Desde la publicación de 'Los talibán' en el año 2000, los libros y artículos de Ahmed Rashid han sido fundamentales para entender la guerra permanente que ha sufrido Afganistán en los últimos 35 años. Este periodista paquistaní es ahora pesimista sobre la capacidad del país para evitar una guerra civil entre pastunes y no pastunes similar a la que se produjo en 1992 tras la caída del régimen prosoviético de Najibullah. Ahora se publica en España su último libro Pakistán ante el abismo. El futuro de EEUU, Pakistán y Afganistán.
¿Qué ocurrirá en Afganistán cuando comience la retirada militar norteamericana en 2014?
Lo más importante no es aquello en lo que están centrados los medios de comunicación, que es la transición militar. Eso que dicen los medios norteamericanos: ¿podrá el Ejército afgano tomar el relevo del Ejército norteamericano? ¿Podrá continuar los combates contra los talibanes? Para mí, lo más importante es la transición política. Tendremos elecciones presidenciales en abril. Karzai tiene que retirarse. ¿Funcionará el relevo? ¿Habrá un Gobierno legítimo o las elecciones serán fraudulentas como la última vez? ¿Nombrará Karzai a un sucesor? Sólo con un Gobierno legítimo se puede reanudar el proceso de diálogo con los talibanes. Si tenemos unas elecciones amañadas y el proceso político es un fracaso, tendremos una gravísima crisis, y podría haber una guerra civil entre pastunes y no pastunes.
Se podría repetir por tanto una repetición de lo ocurrido a partir de 1992.
Sin una transición política, puede ocurrir.
¿Qué diferencias hay entre lo que ocurrió tras la retirada de las tropas soviéticas y la situación actual? ¿Entre Najibullah y Karzai?
Najibullah era un líder fuerte. Reconstruyó el Ejército afgano con la ayuda de un grupo competente de oficiales comunistas. Pero abandonó las políticas comunistas y adoptó políticas nacionalistas. Intentó presentar a los muyahidines como marionetas de Pakistán. Karzai está intentando lo mismo: presentar a los talibanes como marionetas de Pakistán, pero su forma de ejercer el liderazgo ha sido muy débil. Él no es como Najibullah y recuerde que Najibullah aguantó tres años.
Usted ha escrito muchas veces que Karzai era el mejor líder posible para el país en 2001. ¿Por qué está ahora tan decepcionado con él?
En ese año, 2001, él era la mejor elección, una persona con la formación adecuada, con experiencia política. Pero no ha cumplido sus promesas. No ha sido un líder, ha sido el presidente, no el líder del país. Mire la economía. No hay ahora una economía que funcione. El clima para las empresas es muy inseguro. Ha hecho algunas cosas buenas, mejorar las relaciones con Pakistán o la India, o intentar negociar la paz con los talibanes. Pero todo ese dinero que ha llegado al país, y que no volverá a recibirse, él podría haber hecho cosas más beneficiosas para el pueblo con él. Y lo que tenemos es un grupo muy reducido de gente (en el poder) que se ha corrompido por completo.
Cuando The New York Times escribió que Karzai estaba en nómina de la CIA, la respuesta del portavoz de Karzai fue no sólo no negarlo, sino contar que también recibía dinero de Irán.
Personalmente, Karzai no es un corrupto. Su familia es corrupta, sus hermanos son corruptos, pero él no. Lo que él ha hecho es permitir que la corrupción se extienda. Pero recuerde que la corrupción es una carretera de dos direcciones. El sistema norteamericano también es corrupto. Todo el sistema de proveedores y contratistas que facilitan alimentos, combustible, munición y camiones también es corrupto. Con un líder débil al frente del país, es muy fácil corromperse.
En los análisis de la prensa occidental en relación al diálogo con los talibanes, hay referencias a los “talibanes buenos” y los “talibanes malos” en función de si están dispuestos a negociar. ¿Eso responde a la realidad?
Sí, pero yo no uso la expresión “talibán moderado”, porque incluso los talibanes moderados no son moderados en lo demás. Pero sí quieren que haya paz, no quieren que continúe la guerra tras la retirada de los norteamericanos. Yo asignaría el fracaso en ese proyecto de diálogo a la responsabilidad de EEUU. Los norteamericanos no continuaron con las medidas para facilitar la negociación y la confianza entre las partes. La Administración de Obama estaba además dividida entre el Pentágono, el Departamento de Estado y la Casa Blanca, y Obama no ha sido un líder decidido en esto. Apoyó el proceso de paz pero no le dio continuidad.
