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Jóvenes, independientes, mujeres e indígenas: así es la asamblea que reescribirá la Constitución chilena

Chilenos de la comuna de Providencia, en Santiago, participan en las elecciones locales y constituyentes celebradas en mayo

Meritxell Freixas

Santiago de Chile —
29 de mayo de 2021 22:09 h

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Si hay una cualidad que todo el mundo destaca de la asamblea o convención que escribirá la nueva Constitución de Chile esa es la diversidad. Las elecciones del 15 y 16 de mayo dejaron un resultado inesperado que ni encuestas ni expertos habían anticipado: la irrupción de las candidaturas independientes en detrimento de aquellas vinculadas a partidos tradicionales. 104 de los 155 escaños serán para constituyentes no militantes en política partidista. Un logro conseguido, además, sin dinero para campañas ni espacios destacados en los espacios de propaganda electoral. Así se ha conformado una Convención Constitucional joven –de 45 años de edad promedio de sus integrantes–, paritaria y con buena parte de nombres hasta ahora desconocidos para la mayor parte de la población. 

“Cuando se anunció el acuerdo por una nueva Constitución sentí que ahí tenía que haber personas que fuesen absolutamente normales y que representen la voz y las demandas del pueblo”, comenta Alejandra Pérez. Ella es una de las 23 personas electas por la Lista del Pueblo, el colectivo de independientes más votado del país surgido durante el estallido social de octubre de 2019, y representará a uno de los distritos más populares de la capital. Trabajadora del hogar de 45 años, se convirtió en uno de los rostros de las protestas, a las que acudía con el torso nudo, mostrando su pecho sin mamas –que un cáncer le obligó a extirpar– y sobre el que escribía consignas reivindicativas.

Junto con Giovanna Grandón, otra protagonista de las movilizaciones que asistía a todas las convocatorias disfrazada de Pikachu, fueron de las primeras en aceptar ser parte de la Lista del Pueblo: “Sentía que no me podía alejar de este hecho histórico porque falta sentido común en la política chilena y porque, si no, los de siempre iban a tratar de resguardar y proteger sus intereses”. Su aporte será desde la propia experiencia en los temas que le afectan: “Me siento supercualificada por mi vida, por lo que he tenido que pasar. Uno de mis intereses es la salud, pero también tengo un hijo endeudado por estudiar, unos suegros que ganan una pensión de 80.000 pesos (90 euros), compañeros que son presos políticos y otros que no tienen agua potable para cocinar o para el baño”. 

De la activista medioambiental a la ajedrecista profesional

Al lado de exministros, exparlamentarios y otros altos cargos políticos, se sentarán personas como Damaris Abarca, de 31 años, ajedrecista profesional y tetracampeona nacional; o la científica Cristina Dorador, electa por el distrito de Antofagasta. Abarca concurrió con un cupo cedido por un partido político, una fórmula por la que optaron varios candidatos independientes para tener más opciones. Cree que, como ajedrecista, puede aportar en “buscar distintas posibilidades y encontrar las mejores variables; avanzar en el diálogo, pero sin perder de vista el norte”. Su apuesta pasa, entre otros puntos, por incorporar a la nueva carta magna “la cultura física y el deporte como un derecho social”.

Dorador, de 41 años, será una de las más de 20 voces de activistas medioambientales que escribirán el nuevo texto. “Mi trabajo de protección de salares y ecosistemas del altiplano y desierto de Atacama, junto con el que he desarrollado en distintas instancias de política científica, me llevaron a dar el paso. Es necesario involucrarse en las políticas públicas para que se tomen decisiones basadas en evidencias”, dice.  

