Como buen diplomático de carrera, José Manuel Albares (Madrid, 1972) mide cada palabra para no pisar ningún charco que, en su caso, como ministro de Asuntos Exteriores, le pueda ocasionar un problema político en España o, lo que sería peor, un conflicto con otro país. Llegó al Palacio de Viana en plena crisis con Marruecos y medio año después resta importancia a que no haya regresado aún la embajadora de Marruecos en España. Él pone el énfasis en la relación que mantiene con su homólogo y en los hechos: “Solo en el periodo de Navidad se ha impedido el salto a las vallas de Ceuta y Melilla de más de 1.000 personas. Eso sería muy difícil conseguirlo sin la colaboración de Marruecos”.
Su primer reto fue la evacuación de Afganistán, que salió bien y aún hoy continúa. Rechaza rotundamente reconocer al régimen talibán, pero admite que son necesarios los “contactos operativos”, en buena medida para entregar ayuda humanitaria y continuar sacando personas del país, a donde no descarta que regresen los embajadores europeos, entre ellos el español, siempre y cuando se den unas condiciones de seguridad que, según él, ahora mismo no se dan.
La entrevista con elDiario.es se produce unos días después de aprobar la ley de cooperación con la que el Gobierno pretende dedicar el 0,7% del PIB para cooperación para 2030 y en plenos preparativos de la Cumbre de la OTAN que se celebrará en junio en Madrid, una cita sobre la que planeará la tensión entre Rusia y EEUU, con quien asegura que España mantiene una buena relación que, sostiene, se está reforzando. “Todo viaje ocurrirá y todo encuentro ocurrirá cuando tenga que ocurrir”, dice sobre una posible reunión entre Sánchez y Joe Biden.
El martes aprobaron en primera vuelta la ley de cooperación, ¿qué pasará si en 2030 no se destina el 0,7% de la renta española a cooperación como exige la ley?
El objetivo del anteproyecto de ley, que todavía tiene que ser aprobado por las Cortes –pero yo creo que como es una política de Estado todos los grupos parlamentarios se sumarán–, es muy claro: conseguir el 0,7% en 2030. Para eso se va a hacer una planificación plurianual. Es un objetivo que incumbe a todas las administraciones que participan de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Nuestro compromiso es muy claro. La prueba de ello es que en estos Presupuestos Generales del Estado ya ha habido un incremento con respecto al año anterior de casi 400 millones de euros en Ayuda Oficial al Desarrollo. Se ha recuperado toda una década de retroceso en solo unos Presupuestos Generales del Estado. Pero el objetivo también incumbe a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos. Todos juntos podemos llegar al 0,7% en 2030, como quieren los españoles.
Uno de los elementos de cooperación que hemos visto en la crisis de la COVID es la donación de vacunas. ¿Esas vacunas entran dentro del presupuesto de cooperación?
Sí. La donación de vacunas es parte también de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Lo que se considera Ayuda Oficial al Desarrollo no es una cosa que España pueda decidir o no, son unos listados que establece el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE. Ahí se decide y se especifica un precio para cada dosis de vacuna donada. 50 millones de vacunas es en estos momentos la donación comprometida por España, muy centrada en África (unos 23 millones de vacunas) y en América Latina (21 millones). Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo.
El incremento de cooperación viene en buena medida por las vacunas. ¿En qué otro tipo de cosas se ve el incremento de esa inversión en cooperación?
La Agencia Española de Cooperación Internacional y del Desarrollo (AECID) ha tenido en estos Presupuestos Generales del Estado -y estamos hablando de la principal herramienta que tiene nuestra cooperación- fondos como no ha tenido en los últimos años. Eso es dinero que va a ir directamente a los objetivos de nuestra cooperación: salud, búsqueda de la igualdad de género, desarrollo en seguridad alimentaria de los países del Sahel... Además, esta nueva ley de cooperación busca ir más allá de la Ayuda Oficial al Desarrollo: se crea un nuevo instrumento, que es el Fedes, que es un fondo para la cooperación financiera. Cada vez más, el desarrollo en general pasa por la movilización de fondos privados y de cooperación financiera. Todo ese esfuerzo va a ser parte de lo que España quiere conseguir en los próximos años.
