La asfixia a los medios de comunicación públicos en Argentina no tiene parangón en democracia. El 25 de mayo, día de la patria, los trabajadores de la agencia pública de noticias Télam vendieron locro, comida típica de la fecha, en la puerta de su sede en la calle Bolívar, en Buenos Aires. Buscaban visibilizar una lucha que lleva más de 80 días desde que el Gobierno de Javier Milei decidió apagar los contenidos de la agencia bajo el eufemismo de “reestructurar” y ordenó poner vallas en la entrada. El Ejecutivo ultraderechista pretende privatizar Radio Nacional y la Televisión Pública, tal como lo prevé la Ley Bases que está siendo debatida en el Senado.
Como parte del achicamiento del Estado y el ajuste fiscal, Milei dictó en febrero la intervención del sistema de medios estatales (Ente Nacional de Comunicaciones) y en marzo paralizó la actividad de Télam, la mayor agencia estatal de América latina. Este 21 de mayo dio un paso más que ha despertado preocupación: suspendió la publicación en las redes sociales y webs de la Televisión Pública, Radio Nacional, FM Clásica y FM Rock como parte de un supuesto plan de reorganización. “Sitio en reconstrucción”, dice el aviso que aparece en las páginas web. Los medios públicos “se encuentran en un proceso de reorganización” versa el comunicado oficial.
Organismos de derechos humanos han advertido sobre la utilización en el comunicado de la fórmula “proceso de reorganización”, recordando que con dichos términos se conoció a la última dictadura cívico-militar, desde el golpe del 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) alertó de que la clausura de páginas web y redes de los medios públicos implica “un nuevo paso del Gobierno contra el derecho a la comunicación”. La nueva vuelta de tuerca de Milei se ha producido a pocos días de la conmemoración del Día del Periodista, el 7 de junio, en homenaje a la Gazeta de Buenos Ayres –que funcionó como primer diario en la etapa independentista–.
“Se apaga la pluralidad”
Daniel Bello, cámara de Télam y delegado en la agencia por Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), señala a elDiario.es que el Gobierno tumbó la web para que haya una sola voz. “El Estado debería apostar por el pluralismo, pero lo que está haciendo es silenciar otros discursos al intervenir Radio Nacional y la Televisión pública. Se apaga la pluralidad y el federalismo que cumplen todos estos medios. Se vio clarísimo con el dengue: en el pico de la enfermedad, no había campañas ni información en los medios públicos, eso acarreó consecuencias claras, como el aumento de casos y muertes. A diferencia de Télam, que el Gobierno decidió paralizar, Radio Nacional y la Televisión pública están emitiendo al aire pero con censura. Tanto el 24 de marzo y como el 8 de marzo no tuvieron coberturas”, dice, en referencia a movilizaciones que han sido multitudinarias este año: por la memoria, la verdad y la justicia a 48 años del golpe de Estado y por el Día Internacional de la Mujer.
Bello cuenta la situación de los trabajadores de la agencia informativa. “La decisión de cerrar Télam tiene que pasar por el Congreso. El Gobierno se protege de entrar en una situación judicial, a contrapelo de lo que sucedió en 2018 con Mauricio Macri (conservador, un aliado de Milei), cuando hubo 357 trabajadores despedidos que después debieron ser reincorporados por vía judicial. Yo mismo fui revinculado. En marzo éramos 770 trabajadores, y se confirmaron unos 200 retiros voluntarios, puede que sean más. No ha habido despidos.. Estamos cobrando el salario pero hay un vallado que impide que ocupemos nuestros puestos de trabajo. Nosotros mantenemos el portal somostelam.com.ar donde vamos informando lo que la agencia debería cubrir”.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en los medios públicos trabajan unas 3.500 personas en todo el país. “Mientras estén las puertas abiertas, la luz encendida y la gente trabajando –dijo el portavoz presidencial Manuel Adorni ante una pregunta de qué pasa con los medios estatales– tienen que ser lugares eficientes, transparentes y que aporten valor”.
“Milei ocupa la escena solo”
Sin embargo, el Gobierno argentino avanza con el desguace de los medios públicos y su idea de venderlos, como parte de la Ley Bases que se está debatiendo en la Cámara Alta. Martín Becerra, profesor en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet, explica a elDiario.es lo complejo de esta medida. “La intención del Gobierno es privatizar Radio Nacional y la Televisión Pública pero de ahí a que pueda hacerlo hay una distancia, no es sencillo, se expone a acciones legales y además el mercado de medios está colapsado en este contexto”.
Sipreba, el sindicato de prensa, ha entregado a los senadores un documento firmado por los trabajadores para que rechacen la Ley Bases “frente al silenciamiento de la agencia Télam y el intento de privatización de la Televisión Pública y Radio Nacional”.
El investigador Becerra aporta datos sobre la relación del Gobierno actual con los medios de comunicación en general y su estrategia comunicacional. “Milei tiene una relación conflictiva con algunos periodistas y al suspender la publicidad oficial del Gobierno nacional por un año afecta la economía de los medios alternativos. Más que un Gobierno con una estrategia bien armada de comunicación, lo que sucede es que cuenta con viento a favor de una parte de la opinión pública y de los grandes medios (Grupo Clarín y La Nación) que colaboran para que sus errores se noten menos, además de la ausencia de otros discursos en la esfera política. Milei es histriónico y ocupa la escena solo”.