Tras 15 años de calma, se desató la tormenta en el universo de Hollywood. Los guionistas de algunos de los programas y series de televisión más vistos en Estados Unidos han decidido plantar cara a los estudios e iniciarán una huelga este martes para mejorar sus condiciones salariales, después de que no se haya alcanzado un acuerdo entre el sindicato y los estudios. Es la primera vez que los guionistas de Los Ángeles van a la huelga desde la llegada de las grandes plataformas de streaming, que en menos de una década han cambiado por completo la forma en que trabajan, y cobran, los empleados por la industria del entretenimiento.
El sindicato de guionistas de EEUU, Writers Guild ofAmerica (WGA), representa a más de 11.500 escritores, que el pasado 17 de abril votaron casi unánimemente (98%) a favor de la huelga. Su contrato de tres años terminaba en la madrugada del lunes, fecha límite establecida para llegar a un acuerdo con los estudios. Concretamente, WGA pretendían obtener de este acuerdo unos 600 millones de dólares extras para los guionistas. Al no haber cedido los estudios, han decidido que este martes por la tarde iniciarán los piquetes de una huelga indefinida.
Los estudios de Hollywood, representados por la Alianza de Productores de Cine y Televisión, han lamentado en un comunicado que no se haya podido alcanzar un acuerdo, y han asegurado que su oferta incluía “generosos aumentos en la compensación para los escritores” y que están dispuestos a seguir negociando. Además, han dicho que el principal punto de fricción con los trabajadores ha sido su petición de que haya un número determinado de guionistas durante un periodo específico de tiempo en los programas, series y películas, “tanto si se necesitan como si no”.
Por su parte, el sindicato ha asegurado que “la postura inamovible de las empresas en esta negociación ha traicionado su compromiso y devaluará aún más la profesión de escritor”. WGA ha descrito esta negociación como “existencial” para la “supervivencia” trabajo de los guionistas. La disputa enfrenta a los miles de guionistas contra los grandes estudios, entre los que se incluyen las tradicionales grandes empresas de entretenimiento, como Universal y Paramount, así como los recién llegados de la industria tecnológica, como Netflix, Amazon y Apple.
Consecuencias millonarias
La última vez que hubo una huelga de estas características fue hace 15 años, duró 14 semanas y significó importantes pérdidas para el sector: se llevó 2.100 millones de dólares y arrasó con 37.000 puestos de trabajo. En 2017, el mismo sindicato, WGA, volvió a votar mayoritariamente a favor de la huelga, pero finalmente se alcanzó un acuerdo de última hora. Sin embargo, los estudios no han podido esta vez evitar una huelga que, previsiblemente, les supondrá pérdidas millonarias.
Esta movilización, en una industria que emplea a 2,4 millones de personas, tendrá implicaciones más allá, afectando fuertemente a la economía de Los Ángeles (la segunda ciudad del país) y California en su conjunto. La huelga, cuya duración es indefinida, significará el paro inmediato de la actividad en los estudios que producen night talk shows y series de televisión, lo que afectará en gran medida a los estrenos programados para este otoño.
Entre ellos, se incluyen programas de renombre como Saturday Night Live, The Tonight Show Starring Jimmy Fallon y The Late Show With Stephen Colbert. Como contrapartida, es probable que veamos un boom de los programas de telerrealidad e internacionales, ya que no están cubiertos por el gremio. De hecho, la huelga del año 2007 produjo como efecto secundario el auge de los programas de televisión sin guión, como medida de emergencia de los estudios ante la falta de escritores.
De este modo, la televisión se verá afectada de inmediato, ya que sus guionistas trabajan en sus programas día a día. Y en el medio plazo, si se prolonga la huelga durante varias semanas, también se verán afectadas las producciones de la gran pantalla.
Menos trabajos y peor pagados
El sindicato de guionistas lamenta que los estudios han aprovechado el auge de las plataformas de streaming para recortar sus salarios. Concretamente, WGA asegura que los escritores trabajan cada vez más con los salarios mínimos establecidos por el convenio y durante periodos más cortos.
Si anteriormente los guionistas trabajaban en temporadas, aproximadamente, de 22 episodios, con programas piloto pagados antes de que la serie fuera siquiera elegida, en la era del streaming las temporadas llegan a durar tan solo siete episodios, y es costumbre que se encarguen los programas directamente, sin pilotos.
Por otro lado, aunque como una petición menos acuciante, los guionistas han pedido que se pongan barreras al uso de inteligencia artificial generativa de texto, como ChatGPT, que está amenazando directamente sus trabajos creativos, y con la que las empresas del entretenimiento ya han empezado a experimentar.
Además, los servicios de streaming, como Netflix, HBO, Amazon Prime Video o Disney +, han comportado otro importante cambio que afecta a los ingresos de los trabajadores. En muchas ocasiones, adquieren los derechos globales de los programas durante varios años, lo que implica que los guionistas dejen de ganar grandes sumas de dinero con las ventas recurrentes e internacionales.
Esta huelga llega en un mal momento para la industria del entretenimiento, que se ha contraído en los últimos años, después de que las empresas de streaming y otros grandes inversores de Wall Street alzaran importantes sumas de dinero para crear nuevos programas. Pero con la feroz competencia existente, y con un modelo de negocio cada vez menos rentable, el año pasado se inició una crisis que todavía dura. Desde entonces, los mismos inversores que se habían guiado por la filosofía de quemar dinero en el streaming, se han vuelto ahora más austeros, al ver que se reducían sus márgenes.
Y ya está conllevando consecuencias a nivel laboral. Porejemplo, Disney, una de las últimas en sumarse al streaming, ya ha anunciado que está en el proceso de despedir a 7.000 empleados (entre los que se encuentran guionistas, pero también encargados de la comercialización de programas). También Warner Bros. Discovery despidió a miles de personas el año pasado, y está sufriendo para pagar una deuda que asciende ya a 50.000 millones de dólares.
La empresa FilmLA, que gestiona permisos de rodaje, calcula que la producción de cine y televisión en la ciudad de Los Ángeles cayó un 24% tan solo en el primer trimestre. La categoría más afectada es la de los dramas televisivos, que cayeron hasta un 40%. Este parón de la producción, en una industria que cuando ha protestado lo ha hecho mostrando unidad y durante periodos prolongados -153 días en 1988 y 100 días en 2007-, amenaza con que la hecatombe de Hollywood sea todavía mayor.