Cuando entre en vigor la ley, ¿en qué va a mejorar la vida de los cooperantes?
La dignificación de la vida de los cooperantes es uno de los objetivos fundamentales también de esta ley. Va a haber un estatuto del cooperante. La propia ley reconoce ya un deber de cuidado. Se va a equiparar a los cooperantes con otras personas que prestan su servicio en el exterior, por ejemplo, a los militares caídos en actos de servicio. No tenemos que olvidar que hay 19 cooperantes que han sido asesinados haciendo su labor humanitaria. Las indemnizaciones que puedan recibir los cooperantes van a tener un tratamiento fiscal específico. Y, sobre todo, lo que yo creo que les dignifica mucho más es que se va a establecer una carrera profesional para cooperantes y voluntarios, tanto aquellos que están trabajando en la Agencia Española de Cooperación Internacional como para aquellos que prestan su labor en las ONG, que son reconocidas específicamente en la ley, igual que lo es la cooperación descentralizada.
¿Qué significa que el Sahel se establezca como área de prioridad? ¿Se va a producir algún cambio respecto a la situación actual?
Para ser eficaz, la cooperación tiene que concentrarse en unos sectores en los que España puede ofrecer valor añadido y en los países que conocemos mejor. Hay un área tradicional de nuestra cooperación que es América Latina, que por supuesto se mantiene. Pero también hemos desarrollado un expertise en los últimos años en el Sahel, una zona que conocemos bien, una zona en la que nuestra cooperación ya tiene presencia. No era así en el año 1998, cuando se hace la primera y única ley de cooperación. Por eso el Sahel aparece en este momento. Es una nueva actualización. Actualizamos muchas otras cosas, en el año 98 no existía la Agenda 2030, no existían los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no existían los acuerdos de París contra el cambio climático. Todo eso es lo que ponemos dentro de esta ley.
¿En qué estado se encuentra ahora mismo la relación con Marruecos? España se ha quejado por la instalación de una piscifactoría en Chafarinas, la deportación de los menores que entraron en Ceuta sigue pendiente y la embajadora todavía no ha vuelto al país.
Estamos construyendo una relación del siglo XXI y estamos mirando hacia el futuro. La relación entre España y Marruecos es una relación rica y compleja en el mejor sentido de la palabra, con un entramado de intereses y de distintos aspectos que tenemos que avanzar. Yo me quedo con las palabras del rey de Marruecos el día 21 de agosto. Es raro que el rey de Marruecos cite a un país en concreto en sus discursos y tampoco toma la palabra muy a menudo. Lo hizo hablando del tipo de relación que él quiere con España, que es precisamente esta y animando al diálogo entre nuestros dos países. Me quedo también con la respuesta que dio el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la base de Torrejón de Ardoz al día siguiente, flanqueado por el presidente del Consejo Europeo y por la presidenta de la Comisión. Mi relación con mi homólogo es muy fluida y es probablemente el ministro de Asuntos Exteriores del mundo con el que tengo un mayor número de conversaciones y de contactos.
Y quiero subrayar y elogiar el papel de Marruecos para canalizar los flujos migratorios irregulares. Solamente en el periodo de Navidad, en un periodo de unos 15 días, se ha impedido el salto a las vallas de Ceuta y Melilla de más de 1.000 personas. Eso sería muy difícil conseguirlo sin la colaboración de Marruecos y es lo que le hace un socio estratégico para España y también para Europa. Evidentemente no me conformo con eso, sino que quiero ir a más. Y entiendo que también Marruecos está en esa línea.
El acercamiento a Argelia al ser un socio estratégico en cuanto al gas, ¿puede tener que ver con que la embajadora de Marruecos no esté en España?
