El presidente ruso, Vladímir Putin, ha utilizado el discurso del estado de la nación de este martes para mostrar, una vez más, su retórica ultraconservadora y homófoba y justificar el enfrentamiento con Occidente. “Hablamos de la existencia de nuestro país. Es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla y por eso Occidente ha aumentado sus ataques de información. Están atacando a nuestra generación joven”, ha dicho.
“Van contra nuestra cultura y organizaciones religiosas. Miren lo que han hecho a su propio pueblo: destruyendo la familia, la identidad nacional, abusan de sus menores... incluso la pedofilia se anuncia como una cosa normal”, ha afirmado. “Reconocen el matrimonio homosexual [...] Tenemos que decirles que miren las escrituras de cualquier religión: la familia es la unión de un hombre y una mujer”, ha añadido.
Putin ha dicho que Rusia siempre ha sido “muy tolerante en esto” y que nadie “intenta entrar en la vida privada de la gente”, sin embargo, a finales de noviembre el Parlamento ruso aprobó la ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales” en los medios de comunicación, internet, la publicidad, la literatura y el cine. “También se ha introducido una prohibición a la promoción de la pedofilia y el cambio de sexo”, decía el Parlamento en un comunicado.
“Tenemos que decirles que miren las escrituras”, ha dicho Putin. “Pero incluso los textos sagrados son puestos en duda. Por ejemplo, la Iglesia anglicana planea considerar la idea de un Dios de género neutro”, ha añadido. El Sínodo General de la Iglesia anglicana recordó hace unos días que “los cristianos han reconocido desde la antigüedad que Dios no es hombre ni mujer”. En este sentido, anunció que comenzará un estudio sobre “lenguaje de género” para dejar de utilizar términos como Él o Padre Nuestro y sustituirlos por otros más inclusivos, tanto en la liturgia como en el culto. La iglesia también permitirá a los sacerdotes anglicanos “bendecir” a las parejas del mismo sexo y a aquellas heterosexuales unidas en ceremonias civiles, pero no oficiar su matrimonio ni declararlo sacramento.
“Millones de personas en Occidente entienden que han sido dirigidos a la destrucción espiritual. Las élites se están volviendo locas y parece no tener solución, pero nuestro deber es proteger a nuestros hijos de la degradación. Es evidente que Occidente seguirá intentando desestabilizar nuestra sociedad”, ha señalado Putin.
Putin ha pronunciado este tipo de discursos ultraconservadores en multitud de ocasiones. En un discurso el pasado mes de septiembre criticó las “perversiones” de Occidente, entre las que mencionó permitir la cirugía de reasignación de género. “Una negación tan completa del hombre, el derrocamiento de la fe y los valores tradicionales, la supresión de la libertad adquiere las características de una 'religión inversa': el satanismo absoluto”, dijo.
En noviembre, el presidente aprobó un decreto que proclamaba Rusia como bastión de los “valores tradicionales”, elevándolo a un asunto de seguridad nacional. Según algunos expertos, Putin pretende relacionar la invasión de Ucrania con una guerra cultural para romper Occidente y obtener más apoyo internacional.
Por ejemplo, durante su discurso de anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, Putin dijo: “¿Queremos tener en Rusia 'progenitor número uno', 'progenitor número dos' y 'progenitor número tres' en lugar de madre y padre? ¿Queremos que nuestras escuelas impongan a nuestros hijos perversiones que llevan a la degradación y extinción? Es inaceptable. Tenemos un futuro diferente para nosotros”.