El Gobierno de Argentina ha reducido de 19 a 10 el número de ministerios al fusionar varios de ellos con el objetivo de “compactar” el equipo como parte de una serie de medidas dirigidas a tratar de paliar la crisis económica que atraviesa actualmente el país, embarrado entre la corrupción, los recortes sociales y laborales, las huelgas educativas, la alta inflación y la devaluación del peso. Los únicos ministerios que continuarán con su composición son Interior, Relaciones Exteriores, Defensa, Seguridad, Justicia y Transporte.
Según comunicó la Presidencia de Argentina, las carteras de Trabajo y Agroindustria se convirtieron en secretarías de Estado y pasaron a depender de Producción y Trabajo, dirigida por el actual ministro de Producción, Dante Sica. Lo mismo ocurrió con el Ministerio de Salud, que se fusionó con Desarrollo Social y está ahora al mando de la titular de esta última, Carolina Stanley, y con el Ministerio de Cultura y el de Ciencia, que se unieron a Educación, con Alejandro Finocchiaro al frente.
También fue ratificado Nicolás Dujovne como ministro de Economía, que ahora pasará a tener una secretaría de Energía comandada por Javier Iguacel, quien hasta ahora era titular de un ministerio homónimo. A partir de estos cambios, los ministerios de Turismo y Ambiente y Desarrollo Sustentable dependerán directamente de Presidencia y ya no existirá el Ministerio de Modernización.
El hasta ahora titular de este último, Andrés Ibarra, se ha convertido en vicejefe de Gabinete, tras el desplazamiento de los actuales, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, que se espera que continúen dentro del Gobierno, pero en un segundo plano. Por el momento, los titulares de los ministerios absorbidos se mantendrán a cargo de las secretarías que quedan en su lugar, aunque no se descarta que en los próximos días haya alguna sustitución.
Esta reducción del Gabinete ha sido anunciada esta mañana de lunes por el presidente, Mauricio Macri, en un vídeo grabado y transmitido por todas las televisiones del país. En su mensaje, reveló que ha decidido “compactar más” su equipo para “poder dar una respuesta más focalizada en la agenda que se viene”, en referencia a los ajustes y medidas que va a implementar su Gobierno para tratar de paliar la crisis económica que afronta el país.
Ajustes del gasto público
Con todo ello en mente, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, que en una conferencia posterior detalló todas las medidas del Ejecutivo, viajará este mismo lunes a Washington para renegociar el acuerdo al que llegó Argentina con el Fondo Monetario Internacional en junio y “modificar los desembolsos que estaban programados para 2020 y 2021”.
El ministro también ha anunciado una nueva política económica para alcanzar el “equilibrio fiscal” en 2019, con mayores ajustes del gasto público, el “único camino real al desarrollo”, así como un nuevo impuesto a las exportaciones. “Vamos a ahorrar 6.000 millones de dólares más que no necesitamos financiar en los mercados y en el 2020 vamos a tener superávit fiscal primario de un 1% del producto interior bruto, algo que nos va a permitir ahorrar otros 5.200 millones de dólares”, ha dicho.
El titular de economía también ha detallado un nuevo impuesto generalizado a las exportaciones “transitorio” –que se aplicará en 2019 y 2020– y que será de cuatro pesos por cada dólar exportado en actividades primarias y servicios y de tres pesos por dólar para el resto de las exportaciones. Con el tributo, que el presidente calificó de “malísimo”, pero necesario, el Gobierno pretende reducir un 1,1 % el Producto Bruto Interior (PBI) y aumentar la recaudación adicional hasta 68.000 millones de dólares en 2018 y a 280.000 millones en 2019.
Devaluación de la moneda
Este plan de contención llega tras una semana en la que la moneda del país sudamericano cayó un 21% frente al dólar y acumuló un desplome del 34% en agosto y del 98% en el año. Hasta el momento, el objetivo de déficit primario para 2019 era del -1,3%, mientras que a partir de ahora pasa a ser del 0,0 %, con un ahorro de 6.000 millones de dólares, según el ministro.
Ese equilibrio estaba previsto para 2020, un año en el que, de cumplirse con las nuevas metas, habrá un superávit fiscal primario del 1 %, algo que permitiría ahorrar 5.200 millones de dólares. “La Argentina arrastra desde hace 70 años un déficit fiscal crónico que nos ha llevado al aislamiento y a la inflación, de las cuales tenemos que salir definitivamente”, ha dicho Dujovne.