titanic. Hasta ahora, la Guardia Costera de EEUU ha afirmado que el sumergible desparecido podría encontrarse tanto en la superficie como a una profundidad de centenares de metros en el océano.

Si el Titán ha salido a la superficie, el peligro para la tripulación no ha terminado, según han indicado varios periodistas especializados, que apuntan que la escotilla parece estar cerrada con cerrojo desde el exterior, lo que significa que los que están dentro aún necesitarán oxígeno de emergencia para respirar.

OceanGate dice que es una de las únicas compañías del mundo que dispone de un sumergible capaz de transportar a cinco personas a 4.000 metros de profundidad, el Titán, en el que solo ha efectuado un puñado de inmersiones –la primera fue en 2021–. En su web, la compañía explica que el Titán, hecho de fibra de carbono y titanio, es innovador, más económico y ligero que otros, y que está diseñado para estudios e inspecciones, investigación y recopilación de datos, producción de películas y medios y pruebas de hardware y software en aguas profundas. 

Pero la expedición que estaba efectuando el sumergible Titán y su tripulación era muy arriesgada, según expertos del sector y antiguos pasajeros. En las últimas horas, han salido a la luz preocupaciones sobre si el sumergible cumplía con los estándares de seguridad. La compañía fue advertida en 2018 de los riesgos que corría la empresa por su “enfoque experimental”, que podría tener consecuencias desde “menores a catastróficas” para la industria, según el The New York Times, que ha tenido acceso a una carta entregada por representantes del sector a Rush.

En su web, la compañía anunciaba la experiencia como una “aventura increíble”. Cobra a sus clientes 250.000 dólares (unos 230.000 euros) por una expedición que dura ocho días y se refiere a sus pasajeros como “especialistas de misión”, pero, según explicaba en su web, no necesitan ninguna experiencia marítima para unirse a la expedición.