Keir Starmer, el líder del Partido Laborista y favorito para ser el próximo primer ministro británico, promete que si llega al Gobierno renegociará el acuerdo de la salida del Reino Unido de la UE. En 2025, según lo pactado con la Comisión Europea, toca revisar el pacto comercial y cooperación entre el país y el bloque, aunque la cita no prevé reabrir el Brexit.
Los laboristas han preferido evitar hasta ahora el debate del Brexit que ha dividido a los partidos, pero Starmer se atreve a sugerirlo dado el arrepentimiento de una parte de quienes votaron a favor de marcharse, el aislamiento del país y el sufrimiento económico mayor que el de los vecinos. El 56% de los ciudadanos creen que salirse de la UE fue “la decisión equivocada” frente al 32% que siguen asegurando que fue la correcta (el resto no sabe), según las últimas encuestas de este agosto.
En junio de 2016, el 52% de los británicos votaron en referéndum a favor del Brexit. Pero ahora es especialmente impopular la ruptura total que el Gobierno de Boris Johnson eligió aplicar y que supone que falten tomates en la estanterías de los supermercados británicos, haya largas colas para cruzar el canal de la Mancha con billetes de tren disparados de precio, los restaurantes tengan que servir menos comidas por falta de trabajadores, las empresas vendan menos fuera del país y los hogares sean más pobres.
Un acuerdo “escaso”
“Prácticamente todo el mundo reconoce que el acuerdo que hizo Johnson es demasiado escaso”, dice Starmer ahora en una entrevista en el Financial Times durante una cumbre de líderes progresistas en Montreal, en Canadá. “Mirando a 2025, intentaremos sacar un acuerdo mucho mejor para el Reino Unido”.
Para entonces, se espera que Starmer sea el nuevo primer ministro británico. En las encuestas de intención de voto para las elecciones generales, que deben celebrarse como tarde en enero de 2025, los laboristas están casi 20 puntos por delante de los conservadores.
En principio, lo que está previsto en 2025 en Bruselas son reuniones para evaluar cómo ha ido la aplicación del acuerdo comercial y de cooperación que se empezó a aplicar en 2021.
“Tenemos que hacer que funcione. No se trata de volver a entrar. Pero me niego a aceptar que no podamos hacer que funcione. Pienso en las futuras generaciones cuando digo esto”, dijo Starmer, que citó a sus hijos adolescentes como parte de la generación perjudicada por la decisión de salirse de la UE en un referéndum donde hubo una marcada brecha por edad (la mayoría de los menores de 45 años votaron a favor de quedarse).
El líder laborista visitó Países Bajos la semana pasada y habló de cooperación con la UE sobre inmigración. Este martes viaja a París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, y espera insistir en su mensaje de acercamiento a la Unión.
El largo camino de vuelta
La revisión del acuerdo podría empezar un proceso más amplio, pero algunas voces expertas dudan de que a corto plazo la UE tenga ganas de ir más allá de mejorar unos pocos detalles en varios acuerdos.
“Esencialmente es una revisión para sentarse y debatir si lo que tenemos está funcionando. Así que no es una manera de sentarse y renegociar todo el asunto”, explicaba en junio a elDiario.es Anand Menon, profesor de política europea y relaciones internacionales en el King’s College de Londres y director de UK in a Changing Europe, una red de académicos especializados en las relaciones con la UE. Menon, como otros expertos, cree que en su país “pasará mucho tiempo antes de que haya una conversación política seria sobre la reincorporación”.
Pero incluso los conservadores ya han dado marcha atrás en varias decisiones que alejaban al Reino Unido de la UE. El nuevo acuerdo sobre Irlanda del Norte supone en la práctica que este territorio británico siga en el mercado único de la UE, el Reino Unido acaba de volver al programa paneuropeo de investigación Horizon, ha decidido no borrar de manera automática todas las leyes derivadas del derecho comunitario como habían intentado los más partidarios del Brexit en el Parlamento y aceptará de manera indefinida el etiquetado “CE” de la UE en los productos que pretendía eliminar y sustituir con uno autóctono. De hecho, el propio Rishi Sunak, partidario del Brexit desde el principio, lleva meses tratando de acercarse a la UE, aunque sea de manera discreta para no sublevar a los más defensores de la ruptura total en su partido.
Empresarios y autoridades económicas se quejan del acuerdo de salida pactado por los conservadores. Mark Carney, ex gobernador del Banco de Inglaterra, acusa a los políticos tories de haber hecho promesas basadas en la fantasía. Este domingo, en Montreal, criticó a los “conservadores extremos” por “no entender lo más básico de cómo funcionan las economías”, y empeñarse en bajar los impuestos como solución a la crisis igual que hizo en otoño del año pasado la efímera primera ministra Liz Truss.
“Cuando los partidarios del Brexit intentaron crear Singapur en el Támesis, el Gobierno de Truss llevó a Argentina en el canal”, dijo Carney.