Los mensajes entre los detenidos por intentar asesinar a Cristina Fernández de Kirchner revelan el plan del atentado

Emilia Delfino

elDiarioAR —

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El jueves 1 de septiembre un hombre apuntó con un arma de fuego al rostro de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y apretó el gatillo. La pistola no funcionó y la misma noche del ataque se detuvo a un sujeto acusado de intentar asesinar a la política. Días más tarde, la jueza que investiga el caso, María Eugenia Capuchetti, decretó el secreto de sumario y se produjo una segunda detención. Según la Justicia del país, los dos principales acusados del intento de homicidio planificaron el atentado, tenían intención de matarla, y estudiaron el momento y lugar precisos. Sin embargo, la investigación sigue en curso y todavía se siguen analizando los mensajes que intercambiaron ambos para planificar la agresión, según ha podido conocer elDiarioAR, que ha tenido acceso de manera directa a los chats.

El detenido inicial por empuñar la pistola fue Fernando Sabag Montiel, un hombre de nacionalidad brasileña de 35 años que había criticado anteriormente al Gobierno en la televisión argentina. Sin embargo, cuando los peritos intentaron abrir su teléfono móvil, comprobaron que estaba “reseteado de fábrica”, con lo que borró toda la información del teléfono, lo que hizo sospechar a la jueza. Finalmente, se consiguió extraer el contenido de la tarjeta SIM y del chip del dispositivo y se produjo una segunda detención gracias a la revisión de las cámaras de seguridad de la noche del ataque. Se trataba de Brenda Elisabeth Uliarte, una mujer de 23 años considerada como coautora de los hechos y que mantenía una relación sentimental con Montiel. Según Capuchetti, ambos están procesados como coautores de homicidio en grado de tentativa y se encuentran en prisión preventiva.

Los mensajes de WhatsApp sacados del teléfono de la joven han sido fundamentales para reconstruir los hechos y definir qué roles cumplían cada uno de los acusados. Gracias a los mensajes que intercambió con Sabag Montiel y al menos otros tres contactos, la jueza pudo determinar que fue Brenda Uliarte quien compró la pistola Bersa calibre 32 y que ella también participó de manera activa en el intento de asesinato. Los mensajes originales están escritos sin tildes ni comas, así como con otros errores ortográficos, pero elDiarioAR ha considerado conveniente mantenerlos intactos en el texto.

El arma

La primera incógnita con la que se encontró la magistrada fue la de no poder acceder a los mensajes de Sabag Montiel. La jueza dedicó varias páginas del escrito firmado este jueves para explicar por qué no cuenta con esa prueba: por primera vez se pronunció ante las partes sobre la pericia fallida del dispositivo Samsung A50 realizada por un perito de la Policía Federal Argentina (PFA) y el borrado de fábrica del teléfono, que provocaron un enfrentamiento entre la magistrada y la fuerza de seguridad. El fiscal Carlos Rívolo le solicitó ordenar una pericia para determinar qué falló en la apertura del teléfono. 

La segunda fue la de por qué si la intención fue la de asesinar a Fernández de Kirchner, el atentado no llegó a producirse. Según una fuente cercana al caso consultada por elDiarioAR, la respuesta solo puede ofrecerla el propio Sabag Montiel, pero se ha negado a declarar hasta en tres ocasiones.

La pistola semiautomática que empuñó Montiel –con ADN del detenido en gatillo, empuñadura y corredera– resulta ser “apta para producir disparos, de funcionamiento anormal”, debido a que el “retén de la corredera no se eleva correctamente” por un “desgaste de la pieza elevador de cartuchos”. Es decir, después de “efectuar el último disparo, la corredera queda cerrada, cuando debería quedar abierta”, según explicó la jueza. Pero esto “no afecta el ciclo de disparo de arma”, según el perito que analizó el arma. El experto probó uno de los cartuchos secuestrados a Sabag Montiel y Uriarte y también resultó “apto para fines específicos”. “Todo lo expuesto permitió concluir a los expertos de la División Balística de la Policía Federal Argentina que ‘el uso conjunto del arma y munición bajo estudio, resultan aptos para producir disparos en forma conjunta’”, dijo la jueza. Esto es lo que saben hasta el momento los investigadores.

