Islandia suspende dos meses la caza de ballenas porque no puede asegurar una muerte sin sufrimiento
El Gobierno de Islandia ha suspendido esta semana y hasta finales de agosto el inicio de la temporada de caza de ballenas por un informe crítico de las autoridades sobre el tratamiento que reciben estos animales, cuyo bienestar está amparado por las leyes del país nórdico.
La decisión fue tomada después de que un consejo consultivo de expertos concluyese que el método usado para cazar ballenas no cumple con las leyes sobre bienestar animal, tras analizar un informe elaborado el mes pasado por la Dirección de Alimentación y Veterinaria, según la Agencia EFE.
Ese departamento había alertado de que la matanza de las ballenas duraba más tiempo del estipulado para evitar su sufrimiento. Según el informe, sólo el 60% de los ejemplares capturados (rorcuales comunes) el año pasado murió de forma instantánea.
Tras conocerse esos datos, el Ministerio de Agricultura y Pesca ha decidido retrasar el inicio de la temporada, previsto este mismo miércoles, para estudiar “si es posible establecer reglas que aseguren que la caza se hace de acuerdo con los estándares mínimos obligatorios fijados en las leyes sobre bienestar animal”.
“Esta actividad no puede continuar en el futuro si las autoridades y los poseedores de las licencias no pueden asegurar el cumplimiento de los requerimientos de bienestar”, fijados en la leyes de bienestar animal, señaló en un comunicado citado por EFE la ministra de Agricultura y Pesca, Svandís Svavarsdóttir.
Tres países
Islandia se encuentra entre los tres países del mundo, junto a Noruega y Japón, que practican la caza comercial de ballenas, aunque el Gobierno islandés anunció el año pasado su intención de suspender la caza en 2024 debido a la caída del consumo de esa carne. La única empresa que sigue dedicándose a la pesca de ballenas, Hvalur, también había anunciado que la de 2023 sería su última temporada de caza porque el negocio ya no es rentable debido a la disminución de la demanda, según la agencia AFP.
Cada año, está permitido cazar 209 ballenas de las más grandes y 217 de las más pequeñas, pero esos números se han reducido considerablemente en los últimos años por la bajada en la demanda y venta de la carne de este mamífero, a medida que ha aumentado la conciencia ecológica y la oposición a su caza en Islandia.
Una ONG dedicada a la defensa de los cetáceos, Whale and Dolphin Conservation, ha celebrado la decisión tomada por las autoridades islandesas porque, de esta forma, se salvarán 150 ballenas este verano. Además, augura que la caza de ballenas ya no tiene futuro porque no se puede garantizar una matanza que cumpla con la Ley de Bienestar Animal.
Otra ONG animalista, ha celebrado la suspensión temporal, al mismo tiempo que ha pedido a Islandia que prohíba definitivamente esta actividad: “Humane Society International está entusiasmada y aliviada por el anuncio de que cientos de ballenas van a salvarse de una muerte agónica y urge al Gobierno de Islandia que convierta (este anuncio) en una prohibición permanente”, afirma en un comunicado.
Además, esa organización ha destacado que “no existe una forma humana de matar a una ballena en el mar (...) Las ballenas ya sufren muchas amenazas en los océanos por la contaminación, el cambio climático, las redes de pesca en las que se ven atrapadas y los barcos que las golpean, por lo que poner fin a la caza comercial es la única conclusión ética”.
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