¿La negociación con los talibanes es la única salida?
Sí, sé que será difícil antes de las próximas elecciones, pero espero que después sea posible, si las elecciones son limpias.
Sobre las relaciones entre pastunes y no pastunes, sobre todo los tayikos, ¿estamos en la misma situación de confrontación que hace diez años?
La situación es muy tensa. Cada bando presentará su candidato a las elecciones. Habrá muy poca mezcla en las candidaturas.
En su libro detalla los cuatro factores que están detrás del fracaso de Pakistán como Estado. El primero es la falta de una identidad nacional sólida. ¿Cómo ha ocurrido eso 65 años después de su fundación?
En primer lugar, hay que recordar que el país quedó dividido en 1971 (por la partición que creó Bangladesh). La ideología del Ejército es la que ha propiciado esa noción de Estado como cuartel militar que se ha impuesto sobre las necesidades de los civiles. Estos no quieren ser definidos sólo por la hostilidad hacia la India, pero se impone la visión del Ejército.
¿Es un Estado del que el Ejército es el dueño?
Eso es algo exagerado, porque los civiles también tienen influencia en el poder. El Ejército es el poder definitivo en política exterior, política nuclear y seguridad, además de grandes intereses económicos. Quizá controle el 30% de la economía del país. Ahora el primer ministro Sharif ha iniciado un diálogo con el Ejército para revisar esta relación.
¿Ha aprendido Sharif las lecciones de su anterior etapa de gobierno que acabó con él derrocado por Musharraf?
Sí, no está buscando la confrontación con el Ejército, sino el diálogo. También hay tensión. No hay que olvidar que Kayani (actual jefe del Ejército) formaba parte de la cúpula militar de Musharraf que derrocó a Sharif. Los militares no se fían de Sharif, porque este quiere que haya paz con India y buenas relaciones económicas. Esa no es la línea del Ejército.
¿Qué papel tienen los servicios de inteligencia, el ISI?
Son parte del Ejército. Tienen una gran capacidad de intimidar a la sociedad, a los políticos.
Cuenta en el libro que el ISI amenaza con frecuencia a los periodistas que no aceptan su versión oficial de la realidad de Pakistán. ¿A usted también?
Yo también he sido amenazado. No lo he contado en el libro, pero ha ocurrido. No aceptan las críticas. Todas las cosas que escribo en el libro son las que no quieren que se conozcan.
Para justificar la presencia militar británica, Gordon Brown solía decir que su país estaba luchando en Afganistán para no tener que luchar en suelo británico. ¿Existe el riesgo de que los talibanes cometan atentados en Europa?
El componente árabe de Al Qaeda está acabado en Asia Central. En ese sentido, Al Qaeda ya no es una amenaza allí. Toda su infraestructura de campos de entrenamiento desapareció. Pero los talibanes paquistaníes aprendieron esas técnicas terroristas y ha reclutado a gente de muchos lugares, incluidos musulmanes europeos blancos. Los talibanes paquistaníes son peligrosos porque han adoptado esa idea de la yihad global. Eso es lo que preocupa a los servicios de inteligencia occidentales, que muchos jóvenes europeos hayan pasado por los campos de las zonas tribales (de Pakistán).
¿Debería Europa estar más preocupada por lo que pasa en Pakistán que en Afganistán? Es improbable que los talibanes afganos vayan a trasladarse a Europa a cometer un atentado.
Cierto. Los talibanes afganos no creen en la idea de yihad global. Su guerra siempre ha sido muy local. Luchan contra los norteamericanos y europeos dentro de Afganistán. No se vieron influidos por los yihadistas de Al Qaeda, a diferencia de los paquistaníes.
Sobre los ataques norteamericanos con drones (aviones no tripulados), ¿se realizan con la plena colaboración del Ejército paquistaní?
Solía ser así hasta 2010. Los drones despegaban de bases desde dentro de Pakistán. Era el típico caso en el que todo el mundo mentía a todo el mundo. El Ejército de Pakistán mentía al pueblo de Pakistán. Los norteamericanos mentían a todos sobre las bases de las que partían los drones. Ahora creo que eso ha cambiado. El Ejército ya no permite que despeguen los drones desde Pakistán.