Moscú intenta imponer el rublo en el sur ocupado de Ucrania
El Ejército de Putin busca consolidar el control de la región de Jersón sustituyendo a las autoridades locales mientras siguen las protestas desafiando a los ocupantes y crece el temor a un referéndum de independencia sin garantías
Kirill Stremousov ha dicho que la transición al rublo ruso se completará dentro cuatro o cinco meses, tiempo durante el cual se permitirá que circule junto a la moneda oficial de Ucrania, el grivna, según informa la agencia rusa Ria. Stremousov justifica el movimiento por la fuga, según dice, de las estructuras financieras y la falta de suministro de dinero. Kiev ya había advertido de que la región de Jersón estaba siendo transferida a la zona del rublo y subordinada a la maquinaria administrativa de Rusia.
La noticia del comienzo del uso del rublo en la región pone en duda para algunos las intenciones de Moscú a la hora de devolver el territorio capturado tras la invasión que comenzó el 24 de febrero. Y se suma a las crecientes advertencias de que Rusia planea organizar un referéndum en Jersón para consolidar su control.
Analistas militares creen que las fuerzas rusas se están preparando para hacerse con la totalidad de la región de Jersón en los próximos días, pero los contraataques ucranianos siguen interrumpiendo sus operaciones en la zona.
La semana pasada, un subcomandante ruso aseguró que los planes son tomar el “control total” del Donbás y el sur de Ucrania, forjando un corredor terrestre hacia la anexionada Crimea. Situada al norte de esta península del mar Negro, Jersón es estratégicamente importante.
Las llaves del Ayuntamiento
A principios de marzo, la capital de la región, Jersón, se convirtió rápidamente en la primera gran ciudad tomada por las fuerzas rusas. Pero en los últimos días, las autoridades ucranianas han venido alertando sobre las acciones rusas. Este lunes, el alcalde Igor Kolijaiev, escribió en Facebook que hombres armados entraron el Ayuntamiento, tomaron las llaves y reemplazaron a los guardias con los suyos. El jefe de la administración militar regional de Jersón, Hennadiy Lahuta, aseguró horas después que los “ocupantes” tomaron el edificio y retiraron la bandera ucraniana.
“Durante los dos meses de ocupación, el Ayuntamiento se mantuvo como una de las autoridades locales operando bajo la bandera amarilla y azul [ucraniana]”, dijo Lahuta en Telegram. “Desafortunadamente, la situación con la toma del Ayuntamiento es esperable (...) Pero nunca aceptaremos banderas tricolores o soviéticas, porque Ucrania está en nuestros corazones. A pesar de todo, Jersón y la región de Jersón son Ucrania”.
Según las autoridades locales, los rusos han nombrado a su propio alcalde. Kolijaiev publicó el martes que habían presentado a un nuevo “jefe de la administración” y anunciaron que los poderes del “alcalde de Jersón se delegan”. El alcalde ucraniano asegura en Facebook que se ha negado a cooperar con la nueva administración y que ha pedido a la presidencia ucraniana instrucciones detalladas sobre lo que debe hacer en la situación actual. “Me quedo en Jersón con el pueblo de Jersón que me confió la gestión de nuestra ciudad hace más de un año y medio”.
Protestas contra los ocupantes
Rusia parece decidida a reforzar su control sobre la ciudad en la que antes de la guerra vivían unas 300.000 personas, pero, desde las primeras semanas de ocupación, se ha topado con el rechazo de muchos vecinos, que se han congregado con frecuencia en la plaza principal de Jersón con banderas ucranianas para oponerse la invasión.
Este miércoles, usuarios de las redes sociales compartieron imágenes sobre una nueva protesta en la ciudad contra los ocupantes rusos y la Fiscalía ucraniana acusó a las fuerzas rusas se utilizar gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersarla. Según sus datos preliminares, cuatro civiles resultaron heridos.
Según los medios ucranianos, los manifestantes protestaban contra la organización de un referéndum que las autoridades ucranianas insisten en denunciar. Kiev ha advertido en numerosas ocasiones de que Rusia está planeando escenificar una consulta en la región de Jersón con el fin de justificar su ocupación, como ocurrió en Crimea en 2014.
Advertencias sobre un referéndum ruso
La Defensora del Pueblo de Ucrania, Lyudmyla Denisova, dijo en abril que el “pseudoreferéndum” estaba previsto entre el 1 y el 10 de mayo. “En ese momento, tienen la intención de cerrar Jersón a la entrada y la salida y desconectar todas las comunicaciones”, publicó en un post de Facebook, en el que dijo que los rusos tienen la intención de crear la llamada “república popular de Jersón”.
“Van a utilizar el esquema de los pseudoreferérendums celebrados por los ocupantes en 2014 en Lugansk y Donetsk”, dijo Denisova, que también aseguró que se estaban imprimiendo “papeletas” para la supuesta consulta. “Obviamente, todos los protocolos sobre los resultados de la 'votación' serán preparados con antelación”.
El medio de comunicación independiente ruso Meduzaha informado de que es posible que el referéndum se celebre a mediados de mayo, y está previsto que se someta a votación la cuestión de la independencia y la creación de una “república popular de Jersón”, siguiendo el modelo de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Meduza, que cita tres fuentes cercanas a la administración presidencial rusa, recogió que los territorios separatistas prorrusos del Donbás reconocidos por Moscú, en el este de Ucrania, planean también un referéndum para unirse a Rusia el 14 y el 15 de mayo.
