Cuando falta poco más de una semana para las elecciones europeas y con los futuros pactos aún en el aire, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que es también la presidenta del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), vuelve a expresar su buena disposición hacia la líder de la ultraderecha Marine Le Pen. “Está haciendo un camino interesante. En esta legislatura, a veces nos hemos encontrado en el mismo bando'”, dijo este miércoles en una entrevista con Il Corriere della Sera. Sus palabras llegan pocos días después de que Le Pen le lanzara una invitación directa a formar un único frente en el nuevo Parlamento europeo. “Es el momento de unirnos, no podemos dejar escapar esta ocasión única”, afirmó Le Pen la semana pasada al margen de un mítin en el norte de Francia. Un acercamiento precedido por la expulsión en la misma semana de sus socios alemanes de Alternativa para Alemania del grupo Identidad y Democracia, la otra agrupación de los ultras en la Eurocámara.
El mensaje de Meloni también es una muestra de fortaleza en un momento en el que —con los sondeos que dan a su partido, Hermanos de Italia, como primera fuerza con un 27%, pro encima de lo que obtuvo en las elecciones de septiembre de 2022 que la llevaron a Palazzo Chigi— es consciente de que puede negociar a dos bandas, después de que Ursula Von der Leyen se abriera la semana pasada a la posibilidad de un pacto. “He trabajado muy bien con Meloni en el Consejo Europeo, como con otros primeros ministros, es mi tarea. [Meloni] es pro-europea, ha sido muy clara contra Putin y pro-estado de derecho. Le ofrezco trabajar juntas”, sentenció la alemana en el debate entre los candidatos a presidir la Comisión Europea, en el que en cambio sí marco distancias con las formaciones de Identidad y Democracia, como Alternativa por Alemania o, precisamente, la Agrupación Nacional de Le Pen, a los que tachó de ser “amigos de Putin”. Pocas horas después, el líder del PPE, Alberto Nuñez Feijóo, remató refiriéndose a Meloni: “No me parece homologable a otros partidos que se consideran de extrema derecha en Europa”.
La frase de Meloni sobre Le Pen en la entrevista al Corriere se enmarcaba en una argumentación más amplia sobre las futuras alianzas y también su relación con Von der Leyen, que, subrayó la presidenta del Gobierno de Italia, es política, no humana: “No soy una cheerleader, una amiga. Estoy del lado de Italia. Soy la Presidenta del Consejo y ella [Ursula Von der Leyen] es la Presidenta de la Comisión de la UE, era mi deber trabajar juntos. Pero también soy el presidente de los Conservadores Europeos, trabajo para construir una mayoría alternativa a la izquierda y a la mayoría arco iris, y tengo interlocutores. Le Pen está en un camino interesante. En esta legislatura, a veces nos hemos encontrado en el mismo bando”.
Hacia “mayorías alternativas”
Meloni dijo que “la izquierda está nerviosa” porque “ se están formando mayorías diferentes”. Evitó pronunciarse sobre el nombre de un posible nuevo presidente de la Comisión, cuando en Italia vuelve a sonar —si en algún momento había dejado de hacerlo— el nombre de Mario Draghi. “Tengo un nombre. Pero no empezamos por el candidato, sino por la mayoría. Sólo así evitaremos mayorías arco iris”, zanjó.
“Me dicen 'estás con aquel o con el otro pero yo estoy del lado de Italia, todo lo demás me interesa poco”, dijo la líder de Hermanos de Italia sobre su relación con otras fuerzas populistas y de extrema derecha. “Antes se decía que éramos una fuerza antieuropea. Se puede ser proeuropeo y seguir pidiendo que Europa no se ocupe de todo”, argumentó, para añadir luego sobre Orbán: “No estoy completamente de acuerdo con nadie con quien hablo, pero nunca estaré de acuerdo con la idea de que la UE es un club, un salón radical chic: creo que en un momento como éste los que trabajan para dividir cometen un error estratégico fundamental, los que trabajan para buscar síntesis tienen mucho más sentido”.