Varios gobiernos latinoamericanos han reaccionado indignados ante la situación vivida por el presidente boliviano, Evo Morales, atrapado durante doce horas en el aeropuerto de Viena, tras la negativa de Francia y Portugal a permitir que sobrevolase su espacio aéreo. Los países europeos sospechaban que el extécnico de la CIA, Edward Snowden, viajaba en el avión presidencial, algo desmentido desde el primer momento por Bolivia.
El Ministerio de Exteriores español ha asegurado que el Gobierno ha autorizado finalmente tanto el sobrevuelo del espacio aéreo como la escala técnica en Las Palmas de Gran Canaria del avión de Morales. Unas operaciones que el Ejecutivo, dicen, también autorizó el martes, antes de que “imprevisiblemente” el avión aterrizase en Viena.
El presidente austriaco, Heinz Fischer, se desplazó al aeropuerto para reunirse con Morales. Finalmente, el avión ha despegado desde Viena a las 11.30 de la mañana con destino a las islas Canarias, donde hará una escala técnica antes de cruzar el Atlántico.
Según el ministro de Defensa boliviano, a la negativa de París y Lisboa se sumaron también Italia y España. El vicepresidente boliviano, Álvaro García, ha denunciado que Morales “ha sido secuestrado por el imperialismo y está retenido en Europa”. Acompañado por su gabinete en pleno, el vicepresidente denunció el martes la violación de la Convención de Viena, que establece que “los vuelos de los presidentes del mundo no pueden ser obstruidos y tienen inmunidad”. Tras haber autorizado inicialmente que el avión de Morales aterrizase para repostar en su territorio, le impidieron hacerlo. Un hecho que, sostienen desde Bolivia, ha puesto en riesgo la vida del mandatario.
En el caso español, según habían informado fuentes del sector aeroportuario, parecía posible que el avión de Morales hiciese una escalada en el aeropuerto de Gran Canaria. Una situación por la que el Gobierno Boliviano mostró en un primer momento su gratitud: “Queremos agradecer al Gobierno español que inmediatamente haya respondido favorablemente para que el presidente Morales pueda reabastecerse (de combustible)”.
No obstante, en declaraciones a la prensa, Morales lamentó esta mañana, antes de conocerse la autorización española, que aunque España “primero nos dio el permiso, no solo para sobrevolar sino para aterrizar, nos lo ha prohibido”. “Seguramente España está consultando con su amigo. Su amigo debe ser Estados Unidos”, puntualizó. Una situación que también habría molestado al ministro de Exteriores austriaco, Michael Spindelegger, quien reconoció no saber “por qué España está actuando así”.
El ministro ecuatoriano de Exteriores, Ricardo Patiño, pedirá una reunión extraordinaria de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). “Hay quienes están paranoicos y alguna razón tendrán para tener esa paranoia. Seguramente tendrán problemas de conciencia. Nosotros no, el presidente Evo Morales no, son otros”, dijo Patiño.
El canciller negó que Ecuador haya desestimado analizar la petición de asilo de Snowden. Dijo que si algún país se lo otorga, el Gobierno ecuatoriano dejará de analizar tal posibilidad. “Nosotros tenemos en consideración la solicitud del señor Snowden”, dijo el canciller, quien agregó que “si es que algún otro país aceptara el pedido de él y eso se concretara, nosotros no estamos peleando (para) que él venga acá”.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se solidarizó con Evo Morales desde Twitter: “Nuestra solidaridad con Evo y el bravo pueblo boliviano. ¡Nuestra América no puede tolerar tanto abuso! Lo que es con Bolivia, es con tod@s”. Además, el ecuatoriano, que según Morales, le llamó en dos ocasiones “muy preocupado” estaría consultando “retirar los embajadores que tenemos los países del Alba (en los países que le negaron el sobrevuelo).
“Me ha llamado también el presidente Maduro, preocupado, buscando temas legales para acabar con esta retención o secuestro, no se lo que es esto legalmente”, indicó Morales en referencia al presidente venezolano. Por su parte, otra mandataria latinoamericana, la argentina Cristina Fernández, trasladó al boliviano “unas propuestas legales, basadas en los tratados internacionales, especialmente de La Haya”.