No, en absoluto. Las decisiones sobre los nombramientos y regresos de embajadores son decisiones autónomas de cada Estado.
¿Y cuándo cree que volverá? Da la sensación de que hasta que no vuelva no estará normalizada la relación entre los dos países.
Es una decisión y es una respuesta que solo le puede dar Marruecos. La embajada de Marruecos en España está abierta y hay un encargado de negocios al frente de ella. Por supuesto que me gustaría y desearía que la embajadora de Marruecos regresara, pero la relación entre el ministro de Asuntos Exteriores de España y la Embajada de Marruecos aquí y su encargado de negocios es muy fluida. Exactamente igual que la embajada de España en Rabat con el ministro de Asuntos Exteriores y los distintos ministerios marroquíes.
¿Qué cree que falta para que se produzca ese regreso?
Bueno, necesitamos a las dos partes, que sigamos avanzando y lo importante es establecer esa relación, establecer esos distintos puntos en los que queremos cooperar, porque es mutuamente beneficioso para ambas partes. Tenemos que evitar ambas partes cualquier tipo de acción unilateral que pueda desestabilizar la confianza del otro, y yo estoy seguro de que más pronto que tarde daremos los pasos para consolidar esa relación del siglo XXI. La diplomacia necesita tiempo y a veces también necesita paciencia, pero siempre da sus frutos.
¿Ve margen de solución al conflicto entre Marruecos y Argelia?
No puedo hablar por dos países que son soberanos y que toman sus decisiones soberanamente. Los dos son socios estratégicos para España de primer orden. Nosotros queremos que nuestros vecinos convivan en paz, en concordia. Ellos toman sus decisiones, pero donde siempre estará España es tendiendo puentes y construyendo con ellos la comunidad del Mediterráneo y muy especialmente la del Mediterráneo occidental.
En otoño se llegó a temer por el abastecimiento de gas en España por ese conflicto. Usted viajó a Argelia y se le garantizo que iba a haber abastecimiento suficiente, ¿en algún momento ha habido desabastecimiento del que no nos hayamos enterado? ¿Se han tenido que utilizar los buques metaneros para que llegue el gas debido al cierre de uno de los gasoductos?
El suministro de gas argelino está completamente garantizado y en las conversaciones que he tenido con las compañías gasísticas españolas me lo han confirmado. En ningún momento se ha producido desabastecimiento gasístico, ni se va a producir.
En diciembre se reunió con el nuevo enviado de la ONU para el Sahara y le transmitió el compromiso de España en la resolución del conflicto. ¿En qué se traduce ese compromiso?
Le trasladé a Staffan de Mistura el pleno apoyo de España para poner fin a un conflicto que ya dura demasiado y al que hay que encontrar una solución. Es una cuestión de ofrecer un horizonte de futuro y de esperanza a miles de personas. Le ofrecí a Staffan de Mistura también la posibilidad de utilizar un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas en sus desplazamientos.
España va a estar siempre a favor de encontrar una solución entre las distintas opciones que están avaladas por las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que sea una solución mutuamente aceptable para las partes, que sea política. No podemos seguir más décadas con este conflicto abierto.
Y yendo a esas propuestas de resolución planteadas por la ONU, ¿ve realmente factible un referéndum de autodeterminación?
No quiero hablar en nombre de las partes. Pero es evidente que hay propuestas que son creíbles, que son una pista y son las partes las que tienen que decidirlo. España está a favor de una solución en el marco de las Naciones Unidas.
¿Reconocerá pronto España el Estado palestino? El PSOE lo llevó en su programa electoral.
La postura de España es muy clara. Nosotros estamos a favor de una solución de dos Estados. Lo que ocurre es que las decisiones tienen que tomarse cuando ayudan. En este caso, es cuando ayudan al diálogo y a la paz.
Y en este momento, ¿por qué no ayudaría a la paz?
