Muhammad Yunus, premio nobel y “banquero de los pobres”, nombrado líder del Gobierno interino de Bangladesh

EFE

7 de agosto de 2024 12:35 h

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El vacío de poder en Bangladesh entra este miércoles en su tercer día a la espera de la formación de un nuevo gobierno tras la renuncia de la primera ministra Sheikh Hasina y la disolución del Parlamento, después de semanas de protestas estudiantiles antigubernamentales en las que han muerto más de 400 personas, incluidos casi dos docenas de policías.

El presidente de Bangladesh, Mohammed Shahabuddin, acordó este martes por la noche nombrar a Muhammad Yunus, un economista de 84 años reconocido en 2006 con el premio Nobel de la Paz, como jefe del Gobierno interino cumpliendo con la petición del movimiento estudiantil que despertó la revuelta civil hace poco más de un mes y que forzó la renuncia de Hasina.

Yunus es conocido popularmente como “el banquero de los pobres” por haber fundado el Banco Grameen para combatir la pobreza en Bangladesh mediante el desarrollo del concepto de microcrédito –por el que se otorgan préstamos a personas de escasos recursos que normalmente no los conseguirían–.

Bajo el mandato de Hasina, Yunus sufrió durante años la persecución judicial –acusado de violaciones de la legislación laboral– y llegó a ser condenado el pasado 1 de enero a seis meses de prisión por infringir esa ley. No obstante, le fue otorgada la libertad bajo fianza después de que la decisión judicial contra el Nobel bangladeshí fuera ampliamente criticada por la ONU y por varios líderes mundiales, entre ellos el expresidente estadounidense Barack Obama o el exsecretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon. La relatora especial de la ONU para la libertad de expresión, Irene Khan, describió el veredicto contra Yunus como “una parodia de la justicia” y acusó al Gobierno de Hasina de “no hacer nada” para impedir su condena.

Yunus había fundado su propio partido en el año 2007 para presentarse como una alternativa: el Nagorik Shakti (Poder Ciudadano) pretendía superar la dualidad entre las dos formaciones políticas más importantes del país asiático, la Liga Awami –que ha gobernado el país durante quince años hasta la renuncia de Hasina– y el Partido Nacional de Bangladés, liderado por la ex primera ministra Khaleda Zía.

El partido de Yunus, concebido como un movimiento destinado a restaurar el buen gobierno y a acabar con la corrupción, terminó disipándose al no obtener suficientes apoyos para establecerse como formación política.

En 2010, el nobel bangladeshí y el Grupo Grameen comenzaron a afrontar críticas a su sistema de microcréditos e, includo, a acusaciones de malversación de fondos indebidos donados por Noruega. Aunque las autoridades del país europeo clarificaron la situación, el Ejecutivo de Hasina inició entonces una investigación contra Yunus y Grameen.

Tan sólo un año después de este hecho, el Banco Central de Bangladesh, que poseía una participación minoritaria en Grameen, forzó la salida de Yunus del mismo, con el argumento de que superaba la edad de jubilación obligatoria (60 años). El economista presentó entonces un recurso judicial contra la decisión de Grameen, pero los tribunales del país asiático lo desestimaron.

Además del Premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus también recibió en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y en 1996 el Premio Internacional Simón Bolívar por sus iniciativas contra la exclusión financiera en uno de los países más pobres del mundo.

Actualmente, según su aseguró portavoz a EFE, Yunus se encuentra en París para someterse a un procedimiento médico menor, sin precisar cuándo podría regresar al país y formar el nuevo Gobierno interino.

Liberación de la oposición

La caída de Hasina y su salida hacia la India –según el diario bangladeshí The Daily Star, podría establecerse en Reino Unido donde residen sus familiares más cercanos– ha llevado a la liberación de Khaleda Zia, líder del principal partido de oposición (Partido Nacionalista de Bangladesh), encarcelada mientras la Liga Awami de Hasina estuvo en el poder. Zia también gobernó la nación asiática de 170 millones de habitantes durante dos periodos (1991-1996 y 2001-2006), convirtiéndose en la única persona que ha podido disputarle el poder a Hasina.

El Gobierno del primer ministro indio, Narendras Modi, que contaba con Hasina como una de sus principales aliadas en la región, ha ofrecido un aparente respaldo y protección a la exmandataria, pese a las críticas y acusaciones sobre violaciones de derechos humanos que pesan en su contra. “La gente está enojada con la India porque está apoyando a la persona que destruyó nuestras vidas”, dijo Yunus ayer en una entrevista con el canal indio Time Now.

La India y Bangladesh comparten una extensa frontera de más de 4.000 kilómetros, la mayoría de ellos vallados desde la década de 1980 por Nueva Delhi para frenar el contrabando y la inmigración indocumentada entre ambos países.

Además del personal diplomático, el Gobierno de la India estima que alrededor de 19.000 de sus ciudadanos residían en Bangladés antes del inicio de las protestas. Una gran parte de ellos ya ha abandonado el país en las últimas semanas, aseguró ayer a EFE el ministro de Relaciones Exteriores indio, Subrahmanyam Jaishankar.