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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Israel abre otro conflicto con España por hablar de genocidio en Gaza mientras impide la entrada de ayuda humanitaria

Israel carga de nuevo contra España y arremete contra “algunos ministros, intelectuales y medios de comunicación” por acusar a su Ejército de estar cometiendo un genocidio en Gaza, al mismo tiempo que no cesa su ofensiva contra la Franja, que ha causado casi 35.000 muertos en siete meses. Además de atacar por tierra y por aire el enclave palestino, Israel no permite que lleguen suministros básicos a la población que pasa hambre. Este miércoles, por segundo día consecutivo, los dos pasos fronterizos por los que solía entrar la ayuda humanitaria a Gaza permanecen cerrados, después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se hicieran con el control del cruce de Rafah el martes y ocupara la parte palestina de la frontera con Egipto.

“La demonización y deslegitimación de Israel, recurriendo a acusaciones carentes de fundamento, da alas a quienes persiguen la desaparición de Israel”, ha afirmado este miércoles la Embajada de Israel en España, que ha mostrado su “total rechazo a la falsa acusación difundida por algunos ministros, intelectuales y medios de comunicación de que Israel está cometiendo un genocidio”.

Israel se refiere a las cartas enviadas este miércoles por el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy (Sumar), y adelantadas por elDiario.es, en las que se avisa a empresas españolas con intereses en Israel de que podrían estar siendo cómplices del “genocidio” en Gaza, así como de las violaciones de derechos humanos cometidas contra la población palestina en ese territorio.

El comunicado de la legación diplomática israelí también se produce 24 horas después de que la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego (IU), denunciara también el “genocidio en directo contra el pueblo palestino” en su cuenta de la red social X.

Gaza, sin comida ni agua, ni combustible

Precisamente, Rego se refirió a la invasión del paso fronterizo de Rafah por parte de las FDI, que ayer anunciaron que estaban en control del lado palestino del cruce, por el que entraba la asistencia internacional desde Egipto. Tras controlar el paso de Rafah, Israel puede literalmente cerrar la Franja de Gaza y no dejar entrar ni una gota de agua potable o un saco de harina, ya que el Ejército supervisa todos los accesos a este territorio, que ya estaba sometido a un rígido bloqueo antes del actual conflicto.

Tampoco por el paso fronterizo de Kerem Shalom –desde el cual accedía la ayuda a Gaza después de haber llegado desde Egipto a través de Rafah y haber sido inspeccionada en suelo israelí– ha entrado este miércoles ningún cargamento, por tercer día consecutivo, después de que el domingo el brazo armado del grupo palestino Hamás lanzara varios cohetes contra tropas israelíes situadas cerca de ese paso y matara a cuatro soldados.

Si bien, a primera hora del miércoles, Israel anunció la reapertura de Kerem Shalom, la ONU y otras organizaciones humanitarias han desmentido que la ayuda haya podido entrar a través de ese cruce. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha afirmado que no ha recibido ayuda en Gaza, porque la zona de Rafah es escenario de continuos bombardeos y operaciones militares israelíes, tal y como ha confirmado a elDiario.es su directora de comunicación, Juliette Touma.

Por su parte, Helena Ranchal, jefa de las operaciones internacionales de Médicos del Mundo, ha afirmado en una rueda de prensa online que el paso de Rafah no era sólo la puerta de entrada de la ayuda sino el único punto por el que las personas, incluidos los trabajadores humanitarios, podían entrar y salir de la Franja. “Gaza está cerrada. Nada está entrando; nada ni nadie está saliendo” del enclave. “Cada hora que el Ejército israelí mantiene el cierre del cruce de Rafah es una catástrofe humanitaria para la población de Gaza”, ha advertido.

En la misma rueda de prensa, en la que varios representantes de ONG internacionales lanzaron la voz de alarma, Jeremy Konyndyk, presidente de Refugees International, ha explicado que una de las razones por las que la operación militar israelí en Rafah es “tan peligrosa” es el hambre, que está alcanzado niveles muy altos en la Franja y en el norte de Gaza ya ha causado muertes. “Toda la ayuda que entra a Gaza lo hace a través de Rafah y de Kerem Shalom, y ambos cruces están cerrados ahora”, ha lamentado, explicando que las operaciones humanitarias son posibles gracias a los suministros que llegan desde fuera, siendo el combustible esencial, y se distribuyen desde la localidad de Rafah. “El cierre total de esos dos cruces pone en riesgo las operaciones humanitarias”, que podrían colapsar próximamente, ha advertido Konyndyk.

También desde la Organización Mundial de la Salud, su director Tedros Adhanom, ha alertado de que “sin combustible, las operaciones humanitarias se detendrán”. “El cierre del cruce fronterizo de Rafah sigue evitando que la ONU introduzca combustible” en Gaza, ha agregado, y ha informado de que los hospitales en el sur de Gaza, los pocos que siguen ofreciendo servicios básicos, sólo tienen combustible para funcionar otros tres días. Uno de ellos, el centro Al Najjar en Rafah, ha tenido que suspender su actividad por la ofensiva israelí en la parte oriental de la localidad, que dio comiendo el lunes.

