La empresa Maxar ha recopilado imágenes de alta resolución por satélite del día 13 de septiembre de la ciudad costera de Derna, en el noreste de Libia, después del paso del ciclón Daniel el pasado domingo.
La mayor parte del centro de la ciudad ha sido gravemente dañado o destruido por completo, así como carreteras y puentes, por las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales que, a su vez, provocaron el colapso de dos presas a las afueras de la ciudad. El agua contenida en las presas corrió desde las montañas hasta la costa por el valle del río Derna, que atraviesa la ciudad y llega al mar Mediterráneo.
En la primera imagen se puede ver un barrio de la ciudad de Derna con un campo de fútbol, que ha quedado completamente sumergido por el lodo. En la segunda, aparece el valle del río, seco antes de las lluvias torrenciales, y lleno de lodo y escombro a continuación. Los puentes que cruzaban el río, fueron destruidos y arrastrados por el torrente de agua, que se llevó a su paso casas y vehículos, y familias enteras.
En la primera imagen se ve el final del valle Derna, que desemboca en el mar Mediterráneo, y la carretera que recorría la costa libia y que ha sido destrozada por la fuerza del agua que bajó por ese valle en la noche del domingo al lunes. El mar ha quedado teñido de marrón por el lodo y todos los restos de las construcciones. En la siguiente foto, se aprecia la presa más elevada, que fue la primera que cedió y provocó la ruptura de la presa río abajo.
Los residentes de Derna han relatado que escucharon un fuerte estallido antes de que un río de agua irrumpiera en el centro de la urbe: fue el sonido de la presa que estallaba debido a la presión de la gran cantidad de lluvia caída en poco tiempo. Muchos no tuvieron tiempo de escapar, algunas casas fueron inundadas y destruidas con sus habitantes dentro, sólo se salvaron los que estaban en los pisos más elevados de los edificios que resistieron el embiste de la gran ola.
Este jueves siguen buscándose desaparecidos y cuerpos en medio de los escombros y el lodo, y también en las aguas del mar, hasta donde fueron arrastradas numerosas personas. Las autoridades locales calculan que más de 5.000 personas han muerto y unas 30.000 están desplazadas, según la Organización Internacional de las Migraciones.
Uno de los problemas en Derna no es sólo recuperar los cuerpos de las víctimas, sino enterrarlas. Los equipos de rescate no dan abasto y los cadáveres se acumulan en las calles, centros médicos y morgues, por lo que el Comité Internacional de la Cruz Roja ha distribuido 6.000 bolsas para los muertos.
“El desastre ha sido violento y brutal. Una ola de siete metros de altura destruyó edificios y arrastró la infraestructura hasta el mar. Ahora, miembros de las familias están desaparecidos, los cadáveres están siendo devueltos a la costa, y las casas están destruidas”, ha lamentado el jefe de la delegación de Libia de ese organismo, Yann Fridez.
Por su parte, el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, ha dicho que si Libia contara con “un servicio meteorológico que operara con normalidad, podría haber lanzado alertas, y equipos de emergencia podrían haber iniciado evacuaciones, con lo que se habrían evitado la mayoría de las víctimas”.
“El problema es que el servicio meteorológico libio no funciona debido a la caótica situación en el país”, ha señalado en referencia a los más de diez años de conflicto armado, inestabilidad y división política en Libia, desde la guerra de 2011 que acabó con la dictadura y con la vida de Muamar al Gadafi.
Precisamente, las presas que colapsaron son de la época del dictador, que ideó una red de infraestructuras de agua para el país desértico, rico en petróleo.