Hay que encontrar el buen momento, que sirva para crear las condiciones del diálogo de ambas partes, no para poner o que haga sentir a una de las partes fuera del tablero. Nuestro posicionamiento es muy claro: nosotros somos favorables a una solución de dos Estados.
Sánchez va a viajar dentro de poco a Dubái con motivo del Día de España en la Expo. ¿Ha habido contactos con la Casa Real o con el entorno del rey emérito para evitar un encuentro incómodo?
Lo más normal del mundo es que el presidente del Gobierno esté presente en el Día de España, además en un contexto muy particular, que es un contexto de recuperación económica de España, de llegada de los fondos europeos y de captación también de inversores para esos fondos europeos. Ese es el objetivo del viaje, no otro.
¿Asistirá a la Expo Felipe VI como otros jefes de Estado?
Hay una costumbre que es casi una norma diplomática, que es que el presidente del Gobierno y el jefe del Estado no viajan al extranjero juntos. Hay una única excepción, que son las cumbres iberoamericanas. Fuera de eso, lo anómalo sería que viajaran ambos a la vez.
¿Puede ir a la clausura como otros jefes de Estado?
El presidente del Gobierno es el que va a estar en el Día de España, es quien va a acudir acompañado por mí y por algún otro ministro. Hay un objetivo claro. Yo creo que no hay que buscar más pies al gato, si me permite.
¿Incomoda que Felipe VI viaje a ese país dada la situación del rey emérito?
Bueno, tendría que contestar la Casa Real, yo no voy a contestar en su lugar. Desde luego, el presidente del Gobierno viaja muy cómodamente a Dubai para representar a España el Día de España y en un contexto que es el de una recuperación económica.
¿Qué opina de la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí? ¿Cree, como han denunciado varias ONG, que es una cuestión de sportwashing para blanquear su imagen internacional?
En temas deportivos, dejemos que sean los deportistas el centro. Dejemos que los futbolistas, que se entrenan con ahínco, y que los hinchas y los fans sean los que disfruten. No les pongamos un peso político que no les corresponde. Dejemos que sea el deporte el que brille.
Tras la operación masiva de Afganistán han continuado las evacuaciones más discretas. Esta semana habló de 203 personas que han llegado a España ¿Cuál es la relación con el régimen talibán y cuál debe ser a partir de ahora?
No habrá reconocimiento político de los talibanes y no se dan las condiciones para ello. Al mismo tiempo estamos dispuestos a tener contactos operativos con los talibanes para dos aspectos fundamentales: que la ayuda humanitaria llegue a la población de Afganistán y para crear el mayor espacio posible de protección para los derechos humanos de los afganos, muy especialmente para los derechos de las mujeres y las niñas. No pueden tener una doble condena, un régimen talibán y además no tener acceso a los bienes sociales básicos.
En estos momentos, nuestro embajador en Afganistán está en Catar, como la mayoría de los embajadores europeos. Nosotros, como otros países de la Unión Europea, estaríamos dispuestos a volver a Kabul si las condiciones de seguridad se dieran y con esos dos objetivos y ningún otro. No hay idea de reconocimiento político de los talibanes.
Entonces sí que podrían volver los embajadores, pero solamente para cuestiones operativas.
Totalmente. La gran dificultad y el gran dilema que nos encontramos en estos momentos en Afganistán es cómo garantizar que la ayuda humanitaria que nosotros enviamos llegue a las personas que queremos. Para eso al final hay que estar sobre el terreno. Felizmente, hay algunas agencias de Naciones Unidas que han podido mantenerse sobre el terreno y a través de ellas canalizar la asistencia.
¿Cómo se está canalizando la ayuda? De los 20 millones comprometidos, ¿cuánto ha llegado?
Los 20 millones están a disposición de Naciones Unidas y es Naciones Unidas la que los distribuye y nos va indicando el ritmo de desembolso que quiere. Fundamentalmente tenemos dos posibilidades para canalizar la ayuda: a través de las agencias de Naciones Unidas, que es la mayoría, o a través de acuerdos y colaboraciones con los países de la región. Lo podríamos hacer todavía mejor si estuviéramos allí sobre el terreno. Sin embargo, en estos momentos no se dan las circunstancias para que eso ocurra.
