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Nadie responde al plan de Zelenski de poner a Ucrania “bajo paraguas de la OTAN” a la espera de Trump

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, este 3 de diciembre. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —
3 de diciembre de 2024 22:35 h

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La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha removido el tablero. La posibilidad de que Estados Unidos cierre el grifo de la ayuda a Ucrania era un temor de los aliados y, desde las elecciones, ha habido cambios en el discurso. El alto representante de la UE, Josep Borrell, se despidió del puesto asumiendo que el futuro era incierto respecto a la ayuda a Kiev si Washington retiraba la suya y ahora un marco de negociación parece más cerca que nunca. Incluso Volodímir Zelenski ha cambiado su discurso al abrirse por primera vez a un alto el fuego en las actuales líneas de combate, siempre y cuando el territorio que domina quede “bajo el paraguas de la OTAN”. Y, aunque parte de la propuesta sale del enviado de Trump para Ucrania, nadie se atreve a responder hasta que el presidente electo asuma formalmente el poder. En cualquier caso, Rusia lo ve “inaceptable” y una propuesta “amenazante”.

Se cumplían 1.000 días de guerra y Zelenski señaló 2025 como “el año de la paz” en un discurso ante el Parlamento Europeo. Para entonces la dirigencia europea ya había hecho terapia respecto a la victoria de Trump. Todos los aliados eran conscientes de que el populista republicano tendría una visión distinta respecto a la guerra de Ucrania. Por el momento ha designado al general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Ucrania y Rusia. Su plan pasa por congelar la guerra en las líneas de combate actuales, dejar a Ucrania fuera de la OTAN, ofrecer más armamento a Ucrania y reducir las sanciones al régimen de Vladímir Putin a cambio de un acuerdo de paz.

Los aliados siempre han dicho que tendría que ser Ucrania la que estableciera las condiciones de las negociaciones de paz. Y ese discurso se mantiene. Ha sido el propio Zelenski el que ha imprimido un ligero cambio, que hasta cierto punto va en línea con el planteamiento de Kellogg al abrirse a un alto el fuego con los actuales territorios ocupados y negociar por la vía diplomática posteriormente su devolución, siempre y cuando el país quede dentro del marco de la OTAN.

“Si queremos acabar la 'fase caliente' de la guerra, necesitamos poner bajo el paraguas de la OTAN el territorio de Ucrania que tenemos bajo control. Necesitamos hacerlo rápido y después el resto del territorio (ocupado) se puede recuperar por la vía diplomática”, señaló el líder ucraniano en una entrevista con Sky News recogida por la Agencia EFE. La intención de Zelenski es, por tanto, que la alianza euroatlántica le dé cobertura de seguridad “inmediatamente” a cambio de un alto el fuego incluso sin haber recuperado el territorio invadido por Rusia.

Nadie se atreve a pronunciarse al respecto. “Voy a citar a Zelenski cuando, a finales de febrero de 2022, algunos países le ofrecieron un avión para ponerlo a salvo en Polonia. Y él dijo: no necesito que me lleven, necesito munición”, ha parafraseado el secretario general de la OTAN, Mark Rutte: “Ucrania no necesita más ideas sobre cómo podría ser un proceso de paz”. Sus palabras se han producido antes de la reunión interministerial con los responsables de los 32 países miembros de la alianza en la que se ha abordado la guerra en Ucrania y también en Oriente Medio, en este caso con la presencia del rey de Jordania.

Rutte defiende la necesidad de “un buen acuerdo”

“Usted y yo podemos sentarnos, tomar un café y pensar en muchas maneras de cómo abordar un proceso de paz cuando quiera que empiece. Pero yo diría que no celebremos todos estos debates paso a paso sobre cómo podría ser un proceso de paz. Asegurémonos de que Ucrania tiene lo que necesita para alcanzar una posición de fuerza cuando comiencen las conversaciones de paz, cuando el gobierno ucraniano decida que está preparado para ello”, ha respondido Rutte a la periodista de Sky News que le ha preguntado sobre la posibilidad que el propio Zelenski puso sobre la mesa. La OTAN lleva tiempo enfriando la entrada de Ucrania, aunque asegura que “su futuro” está en la alianza. Pero nadie pone fecha.

Rutte se reunió precisamente con Trump el pasado 22 de noviembre en Florida, pero no ha querido dar muchos detalles sobre esa cita ni sobre la posibilidad de que haya una zona desmilitarizada en la frontera. Lo que sí ha aprovechado es para enviar un mensaje al presidente electo de EEUU ante la posibilidad de que sucumbir a la presión rusa suponga una victoria para sus aliados, como China, Corea del Norte o Irán. “Si llegamos a un acuerdo sobre Ucrania, tiene que ser un buen acuerdo, porque no podemos tener a Kim Jong-un y Xi Jinping celebrando”, ha explicado Rutte, que ha asegurado que eso podría tener un efecto arrastre de otros países: “Esto es crucial para nuestra defensa, no sólo aquí en Europa, sino también en los EEUU, el Indo Pacífico y el Euro Atlántico.

Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, evitó pronunciarse sobre una hipotética cesión de territorios a cambio de garantías de seguridad de la OTAN. “Sobre la negociación, sobre si Ucrania quiere o no negociar, solo está legitimado para hacerlo el presidente ucraniano y el Gobierno legítima y democráticamente elegido”, ha señalado el jefe de la diplomacia, que ha asegurado que por el momento es un ejercicio de “política ficción” porque no está “encima de la mesa” una hipotética negociación de paz.

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