Los votantes de Mineápolis (en el estado de Minnesota, Estados Unidos) han rechazado este martes una propuesta para desmantelar el departamento local de Policía, una iniciativa impulsada a raíz de las protestas antirracistas tras el asesinato por un grupo de agentes del afroamericano George Floyd.
La iniciativa, rechazada en referéndum por un 56%, buscaba sustituir el cuerpo local de Policía con una nueva agencia de seguridad pública que respondiera a las crisis sin tener la violencia como primera opción.
La principal agrupación afroamericana del país, la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), ha defendido que el desmantelamiento de la Policía era necesario para acabar con la violencia contra los afroamericanos y sanar a Minneapolis casi 18 meses después de la muerte de Floyd.
Entretanto, otros grupos se han opuesto a la medida con el argumento de que impactaría negativamente en comunidades ya golpeadas por la violencia, especialmente ahora que los homicidios en la ciudad marcan récords no vistos desde los años 90.
Dos demócratas progresistas de talla nacional, la legisladora Ilhan Omar y el fiscal general de Minnesota Keith Ellison, han apoyado la propuesta. Otros demócratas moderados, como una de las senadoras del estado, Amy Klobuchar, la han rechazado.
Floyd perdió la vida el 25 de mayo de 2020 cuando cuatro agentes intentaron detenerlo por haber utilizado un billete falso para pagar en una tienda en Minneapolis. Durante su arresto, el policía blanco Derek Chauvin lo inmovilizó en el suelo durante más de nueve minutos presionando la rodilla contra su cuello hasta que dejó de respirar.
La muerte de Floyd provocó las mayores protestas contra el racismo en Estados Unidos desde el asesinato de Martin Luther King Jr a finales de la década de 1960.
El sociólogo Alex Vitale, autor del libro 'El final del control policial', argumenta que el abuso de los agentes “no se puede solucionar con una reforma porque tiene su origen en la decisión de entregar a la policía todos los problemas sociales” derivados de un “sistema neoliberal de explotación”. La respuesta, según él, consiste en “un proceso de reducción del alcance de la policía y de su sustitución por alternativas”. El resultado final, dice, podría ser un modelo similar al inglés donde solo hubiese una pequeña parte de agentes armados para responder a un número muy reducido de casos.