La viróloga china Li-Meng Yan, que ha pasado los últimos meses denunciando en medios de comunicación de todo el mundo que el coronavirus se creó en un laboratorio en su país, ha presentado esta semana un informe titulado “Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una sofisticada modificación en laboratorio en lugar de una evolución natural”. El nuevo documento de Yan, que según han avisado ya varios expertos tampoco ofrece pruebas que respalden las aseveraciones de su autora, ha sido financiado por la Rule of Law Society, una organización con sede en Nueva York presidida por Steve Bannon, el gurú de extrema derecha que dirigió parte de la campaña electoral de Donald Trump en 2016.
Bannon, que fue detenido en agosto por defraudar cientos de miles de dólares de donantes supuestamente destinados a la construcción del muro entre EEUU y México, fundó Rule of Law Society a finales de 2018. Tuvo la ayuda del multimillonario chino Guo Wengui, quien puso 100 millones de dólares para que la organización echara a andar. Este promotor inmobiliario tuvo que abandonar China en 2015 tras ser acusado de 14 delitos, como violación, secuestro, lavado de dinero, soborno o fraude. Algunos de sus supuestos cómplices llegaron a ser detenidos por el Gobierno chino, al que Guo acusa de corrupción.
El magnate asiático fugitivo defiende su inocencia y asegura que conoce los detalles de una gran red de corrupción en el partido comunista chino. Sin embargo, el New York Times no pudo contrastar sus afirmaciones tras entrevistarse con él en una de sus residencias, un apartamento de 70 millones de dólares frente a Central Park. En el momento de su detención, Bannon estaba a bordo del yate de Guo, valorado en 28 millones de dólares.
Bannon y Guo fundaron la Rule of Law Society para “recibir y exponer información sobre la corrupción, la brutalidad, las detenciones ilegales, las condenas excesivas, el hostigamiento y la falta de humanidad omnipresentes en los sistemas políticos, jurídicos, comerciales y financieros de China”. El informe de Yan es su primera aventura en el campo de la virología, y llega en un momento muy oportuno para Donald Trump.
Un informe sin evidencia científica
El informe de Yan no cambia lo que sabemos sobre el coronavirus. En este momento no existe ningún estudio que cuestione su origen natural que haya cumplido los requisitos científicos para ser considerado una investigación contrastada. Estos pasos incluyen el haber sido publicado en alguna revista científica acreditada (lo que implica una revisión por parte de sus editores) y haber sido replicado por equipos de investigadores externos para contrastar sus resultados. El informe de Yan tampoco ha cumplido estos requisitos.
“El artículo no tiene ninguna evidencia científica sólida”, avisa la viróloga Sonia Zuñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología, en declaraciones a Maldita Ciencia. “Su afirmación de que los coronavirus SARS-CoV-2 del principio eran como los del murciélago pero luego han ido cambiando en la proteína E es falsa”, asevera la experta.
Aunque esté respaldado por una fundación millonaria, el artículo de Yan cuestionando el origen natural del coronavirus ni siquiera es un hecho inusual. Se ha convertido en habitual que el descubrimiento de nuevos virus se acompañe de rumorología seudocientífica que afirma que tienen un origen artificial. “Sucedió lo mismo cuando apareció el SARS en 2002 o la conocida como gripe A, la nueva variante del H1N1, en 2009”, detallaba a Maldita el presidente de la Sociedad Española de Virología (SEV), Albert Bosch Navarro.
La trayectoria de la viróloga antes de ser una de las principales defensoras del origen artificial del coronavirus tampoco cuadra con sus alegaciones. Yan denuncia que el Gobierno chino la persigue por revelar la verdad sobre el patógeno, pero ella no investigaba el coronavirus en ningún centro chino sino en la Universidad de Hong Kong. Según recoge The South China Morning Post, uno de los principales medios de Hong Kong, Yan abandonó la Universidad en enero de 2020 sin haber documentado ningún resultado en sus investigaciones.
Del muro de 2016 al laboratorio chino de 2020
En este momento el informe de Yan es solo un documento de 26 páginas subido a Internet. Sin embargo, es un documento oportuno para Trump. El mandatario se enfrenta a la reelección en noviembre y la mayoría de los estadounidenses tienen una opinión negativa de su gestión de la pandemia. Estados Unidos es el país que acumula un mayor número de contagios y de muertos por coronavirus del mundo, pero Trump no ha dudado en agitar sin pruebas la teoría de la conspiración de que el coronavirus fue creado en un laboratorio chino y liberado como un arma biológica para desviar la atención. No hay ninguna investigación contrastada que sustente esas afirmaciones, por lo que el informe de Yan impulsado por Bannon puede ayudar a la causa de Trump.
Bannon abandonó la Casa Blanca en 2017, pero el presidente de EEUU ha seguido respetando al pie de la letra el manual que su gurú preparó para él. A Bannon se le considera el responsable de la estrategia de Trump de abandonar el conservadurismo tradicionalista de los republicanos en favor de las consignas del movimiento ultra de la llamada alt right. También el acercamiento a la clase obrera blanca, la desinformación, los ataques al establishment, los mensajes ultranacionalistas y el señalamiento de la inmigración como un enemigo de la prosperidad estadounidense. El muro con México, la mayor promesa electoral de Trump en 2016, era la representación física (y no cumplida) del ideario de Bannon.