República Democrática del Congo, en huida permanente

Los desplazamientos de civiles son constantes en las provincias orientales de Kivu Norte y Sur a causa de los conflictos protagonizados por una multitud de actores armados.
En esta boscosa región no solo confluyen intereses regionales, sino una compleja historia de violencia étnica y de lucha por el control de los recursos naturales.
Estas son las historias de las personas que sufren las consecuencias del conflicto, la pobreza y la escasez de atención médica.

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La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas estima que el número de desplazados en el país supera los dos millones y que este número se ha incrementado un 25% desde principios de año.

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“El aumento de la violencia en la región está forzando a un gran número de personas a dejar sus casas en busca de seguridad”, explica el coordinador general de MSF en RDC, Andrew Mews, desde Goma, la capital de Kivu Norte.

3 / 12

Grupos armados han convertido a poblaciones enteras en sus objetivos.

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Sara Machozi, 33 años. Está angustiada por el futuro de su familia tras verse obligados a huir a causa de los combates entre grupos armados en la localidad de Kuziza (Kivu Sur): “Estábamos en casa y escuchamos el silbido de las balas”, recuerda. Huyeron con las manos vacías, con el único objetivo de salvar sus vidas, sin pensar siquiera en el futuro más inmediato.

5 / 12

Minova, al este de la Republica Democrática del Congo, se ha convertido en refugio de familias que huyen de los combates.

6 / 12

En la provincia de Kivu Sur, los programas de emergencia de Médicos Sin Fronteras establecidos en mayo para dar atención médica gratuita a los desplazados se han prolongado un mínimo de seis meses más en vista de la situación actual.

7 / 12

Los programas de MSF dan apoyo a los centros de salud locales que asisten a las poblaciones más dispersas y aisladas.

8 / 12

David Enabukonjo, de 33 años, apoya las muletas con alguna dificultad. Recibió un disparo en el muslo en un ataque de un grupo armado a su aldea. “Cuando llegaron, empezaron a quemar casas, a matar gente y a violar a mujeres delante de sus hijos”.

9 / 12

Las personas que han conseguido llegar hasta los campos de desplazados representan una pequeña parte del total de desplazados. Muchos se ven obligados a refugiarse en los bosques del interior, sin acceso a atención médica y sin posibilidades de llegar hasta ellos para proporcionársela.

10 / 12

En Kalonge, la población se encuentra dispersa en zonas remotas y tiene dificultades para acceder a la atención médica.

11 / 12

MSF facilita asistencia en Kalonge, Kivu Sur, desde 2008. La Organización apoya a los centros de atención primaria y lleva a cabo actividades nutricionales.

12 / 12

Birihoya Bokani, 60 años, perdió a dos de sus nueve hijos y a su mujer en un ataque a su localidad. “Muchos más murieron abrasados en sus casas durante los ataques”.

Los desplazamientos de civiles son constantes en las provincias orientales de Kivu Norte y Sur a causa de los conflictos protagonizados por una multitud de actores armados.

En esta boscosa región no solo confluyen intereses regionales, sino una compleja historia de violencia étnica y de lucha por el control de los recursos naturales.

Estas son las historias de las personas que sufren las consecuencias del conflicto, la pobreza y la escasez de atención médica.

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La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas estima que el número de desplazados en el país supera los dos millones y que este número se ha incrementado un 25% desde principios de año.

Juan Carlos Tomasi

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“El aumento de la violencia en la región está forzando a un gran número de personas a dejar sus casas en busca de seguridad”, explica el coordinador general de MSF en RDC, Andrew Mews, desde Goma, la capital de Kivu Norte.

Juan Carlos Tomasi

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Grupos armados han convertido a poblaciones enteras en sus objetivos.

Juan Carlos Tomasi

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Sara Machozi, 33 años. Está angustiada por el futuro de su familia tras verse obligados a huir a causa de los combates entre grupos armados en la localidad de Kuziza (Kivu Sur): “Estábamos en casa y escuchamos el silbido de las balas”, recuerda. Huyeron con las manos vacías, con el único objetivo de salvar sus vidas, sin pensar siquiera en el futuro más inmediato.

Juan Carlos Tomasi

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Minova, al este de la Republica Democrática del Congo, se ha convertido en refugio de familias que huyen de los combates.

Juan Carlos Tomasi

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En la provincia de Kivu Sur, los programas de emergencia de Médicos Sin Fronteras establecidos en mayo para dar atención médica gratuita a los desplazados se han prolongado un mínimo de seis meses más en vista de la situación actual.

Juan Carlos Tomasi

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Los programas de MSF dan apoyo a los centros de salud locales que asisten a las poblaciones más dispersas y aisladas.

Juan Carlos Tomasi

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David Enabukonjo, de 33 años, apoya las muletas con alguna dificultad. Recibió un disparo en el muslo en un ataque de un grupo armado a su aldea. “Cuando llegaron, empezaron a quemar casas, a matar gente y a violar a mujeres delante de sus hijos”.

Juan Carlos Tomasi

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Las personas que han conseguido llegar hasta los campos de desplazados representan una pequeña parte del total de desplazados. Muchos se ven obligados a refugiarse en los bosques del interior, sin acceso a atención médica y sin posibilidades de llegar hasta ellos para proporcionársela.

Juan Carlos Tomasi

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En Kalonge, la población se encuentra dispersa en zonas remotas y tiene dificultades para acceder a la atención médica.

Juan Carlos Tomasi

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MSF facilita asistencia en Kalonge, Kivu Sur, desde 2008. La Organización apoya a los centros de atención primaria y lleva a cabo actividades nutricionales.

Juan Carlos Tomasi

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Birihoya Bokani, 60 años, perdió a dos de sus nueve hijos y a su mujer en un ataque a su localidad. “Muchos más murieron abrasados en sus casas durante los ataques”.

Juan Carlos Tomasi

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