Dudas sobre la actuación de Israel en Gaza

No sólo el Gobierno español ha expresado sus dudas respecto a que Israel esté cumpliendo con el derecho internacional en Gaza, tal y como hizo el presidente Pedro Sánchez a finales de noviembre, cuando afirmó en TVE: “Tengo francas dudas de que estén cumpliendo con el derecho internacional humanitario”. Y estas palabras fueron suficientes para que el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, llamara a consultas a la embajadora de Israel en España.

Este miércoles se ha confirmado que la Administración estadounidense, el principal aliado de Israel hasta este momento, ha retenido un envío de armas a Israel, después de que lanzara la operación en Rafah, a la que Washington se había opuesto reiteradamente. “En estos momentos estamos revisando algunos envíos de asistencia de seguridad a corto plazo en el contexto de los acontecimientos que se desarrollan en Rafah”, ha dicho el jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin. Según se ha podido saber, el envío incluía 1.800 bombas de 900 kilos y 1.700 bombas de 220 kilos. 

Horas más tarde, el presidente Joe Biden ha advertido a su principal aliado que dejará de enviarle algunas armas si lanza una gran ofensiva contra Rafah. “He dejado claro que si entran en Rafah –aún no han entrado en Rafah–, si entran, no les suministraré las armas que se han utilizado históricamente”, ha dicho Biden en una entrevista a la cadena de televisión CNN la madrugada del jueves (en España). Por primera vez, Biden ha admitido el rol de su país en la muerte de gazatíes: “Hay civiles que han muerto en Gaza como consecuencia de esas bombas y otros modos en los que [los israelíes] atacan a los centros de población”. 

Esta es la primera medida que toma EEUU contra su aliado, al que ha apoyado de manera casi incondicional desde que sufrió el ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que fallecieron más de un millar de personas y cerca de 250 fueron secuestradas por los milicianos islamistas en el sur de Israel.

Apoyo a Hamás

En el comunicado de este miércoles, Israel ha vuelto a decir que España da “alas a Hamás” con sus críticas a Israel, una acusación que no es nueva y que el Gobierno ultraderechista de Benjamín Netanyahu ha empleado contra todo aquel que se ha atrevido a poner en duda la respuesta israelí al atentado del 7 de octubre.

El pasado noviembre, Israel llegó a acusar a Sánchez de “apoyar el terrorismo” tras las críticas del presidente del Gobierno a la masacre de Gaza. En efecto, Eli Cohen arremetió duramente contra Sánchez y el primer ministro belga, de visita oficial esa semana en Oriente Medio. Durante esa visita, el presidente español declaró frente al paso fronterizo de Rafah: “La matanza indiscriminada de civiles inocentes, incluyendo miles de niños y niñas, es totalmente inaceptable. La violencia solo conducirá a más violencia”. El Gobierno español se apresuró a calificar como “falsas” e “impresentables” las acusaciones del Ejecutivo de Netanyahu, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, procedió a convocar a la embajadora israelí en Madrid, Rodica Radian-Gordon. Horas antes había hecho lo propio Israel con la embajadora española por cuarta vez desde los ataques

Fuentes del Ejecutivo recordaban entonces que tanto Sánchez como “todo el Gobierno de España” ha “condenado el atentado terrorista de Hamás, ha expresado su solidaridad con todas las víctimas israelíes y ha hecho un llamamiento a la liberación incondicional e inmediata de todos los rehenes” –de los cuales, unos 130 permanecen cautivos en Gaza desde el 7 de octubre–.

Una semana después del ataque de Hamás, se produjo el primer encontronazo de Israel con el Gobierno español, cuando Ione Belarra, secretaria general de Podemos y entonces ministra en funciones de Derechos Sociales, pidió llevar a Netanyahu ante la Corte Penal Internacional (CPI) por “los crímenes de guerra cometidos en Palestina”.

Recientemente, Netanyahu ha arremetido contra el tribunal de La Haya porque teme que le incrimine por su papel en la guerra de Gaza y EEUU le respaldó en su ataque contra la institución que ninguno de los dos países reconoce. Por su parte, el fiscal de la CPI, Karim Khan, emitió un comunicado en el que aseguraba que amenazar con “represalias” contra el tribunal y su personal socavan la “independencia e imparcialidad” de su trabajo, y también “pueden constituir un delito”. La prensa israelí ha asegurado que el tribunal está preparando órdenes de arresto contra Netanyahu y otros altos funcionarios por la guerra de Gaza, unos rumores que no han sido confirmados de momento desde La Haya, ni por parte de la oficina del fiscal ni del tribunal.

La institución que sí ha tomado medidas contra Israel es la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de Naciones Unidas con sede en La Haya, que le ha pedido al Estado judío hacer todo lo posible para evitar “actos de genocidio” en la guerra que está librando en Gaza. Además, en su dictamen del pasado mes de enero, el tribunal exigió a Israel “proveer urgentemente de servicios básicos y asistencia humanitaria” a los gazatíes, algo que no ha sucedido hasta el momento.