¿Ha notado España económicamente las consecuencias del Brexit? ¿Se notan, por ejemplo, los aranceles?
Nosotros estuvimos preparados para el Brexit desde muy pronto. Estuvimos preparados para un Brexit con acuerdo y para un Brexit sin acuerdo. Ahora estamos intentando tomar todas las medidas y creando una nueva relación con el Reino Unido para que no haya un cambio en la vida de los españoles ni de los británicos.
Estamos estableciendo un marco para que los españoles y las relaciones que España tenía con el Reino Unido y los británicos en España, que no olvidemos que son la comunidad más importante dentro de Europa, puedan mantenerse igual. Exactamente lo mismo se aplica para los operadores económicos, muy en particular la conectividad aérea entre España y el Reino Unido.
Usted dijo que no tiene constancia de que la polémica sobre la carne por las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, haya tenido un efecto en cuanto a la percepción sobre la calidad de la carne española en Reino Unido, pero a la vez dijo que seguiría trabajando para que esa excelencia siga llegando a los ciudadanos británicos ¿Se plantea lanzar una campaña específica en Reino Unido o es una polémica que solamente está en España?
No quiero abundar en una polémica que es estéril e inútil. El presidente y el ministro de Agricultura, que es quien directamente se ocupa de estos temas, han hablado y yo suscribo completamente sus palabras. Lo que sí le garantizo es que los productos agroalimentarios españoles hablan por sí solos de su excelente calidad y el Gobierno va a trabajar, si fuera necesario, para que esa calidad se conozca todavía más.
¿No es necesaria entonces una campaña específica?
Tendría que hablar con el ministro de Agricultura. No puedo hablar de temas que no me competen.
Respecto a la posición de España en la Unión Europea, hasta ahora Pedro Sánchez era el líder socialdemócrata más importante. Esto cambia con la llegada de Scholz al Gobierno alemán, sin embargo, ha visitado antes París que Madrid ¿Cree usted que va a seguir teniendo más peso el eje franco-alemán que el eje Berlín-Madrid?
El viaje de Scholz a París no es indicativo de nada más que de una inveterada tradición del eje franco-alemán de que cuando se elige un nuevo canciller en Berlín, su primer viaje, casi inmediatamente, es a París, y viceversa. Es una tradición diplomática que demuestra la sintonía del eje franco-alemán.
Como socialdemócrata, no puedo más que felicitarme y alegrarme de que la familia socialdemócrata se amplíe y de que Alemania tenga como canciller a una persona como Scholz. Eso refuerza mucho más la posición del presidente del Gobierno y de la familia socialdemócrata en Europa. Además, en el Parlamento Europeo, el PSOE sigue teniendo el grupo de eurodiputados más numeroso de toda Europa.
Siendo un poco el heredero de Merkel y habiendo pactado con los liberales ¿Le preocupa que la receta socialdemócrata no sea todo lo extensiva que podría ser en Alemania y por ende, contagiar al resto de Europa?
Europa está viviendo un auténtico momento socialdemócrata. Es normal que al frente de Alemania se encuentre un socialdemócrata porque son las recetas socialdemócratas las que precisamente necesita Europa para una recuperación justa y para hacer frente a esta crisis que empezó siendo sanitaria, se convirtió en económica y, por lo tanto, en social. Las ideas de Olaf Scholz y del SPD son bien conocidas. Su visión europeísta y su visión socialdemócrata ha quedado claramente contrastada y estoy seguro que de esto sale reforzada la Europa social. Ese es el espíritu con el que queremos trabajar con Alemania.
¿Están trabajando en un encuentro de Pedro Sánchez con Joe Biden?