Tampoco está claro el origen de la pistola, otro dato secundario pero que puede terminar de esclarecer el rol de cada uno de los imputados. La investigación determinó que el “plan criminal” para matar a la vicepresidenta comenzó el 22 de abril, según el texto del procesamiento. Ese día, Uliarte “habría adquirido la pistola semiautomática, de acción simple, calibre 32 auto, marca Bersa, modelo Lusber 84, con la numeración 25037 en el lateral izquierdo del cañón, luego utilizada para cometer el hecho investigado”, según surge de las conversaciones en su teléfono peritado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). 

Es la primera vez que se informa que fue la acusada y no su cómplice quien adquirió la pistola utilizada en el atentado. La pistola Bersa estaba registrada a nombre de un hombre fallecido que fue vecino de Sabag Montiel en el barrio de Paternal, según los registros del arma, pero hasta el momento no se ha precisado si fue robada a su dueño original o comprada. 

Uliarte le contó a un contacto identificado como “Serena” que había adquirido un arma de fuego: “Si tengo un fierro [el arma de fuego] lo compre porque mi ex está jede” (sic). El mismo día también le informó esa circunstancia a otro contacto agendado como “Fran”, a quien le afirmó: “Tranqui no va a pasar nada. No careteo nada. Es mio (sic) el fierro. Lo compré para asustar a un ex que bardio (sic). Se burló de mi hijo”. 

El plan: “¿Sabes que hace falta? Un francotirador. ¿Viste que la mina se pone en el balcón? Hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza, hacerla mierda”

La primera referencia de Uliarte sobre querer asesinar a la vicepresidenta apareció en julio, según los mensajes.

Tras haber dicho que tenía consigo el arma, pasaron más de dos meses hasta que Uliarte se comunicó con otro contacto, agendado como “Amor de mi vida”, para manifestar su intención de asesinar a la vicepresidenta. Ese contacto fue identificado por los investigadores como Agustina Díaz, detenida esta semana e indagada el miércoles.

Fue el día 4 de julio último, cuando Uliarte le dijo a Díaz: “Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo … el tema es como (sic) porque la vieja tiene seguridad” (sic).  

“Para esa época, Uliarte ya había tomado la decisión de atentar contra la vida” de Fernández de Kirchner, “iniciando así el curso del plan al cual solo le bastaba definir las circunstancias de modo, tiempo y lugar de su ejecución, lo cual ocurrió posteriormente a partir de la inteligencia que tanto ella como Sabag Montiel realizaron en días previos al atentado”, estableció Capuchetti. 

Al día siguiente, en otra conversación con un contacto identificado como “Nacho”, Uliarte le dijo que “para limpiar Argentina hace falta que corra sangre… de poder se puede hay que encontrar la manera … no necesito pagarlo yo puedo serlo ... se (sic) usar un fierro, no soy francotiradora, pero algo es algo… hay que encontrar un hueco ser estratega” (sic). Su interlocutor le sugirió que no lo hiciera y le dijo que estaba delirando.

El 23 de agosto, Sabag Montiel le dijo en una conversación: “Otra cosa, me contestó el tipo del alquiler de Recoleta para el sábado tenemos que verlo y dice que no tiene… Eh… No sé, tiene que coordinar varias entrevistas y que le dejen una seña viste que se yo, asique (sic) le dije que íbamos a tener plata para dejarle una seña”. 

Uliarte le contestó: “¿No te gusta el depto.?”, a lo que Sabag Montiel respondió: “No me gusta el depto, el pelo si. Cristina y la gente está reunida en Recoleta. Para pegarle un corchazo” (sic).  

Uliarte le envió entonces un audio: “No amor, laburamos esta semana y el sábado vamos y le dejamos una seña, ya fue… Alto depto ese de Recoleta, amore. Si vieras dónde vive Cristina, entendés. Cristina vive en Recoleta, estamos re cerca de la mina. La podemos hacer pija, eh…Si, hay que ir y pegarle un corchazo. ¿Sabes que hace falta? Un francotirador. ¿Viste que la mina se pone en el balcón? Hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza, hacerla mierda” (sic). 

27 de agosto: el primer intento de homicidio

El 27 de agosto, Uliarte y Sabag Montiel mantuvieron otra conversación por WhatsApp, que reconstruye el procesamiento:

Sabag Montiel: No, ya se me… metió adentro y el escenario y el anfiteatro lo sacaron, y estuvo… le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió a un Toyota Etios eh y se fue, un quilombo, y ella está ahí metida arriba, pero no creo que salga así que ya fue, deja, voy para allá, no traigas nada. 