Según el medio ruso, la consulta estaba prevista inicialmente para finales de abril, pero se pospuso varias veces debido a los reveses que ha sufrido Rusia en la ofensiva, y sus fuentes dicen que las fechas podrían volver a cambiarse por el mismo motivo.
Yury Sobolevskyi, jefe adjunto del Consejo Regional de Jersón, ha defendido que los rusos no cuentan con el apoyo de los habitantes y, por tanto, no podrán montar un referéndum. “No tienen apoyo ni de la población ni del Gobierno local. No podrán hacer nada parecido al referéndum, porque hay que abrir los colegios electorales, preparar los censos, es decir, un trabajo muy grande, que no podrán hacer organizadamente en la región de Jersón”. También pone en duda que Rusia pueda introducir rublos en el territorio ocupado.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido directamente a los vecinos de la región de Jersón que no colaboren y tengan cuidado con los datos personales que comparten con los soldados rusos, advirtiendo de que podría haber intentos de “falsificar” los votos. “Esta es la realidad, tengan cuidado”.
Negociaciones de paz
Zelenski dice que si se anuncia “un pseudoreferéndum sobre pseudorepúblicas en los territorios temporalmente ocupados [en referencia a Jersón y también a Zaporiyia]”, puede que Ucrania se retire del proceso de negociación con Rusia para poner fin al conflicto.
“Esto obstaculizará definitivamente el fin de la guerra a través de la diplomacia. Este es definitivamente un movimiento equivocado por parte de Rusia. Esto significa que todo lo que sucedió antes, todas esas reuniones de grupos diplomáticos, es todo ficción y teatro político”, dijo el sábado el presidente, que ha avanzado que “ni Ucrania ni el mundo reconocerán” estos referéndums.
Las advertencias también han venido desde el lado occidental. A finales de abril, el Ministerio de Defensa británico informó de que Rusia está planeando un referéndum escenificado en la ciudad sureña. “Rusia celebró previamente un referéndum ilegítimo sobre la adhesión de Crimea a la Federación Rusa en 2014 para justificar retrospectivamente su toma de la Península”.
Los expertos del think-tank Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, creen que las fuerzas rusas están llevando a cabo preparativos para anunciar la creación de una “república popular de Jersón” en medio de “una amplia resistencia ucraniana”. “Múltiples fuentes del Gobierno ucraniano informaron de que las fuerzas rusas están tomando varias medidas para reprimir la posible resistencia”.
“Es probable que el Kremlin tenga la intención de crear más estados proxies basados en las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en Jersón y en otros lugares para consolidar su control sobre el territorio ucraniano ocupado, tanto creando un gobierno de ocupación como afirmando falsamente en las negociaciones que el territorio está ocupado por estados 'independientes', no por fuerzas militares rusas”, dijeron este miércoles los expertos del ISW. No obstante, piensan que las autoridades rusas pueden tratar de calmar las protestas y la resistencia de los residentes.
Preguntado por los planes de organizar una votación en Jersón, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Andrei Rudenko, dijo esta semana a los periodistas que “no había escuchado nada” sobre ello. Este miércoles, Stremousov, de la autodenominada administración prorrusa de Jersón, ha negado a la agencia RIA que esté prevista la celebración de un referéndum, pero ha descartado el regreso de la región a Ucrania.
“Está descartado devolver la región de Jersón a la Ucrania nazi [el argumento que emplea el Kremlin para justificar su invasión de Ucrania, un país con un Gobierno elegido democráticamente y donde la extrema derecha obtuvo el 2% de los votos en las últimas elecciones generales]. Es imposible. La región de Jersón se desarrollará económicamente”, dice.
Una catástrofe humanitaria
Este miércoles, en lo que puede ser un contraataque ucraniano, una serie de explosiones resonaron cerca de una torre de televisión en Jersón. Según medios ucranianos, las detonaciones interrumpieron temporalmente la emisión de canales rusos, que empezaron a emitir en el sur en abril, informa la agencia Tass. El acceso a la televisión ucraniana ha sido bloqueado, según la agencia Associated Press.
Después de que Rusia ocupara Jersón y la región circundante, se cortaron todos los accesos. La ciudad sufre escasez de medicamentos, dinero en efectivo y algunos productos alimentarios, y las autoridades ucranianas han advertido de que sus habitantes podrían enfrentarse a una “catástrofe humanitaria”. Unicef alertó a mediados de abril de que había familias que llevaban semanas sin agua corriente ni servicios de saneamiento, suministro regular de alimentos ni atención médica en la ciudad de Jersón.
En una entrevista en la televisión ucraniana recogida por AP, el alcalde de Jersón dijo que tras las advertencias sobre un referéndum ruso se ha desatado el pánico para salir. “Las colas de personas que quieren abandonar nuestra ciudad han crecido hasta los cinco kilómetros”. Alrededor de un tercio de los habitantes de la ciudad ha huido, según indicó. La ONU ha documentado la detención arbitraria y la posible desaparición forzada varios periodistas y activistas de la sociedad civil que se han manifestado en contra de la invasión en varias regiones de Ucrania entre las que se encuentra Jersón.
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