Todo viaje y encuentro ocurrirá cuando tenga que ocurrir. La relación entre el presidente Sánchez y el presidente Biden es una relación estrecha porque la relación entre España y los Estados Unidos es estrecha. Estados Unidos, cuando tiene que hacer la retirada de sus colaboradores afganos en esos momentos tan dramáticos de agosto, podía recurrir a muchos países para ese tránsito y precisamente el presidente Biden llamó al presidente Sánchez y solicitó el uso de las bases conjuntas. Somos un socio fiable de Estados Unidos.
Esa relación es estrecha y se va a reforzar mucho más en los próximos meses. España va a acoger la cumbre de la OTAN, en la que se va a definir el concepto estratégico de la organización, que es algo que se define cada 10 años y que va a marcar el futuro de la próxima década. El aliado natural de Europa es Estados Unidos.
¿Cuál es la posición del Gobierno de España en el pulso entre Estados Unidos y Rusia por Ucrania? ¿Cree que la Unión Europea ha quedado relegada a un segundo plano en la resolución del conflicto?
El pulso no debe de ser de Estados Unidos y Rusia exclusivamente. Ucrania atañe muy directamente a Europa. El compromiso de España con la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, incluida Crimea, está fuera de toda duda. También creemos que no pueden tomarse decisiones sobre Europa sin los europeos.
Tenemos que actuar conjuntamente con el que es el aliado natural de Europa, que son los Estados Unidos. No puede haber esferas de influencia. Sería una involución en la historia de Europa. No puede haber condicionantes ni a la OTAN ni a la Unión Europea de quién pueden ser miembro. Tampoco se pueden poner condiciones a un Estado soberano sobre cuál debe ser su esquema de seguridad. Tanto los europeos como los aliados de la OTAN tenemos que tener unidad a favor del diálogo, pero también unidad en la disuasión si fuera necesario.
¿Prevé un cambio en las relaciones con Chile y Perú a raíz del giro a la izquierda de sus gobiernos?
Todos los países de América Latina, independientemente de su gobierno, de su tamaño, posición geográfica o su peso económico, son igualmente importantes para España porque formamos una comunidad. Evidentemente, cuando llegan gobiernos, como ha ocurrido recientemente en Chile, que están a favor de una agenda de justicia social, de lucha contra el cambio climático, en favor de la igualdad de género, etc. España quiere contribuir también a ello, como quiere contribuir al desarrollo y a la democracia en toda América Latina.
Nuestro deseo es trabajar con todos los gobiernos de América Latina dentro de los valores que nos son comunes. Lo que no podemos hacer es trabajar con gobiernos que van contra los valores que son comunes a nuestra comunidad iberoamericana.
¿Qué países actualmente van contra esos valores?
Todos los países de Iberoamérica somos conscientes de la importancia que tiene esa comunidad. Hay países, como en estos momentos es el caso de Nicaragua, donde su gobierno no respeta esos valores de la comunidad iberoamericana.
La presidenta de la agencia EFE ha cuestionado recientemente su presencia en Cuba ante la represión a sus periodistas ¿Qué opina de estas declaraciones?
He sido muy claro sobre la acreditación de los periodistas de EFE en Cuba y se lo he trasladado a mi homólogo en varias ocasiones. Necesitan acreditarse para que puedan trabajar. Sería muy triste que la agencia EFE tuviera que cuestionarse su presencia en Cuba, un país del que la sociedad española se siente muy cercana, y viceversa. Lo que todos queremos es que se mantengan en la isla, pero tienen que tener los medios para poder trabajar libremente y, por lo tanto, espero que se concedan las acreditaciones y que la agencia EFE tenga la posibilidad de seguir trabajando y no tenga que consumarse esa salida.
¿Qué respuesta ha recibido en esos contactos con el Gobierno cubano?
Permítame que no desvele eso. Vamos a trabajar para que la agencia EFE se mantenga en Cuba.
Entrevista completa a José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores
Vídeo: Nando Ochando, Claudia Martínez y Stéphane M. Grueso