La hija de Salvador Allende, Isabel Allende Bussi, ha tomado la palabra en el acto conmemorativo que ha tenido lugar este lunes en el que se cumplen 50 años del golpe militar liderado por el general Augusto Pinochet en Chile y que dio comienzo a una cruenta dictadura de 17 años. La socióloga y senadora de 78 años, quien dice no olvidar “el último abrazo” de su padre, ha señalado la memoria como “necesaria”, pero no suficiente para lograr “justicia y la no repetición de los hechos de ese día”. “La memoria es democracia y futuro”, ha pronunciado, visiblemente emocionada.
El golpe del 11 de septiembre de 1973 liderado por el general Augusto Pinochet dio inicio a una cruel dictadura de 17 años, que dejó más de 40.000 víctimas, entre ellos más de 3.200 ejecutados, de los cuales un millar aún están desaparecidos. La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado está generando gran polarización y crispación en Chile hasta el punto de que la derecha tradicional y la ultraderecha declinaron participar en los actos conmemorativos y firmar una declaración promovida por Boric a favor de la democracia.
La Unión Demócrata Independiente (UDI), uno de los partidos de Chile Vamos y de origen pinochetista, publicó este lunes una dura declaración en la que aseguró que el golpe era “inevitable” porque durante el Gobierno de la Unidad Popular de Allende (1970-1973) “sobrevino un quiebre social, político e institucional”. Isabel Allende ha acusado a la derecha de tratar de “tergiversar los hechos y culpar a Allende y la Unidad Popular” del golpe y ha agradecido a México y Cuba por dar asilo a su familia tras la muerte de su padre.
“El golpe de Estado fue un crimen y no hay contexto (...) que legitime el despojo de la voluntad popular. Entiendo que puede haber muchas interpretaciones, peor 'nunca más un golpe de Estado debiera ser el consenso de todas las fuerzas políticas”, ha añadido la senadora.
Además, la hija del presidente chileno ha recordado el horror vivido aquel 11 de septiembre, en el que tenían previsto pronunciar un discurso acerca de “la barbarie que comenzaba a imponerse”. Allende ha descrito a su padre como un “luchador social” y un “intérprete de los anhelos de justicia social” y ha repasado algunas de sus políticas al frente del Gobierno de la Unidad Popular (1970-1973), como la lucha contra la desnutrición infantil y la profundización de la reforma agraria.
Antes de la ceremonia, el presidente Gabriel Boric ha ofrecido un desayuno y un recorrido por La Moneda a los líderes y personalidades internacionales invitados al acto, entre ellos los presidentes de México, Colombia, Bolivia y Uruguay, además del primer ministro de Portugal.