Apenas ha pasado un mes desde la llegada de Macron a la presidencia de Francia y su gobierno ya ha tenido dos bajas relacionadas con la corrupción. La ministra de Defensa, Sylvie Goulard, ha pedido este martes no continuar en el Gobierno, al estar investigada en un caso abierto contra su partido MoDem por emplear a sus asistentes como eurodiputada para misiones internas en la formación.
Su renuncia se suma al caso del hasta ahora ministro de Cohesión Territorial, Richard Ferrand, a quien Macron pidió este lunes que abandonara el cargo para pasar a liderar el grupo parlamentario de su partido, La República en Marcha. Ferrand está bajo investigación de la Fiscalía por sospechas de nepotismo en un caso inmobiliario de 2011 en el que su mujer podría haber resultado beneficiada.
Estos dos movimientos se dan en un momento de remodelación formal del Gobierno. El primer ministro, Édouard Philippe, presentó el lunes la dimisión del ejecutivo, un gesto habitual tras la celebración de elecciones legislativas en Francia. Emmanuel Macron volvió a depositar en él su cofianza para que forme un nuevo equipo de ministros que se espera que sea muy similar al anterior.
Este domingo, La República en Marcha consiguió en las elecciones legislativas una amplia mayoría absoluta: tendrá 350 de los 577 diputados de la Asamblea Nacional, lo que permitirá a Macron ejecutar su programa sin grandes dificultades. La formación de centroderecha Los Republicanos liderará la oposición con 137 escaños, menos de la mitad de los que tendrá el partido de gobierno. Los comicios estuvieron marcados por una abstención sin precedentes en las últimas décadas: solo votaron cuatro de cada diez de los ciudadanos llamados a las urnas.