Hassan Nasrallah, secretario general de Hizbulá, ha acusado a Israel de “cruzar todas las líneas rojas” durante un discurso en televisión emitido este jueves y ha calificado la oleada de explosiones en los dispositivos de comunicación de la milicia como una “declaración de guerra por parte de Israel”.
Al menos 37 personas han fallecido en tan solo dos días en una compleja operación de inteligencia atribuida a Israel, aunque Tel Aviv no se ha pronunciado explícitamente sobre el ataque. Sin embargo, las autoridades israelíes sí han anunciado el inicio de una “nueva fase” de la guerra en Líbano. Mientras Nasrallah pronuncia su discurso, aviones de combate israelíes sobrevolaban la capital rompiendo la barrera del sonido.
“Hemos recibido un duro golpe, pero esto es el estado de guerra y sabemos que el enemigo tiene superioridad tecnológica, especialmente por el apoyo de EEUU y Occidente”, ha señalado Nasrallah que, sin embargo, ha asegurado que este ataque no es una derrota y ha prometido que continuarán los ataques a Israel.
Nasrallah ha reconocido que la operación que ha hecho detonar miles de dispositivos de comunicación de Hizbulá es un golpe “sin precedentes en la historia de la resistencia”. “Esto nos ha hecho más resueltos, más robustos y más inflexibles”, ha añadido.
“Nuestro frente ha sido efectivo y hemos ejercido gran presión sobre el enemigo. La prueba es lo que hace y dice el enemigo”, ha afirmado el líder de la milicia. Este jueves, el jefe del Estado Mayor de la Defensa de Israel ha aprobado planes militares para el frente con Líbano y el periódico Haaretz sostiene que el establishment de seguridad ya ha presentado al Gobierno las implicaciones de una escalada bélica y que están a la espera de las decisiones políticas.
El líder de la milicia sostiene que los líderes del grupo no llevan los dispositivos que han sido detonados por control remoto y ha asegurado que la infraestructura de Hizbulá está “intacta”.
Netanyahu prometió el miércoles que devolvería a sus hogares a los ciudadanos israelíes desplazados de la zona norte del país por la amenaza de Hizbulá, pero Nasrallah ha dicho que no lo va a permitir, prometiendo más ataques sobre la zona.