La estabilidad del Ejecutivo italiano experimenta un momento delicado debido a la situación judicial de Silvio Berlusconi, condenado a 3 años de inhabilitación por el Tribunal Supremo por fraude fiscal en el caso Mediaset.
Si el Cavaliere tuviera que ser inhabilitado en el Senado el próximo 9 de septiembre en la Comisión para las Inmunidades, el mensaje de su partido es claro: “Si cae Berlusconi, caerá el gobierno de coalición de Enrico Letta”.
Ante esta situación de inestabilidad, el Movimiento 5 Estrellas, como principal grupo de la oposición, no desaprovecha la ocasión de animar estos días a la Jefatura del Estado para que convoque elecciones anticipadas, no sin fuertes críticas. “Napolitano es el verdadero jefe del gobierno en Italia y el ejecutivo de Enrico Letta responde directamente a él, a un proyecto de gobierno de amplia coalición donde él está a la cabeza”, comenta el diputado Giuseppe D’Ambrosio a eldiario.es.
No hay sondeos que puedan confirmar ahora el éxito electoral que tendría la formación liderada por Beppe Grillo ante nuevas elecciones, pero aun discrepando con la actual ley electoral conocida como “cerdada”, el Movimiento 5 Estrellas preferiría ir a las urnas y que Giorgio Napolitano les concediera la guía del ejecutivo.
El Movimiento 5 Estrellas no tiene un color político determinado y por esta razón tampoco simpatizan con las alianzas junto a otros partidos. Sí se consideran un movimiento y no un partido porque el objetivo final, según declaran sus representantes “es el de desaparecer tras una revolución cultural que lleve a una revolución política, y no obtener el éxito electoral como meta en sí misma”. Aunque la idea es llegar al gobierno, sería para regenerar la política italiana que está, según afirman, “en manos a castas dirigentes y no a las personas”.
El origen oficial de la formación tuvo lugar hace 4 años, cuando el presidente de la empresa de informática y publicaciones Casaleggio Associati, el experto en estrategias de comunicación en red Gianroberto Casaleggio, decide fundar un partido político. Su socio sería el excómico políticamente comprometido Beppe Grillo.
Ambos serán los cofundadores de un movimiento político, que tras la salida forzada de Berlusconi y experiencia tecnócratica de Mario Monti, desahogará en un sorprendente éxito electoral el pasado febrero en las legislativas transalpinas. Si en invierno se apuntaba, como mucho, a un 16% de votos, la sorpresa fue generalizada en Italia y en el extranjero cuando tal porcentaje llegó al 25%, muy poco por debajo del partido más votado, el Partido Demócrata (PD) de centro izquierda.
El Movimiento 5 Estrellas se apoya mucho en la figura de Beppe Grillo. No por nada, ha sido quien con la fuerza oratoria y crítica que ya traía consigo en su anterior etapa de entretenimiento, ha conseguido que un cuarto de los italianos votara al Movimiento, en parte por compartir esas ideas y en parte como expresión de la protesta y el descontento ciudadano con la política tradicional.
Para entender mejor el éxito mediático de Grillo en las elecciones en Italia “hay que imaginarse a Jordi Évole fundando un partido político en España. ¿No tendría acaso un cierto atractivo en un electorado desencantado políticamente?”, comenta Francesco Evangelisti, experto en comunicación política y Doctor en Periodismo.
El éxito electoral de febrero no se ha reflejado de la misma manera en los comicios regionales y municipales del pasado mayo. En líneas generales, no han conseguido mantener el mismo impacto de hace seis meses.
El gobierno de coalición de Enrico Letta está a la espera del futuro del aliado Silvio Berlusconi. Mientras, el día a día del Movimiento 5 Estrellas en el Congreso y en el Senado se ve marcado por una independencia a ultranza frente a los partidos tradicionales, protagonistas en el actual ejecutivo.
Aunque en numerosas ocasiones se les ha acusado por sus adversarios de demagogos en la política económica; entre sus medidas más férreas, se encuentra la renuncia a la financiación pública asignada al partido por un total de 42 millones de euros: “Nos financiamos con nuestros seguidores, preferimos dar ese dinero al fondo para las pymes promovida por el Parlamento”, apunta Giuseppe D’Ambrosio. “No es necesario crear una ley que elimine la financiación pública de los partidos, es suficiente con renunciar a ese presupuesto”, asegura D’Ambrosio.
Ante la situación actual del Movimiento 5 Estrellas sus miembros afirman que el partido está en su mejor momento, pero no todos los grupos políticos opinan lo mismo. La segunda portavoz del Partido Demócrata en el Congreso, Paola De Micheli, comenta al diario.es: “Considero que están en un momento de confusión y falta de identidad política”.
Cuando faltan seis meses para la presidencia italiana de la Unión europea, el Movimiento 5 Estrellas, aun no comulgando con la actual ley electoral, estaría dispuesto a presentarse ya a las elecciones y sucesivamente pedir el gobierno para desbloquear el actual statu quo.