Uliarte: Estoy llegando a casa. 

Sabag Montiel: Al pedo q vengas (sic)… No va a salir… Ya se metió adentro. 

Uliarte: Que hija de puta la Cristi… Se da cuenta. 

Sabag Montiel: No, no es que se da cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N y hay poca gente, y la gente ya se está yendo, y el momento era ese, ahora ya es tarde, o sea ya son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido, ¿entendes? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió acá, la siguieron y ahí tendría que haber sido. 

Fue la noche de un primer intento de homicidio que Sabag Montiel decidió abortar. La conversación continuó. Esta es la transcripción que aparece en el escrito del procesamiento, textual:

Sabag Montiel: Que gracia me dan todos esos putitos ahí sacándose fotos, cholulos, haciéndose los peronistas con la “V” vos llegas a tirar con el fierro ahí y llegas a arrancar a los tiros ¿Vos sabes cómo salen todos corriendo? Pánico, el caos que se genera. O sea, es muy difícil… O sea, si yo disparo, después de los tiros van a saber que yo tengo el fierro, voy a tener que sacar el cargador y me van a tener que sacar el fierro, pero no van a tener las balas, entonces eh me van a cagar a piñas, pero más de uno, a ver, me pueden agarrar entre varios, pero otros van a correr y va a ser muy difícil que se yo. 

Uliarte: Ya llegué amor… ¿Vos decís que no te van a agarrar? La onda es que metas el corchazo y te escapes. 

El entorno: “Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina”

Quiénes colaboraron con Uliarte y Sabag Montiel es otro de los puntos que la investigación dejó abierto, por ahora. En la causa hay otros dos detenidos: Agustina Díaz, amiga de Uliarte, y Nicolás Carrizo, quien se presentó en la Justicia como “el jefe” de los “copitos”, el grupo de fabricantes y vendedores ambulantes de algodones de azúcar o copos de nieve que integraban Uliarte y Sabag Montiel.

Sin embargo, ni el juzgado ni la fiscalía descartan que la pareja pueda haber contado con más cómplices y se investiga el círculo social de ambos, el contacto con “libertarios” radicalizados y al resto de los “copitos”, informaron tres fuentes directas de la investigación. Se espera que Carrizo, quien ya había declarado como testigo sea indagado como imputado este viernes.

Ese mismo 27 de agosto, cuando Fernández de Kirchner habló a la multitud en la puerta de su domicilio, Uliarte intercambió mensajes de Whatsapp con el contacto “Amor de mi Vida”. Este fue el diálogo, textual, sin correcciones ortográficas ni de puntuación: 

Uliarte: Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina…Me re pudrí que hablen y no hagan nada. Yo si voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martin en el cuerpo… Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro. 

Amor de mi vida (Díaz): ¿Qué pasó? ¿De qué me perdí? 

Uliarte: Mandé a matar a la vice Cristina. No salió porque se metió para adentro. Una bronca te juro la tenía ahí. Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo basta de hablar hay que actuar. Mandé un tipo para que la mate a Cristi. 

Amor de mi vida (Díaz): Bank. Buena idea igual. ¿Cuánto te cobró?

Uliarte: No me cobró lo hizo porque también está re caliente con lo que está pasando. Te juro que a esa la voy a bajar. Me tiene re podrida que ande robando y quedé impune.

Amor de mi vida (Díaz): Te das cuenta del quilombo en el que te vas a meter, ¿no? Te van a buscar por todos lados si se enteran de que sos complice de la muerte de la Vicepresidenta. 

Uliarte: Por eso mandé a alguien. 

Amor de mi vida (Díaz): –Aunque si, pero quien no va a querer meterle un tiro a esa vieja chorea. 

Uliarte: Si llega a pasar me voy a otro país y hasta cambio de identidad. La tengo re pensada. 

Amor de mi vida (Díaz): –¿Sabes cuanta guita necesitas para eso? No es mando a matar y me mudo del país. Te van a buscar de todas formas y la guita que necesites para todos los trámites. 

Uliarte: Tengo algo de money, conocidos. Me voy pero antes quiero hacer algo por el país. 

ED