Junto a ellas, deliberarán profesores, ingenieros, periodistas, psicólogos, médicos, actores o estudiantes. Aunque hay una importante variedad de carreras, profesiones y oficios en la convención, habrá más de 60 escaños ocupados por abogados o licenciados en Derecho. Daniel Stingo, de 55 años, es uno de ellos: “Cuando se firmó el acuerdo por la nueva Construcción vi una oportunidad que en Chile era muy difícil que se presentara. Me puse a hacer talleres y charlas para invitar a la gente a participar y los asistentes me decían ‘¿Por qué no participa usted como constituyente?’. Al final me convencí”.

El abogado, que se hizo popular como tertuliano en varios programas matinales, se postuló como independiente por la lista del Partido Comunista y la coalición de izquierda Frente Amplio y fue el constituyente más votado de todo el país. “Yo creo que podría aportar para hacer enlaces. Soy un tipo bastante conocido, hay gente que confía en mí y creo que podría hacer que conversemos todos los sectores”. 

Pueblos originarios y LGBTIQ+ 

17 de los 155 escaños están reservados a los representantes de los pueblos indígenas. Chile camina derecho hacia la posibilidad de convertirse en un Estado plurinacional, como otros países de la región como Ecuador o Bolivia, que reconozca los pueblos mapuche, aymara o diaguita, por mencionar algunos.

Un camino que defenderán figuras como la machi Francisca Linconao, una autoridad espiritual mapuche que fue perseguida por el Estado chileno acusada de terrorismo, encarcelada nueve meses y luego absuelta de todos los cargos. Linconao, campesina y de 64 años, consiguió la primera mayoría del país para los escaños reservados. Otro de los electos fue Adolfo Millabur, de 54 años. Fue el primer alcalde mapuche y gobernó el municipio de Tirúa, en el sur del país, cargo que ocupó hasta su postulación a constituyente. “Chile tiene que darse la oportunidad de aceptarse en las diferencias, generar bases de convivencia duradera y genuina para el mediano y largo plazo”, comenta sobre el desafío al que se enfrenta. 

Otra comunidad que se aseguró representatividad son las personas LGBTIQ+, quienes lograron sacar 8 escaños (aunque ninguno para el colectivo trans). Uno de ellos lo ocupará la constituyente más joven, Valentina Miranda, de 20 años –el más mayor tiene 78, Harry Jürgensen, exparlamentario y máxima autoridad de la región de Los Lagos que se presentó por el partido de derecha Renovación Nacional–. Menos votos recibieron las candidaturas de personas en situación de discapacidad: solo una de las 47 que se presentaron ha resultado electa. 

“Sentido común y empatía”

Diez años llevaba el abogado constitucionalista Jaime Bassa implicado en el movimiento por una nueva Constitución. Ahora, con 44, ha sido uno de los electos por el distrito de Valparaíso con mayor apoyo. Como él, otros cinco expertos en Derecho Constitucional, la mayoría de ellos de centro-izquierda, se ganaron un escaño.

“En la Convención hay una amplitud ciudadana y democrática, de género, de los pueblos originarios y de las organizaciones sociales representadas que no habíamos visto nunca en ningún órgano de representación popular de la historia de Chile”, sostiene Bassa. Algo que destaca también el exalcalde Adolfo Millabur: “Hay nuevos actores que nunca han participado en el debate sobre cómo organizar el Estado. Es una convención diversa, con recambio generacional, paridad de género y, por primera vez, con participación de las naciones preexistentes a la conformación del Estado chileno”. 

Una mayoría de los electos están convencidos de que la diversidad y amplia representación de los independientes permitirá a la asamblea mantener “una conexión con la realidad” que no tienen las instituciones tradicionales como el Congreso. “Entender cómo vive la mayoría los chilenos y chilenas era algo que le faltaba mucho a la política chilena”, dice la ajedrecista Damaris Abarca.

Para muchos, como Alejandra Pérez, pasa por representar a la ciudadanía “a través del sentido común y la empatía”. Y concluye: “Desde ahí tengo toda la esperanza de construir algo bonito que va a regir el país quizá para los próximos 40 o 50 años”.  

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